|Capítulo 19|

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Son solo pequeños detalles

Sentado entre la obscuridad. Abrazado por la calidez de las sabanas. Confortado por el sonido del viento.

La poderosa e indiferente negrura de la habitación se enreda a mí alrededor, veo sus brazos intentar cegarme, privarme del conocimiento de mi ubicación. Pero es pequeña, tan pequeña. Sus ojos fríos no logran helar mi sangre ni mucho menos paralizar mis músculos.

Se postra ante mis pies en una reverencia. Lo encuentro encantador.

Mis ojos ven en la obscuridad, sé dónde estoy. No le temo a la negrura que me rodea.

Arrullado entre los mantos de la apacible soledad, apreciando su silencio y comprensión, vive dentro de las paredes y se arrastra bajo el suelo. Susurrando palabras inexistentes, dando la bienvenida a pensamientos íntimos, provenientes de los rincones más obscuros y polvorientos de mi mente.

La crueldad del mundo exterior no es capaz de perturbar mis ideas más profundas, no las alcanza, lejos de sus desagradables dedos descarapelados y uñas manchadas con putrefacta sangre ajena. Mis pensamientos estan siendo protegidas por las manos gentiles de la soledad.

Sacudo el sueño de mis parpados entre pestañeos.

Una palabra, para ser más precisos un nombre, un par de ojos verdes que se reúsan a dejar de mirarme.

Clay.

Su nombre se ha repetido una y otra vez en mi mente, colisionando agresivamente contra cada esquina de mi cerebro. Frente a mis ojos se reproducía cada momento vivido a su lado, las últimas semanas se proyectaban en bucle.

Ataba cada una de sus palabras alrededor de mi garganta, hasta quedar sin aliento con los pulmones en llamas. Leía entre líneas cada acción, hasta el punto en que la palabra sentido perdía por completo su significado. Analizaba cada sonrisa que lograba recordar, hasta sentir que el reloj corría más rápido de lo normal.

Tantos detalles que nunca antes había tenido interés de siquiera mirar. Todo se acumulaba formando una tormenta de información incompleta, sin contexto.

Hacen falta tantas piezas en este rompecabezas. No cuento con las figurillas suficientes para atacar al rey de mi oponente. Mis manos solo cuentan con una carta de cinco que necesito para una corrida.

Poco a poco los eslabones comienzan a unirse entre ellos, pero no encajan, quedan muy pequeños y se rompen con facilidad, desensamblándose en un patético intento de apaciguar las feroces preguntas que insisten en burlarse de mi ignorancia.

La forma en la que sus ojos se obscurecieron con intimidante desconfianza cuando intente ayúdalo con su herida. Cuando abrió la puerta de su habitación, sus pupilas contraídas, pintadas con una precisión aterradora, con llamas ardientes, que rugían, sofocando con su violento calor a cualquiera que se meta en su camino. Hace unos días en la llamada, su mirada estaba llena de rencor pero sus ojos brillaban con liquida tristeza acumulada.

Entre más me dejaba llevar por el silencio, más situaciones llegaban a mi mente. Tantas veces en la que lo miré distraído, la forma en la que sonrisas aparecían en sus labios con la mirada perdida en la nada o cuando las mismas sonrisas desaparecían y fruncían su ceño con melancolía.

Cada pequeño detalle eran sobre analizados, con suma determinación y tenacidad.

Suspire cansado, una parte de mi gritaba que me detuviera, que alejara esos pensamientos lo más que pudiera. Y realmente lo quería, quería prestarles atención los latidos desenfrenados que mi corazón advirtiendo que más adelante no existe camino y que pronto estaré dando un paso en falso.

I'm Broken. I'm Damage. [DreamNotFound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora