La-da-di-dup-dup die dy
El agua fría caía por mi cabeza, acariciando mi espalda, alejando el bochornoso calor de la mañana. Había terminado de bañarme hace un rato, pero la frescura del agua me retuvo por otros diez minutos, quizás hasta más. Miraba el suelo, parado de frente a la regadera, con la mano derecha en una de las llaves y el antebrazo izquierdo recargado en la pared, mi cabeza descansaba sobre el mismo y por error dejé que los recuerdos fluyeran, deslizándose y arañando con violencia mi cerebro; Música escandalosa –cerré los ojos–, nauseabundo olor a alcohol –apreté la mandíbula–, cuerpos danzantes – contuve la respiración–. El rechinido de los neumáticos, podía oírlo tan cerca, chillando a mi oído con odio y temor, el escozor en mi nariz, el metálico aroma a sangre –troné mis dedos, formando un puño–. Las sirenas, un agudo y desgarrador grito. Sus rostros ensangrentados. Unos ojos desorbitados y otros ahogándose en dolor, aunque... no por mucho –y golpe la pared–.
Me estaba ahogando, los recuerdos invadían mi mente con celos. Gritos, uno tras otro, en mis oídos. Tan rápido como pude cerré la llave, deteniendo el flujo de agua, y salí de la ducha. Grité contra mi toalla, grité con odio, dañando mi garganta. De nuevo el calor golpeó contra mi pecho, ardiendo en ira y rencor. Apreté los bordes del lavabo, y me miré mi reflejo; el agua escurría por mi cabello, pequeñas gotas bajaban por mis hombros y pecho. Entonces, cuando estaba a punto de golpear el espejo, unos suaves golpes se hicieron presentes.
Afirmé el amarre de la toalla a mi cintura y caminé hacia la puerta, para correr a cualquier enfermera o doctor entrometido.
Sentí mi cuerpo temblar con nervios cuando vi la puerta abrirse con violencia. Frente a mí se asomó un rubio con el cabello empapado, el cual se veía mucho más obscuro, casi castaño, su entrecejo fruncido, sus ojos se veían mucho más obscuros que de costumbre pero brillaban salvajemente, su boca ligeramente abierta, respirando con pesadez. Un escalofrío recorrió mi espalda con ferocidad. Atrayente y aterrador.
Pero tan pronto como nuestras miradas chocaron vi los ojos de Clay abrirse de más y en un parpadeo cerró la puerta de golpe.
— ¡Carajo! —lo oí gritar al otro lado, dentro de su habitación y casi al instante pude sentir como mi cara se calentaba de vergüenza. —D-dame un segundo ¿va?
Asentí y me golpeé mentalmente.
—S-sí—apenas y pude vocalizar antes de atragantarme con mi saliva. Tapé mi rostro con las mangas de mi sudadera en un fallido intento de bajar el calor que se almacenaba en mis mejillas.
Hoy me había despertado sorpresivamente temprano, con unas incesantes ganas de ver a Clay y pasar la tarde entera a su lado, hablando de cosas sin importancia, así que tomé una ducha rápida, me vestí y salí a la recepción. La chica misma chica de mechones rubios pareció ubicar de inmediato a Clay tan pronto como lo comencé a describir, y me ayudó a encontrar su habitación.
No tardó mucho en abrir la puerta de nuevo, ya vestido con unos bermudas de mezclilla beige, una playera de manga corta que, podría apostar era gris, un par de tenis deportivos y unas mangas individuales negras que cubrían desde el codo hasta la muñeca. Su cabello aún se veía mojado, y sin tardar una infantil sonrisa no tardó en dibujarse en su rostro mientras rascaba su nuca.
—H-hola—susurró nervioso, su mirada se mantenía fija al suelo, pero no podía quejarme ya que, al igual que Clay, me mantenía de la misma manera.
—Perdona, no debía aparecerme si avisar—las palabras salieron tan rápido de mi boca que parecían no ser mía, por un momento incluso dudé si lo dije en alto o solo lo pensé.
—N-no... yo estaba, ya sabes...tomando un baño y n-no pensé que...—su voz tartamudeó de nuevo, llamando mi atención y cuando nuestras miradas volvieron a cruzarse, suspiró, llevando una mano a su cabeza acomodando el desastre que llamaba cabello. —Bueno, esto es un poco demasiado ¿no lo crees? Tampoco desatamos la tercera guerra mundial e infestamos el mundo de zombis —Clay sonrío aligerando el tenso ambiente.
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I'm Broken. I'm Damage. [DreamNotFound]
FanfictionUn accidente puede dejar heridas muy profundas, que conforme pasan los años se abren y sangran más, no puedes controlar tus lágrimas, gritas hasta que tu garganta arde, lloras hasta que tus ojos queman, golpeas hasta que tus nudillos sangran, corres...