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Existe algo peor que despertar con dolor muscular y tener que ir a trabajar.

Algo incluso peor que estresarse a primera hora del día, solamente porque alguien no está haciendo su trabajo y como jefe, lo tiene que resolver.

Incluso más jodidamente frustrante que soportar las miradas sucias de Bian en conjunto con todo lo demás y eso sin lugar a dudas, es tener la desagradable visita de la madre del chico con el que estas casado.

YoonGi masajeo su cien, acomodando la espalda sobre el acolchonado respaldo de su silla.

Su mirada cansada se detuvo sobre las tacones de la mujer, mientras éstos avanzaban a través del pulido suelo de su oficina, irrumpiendo en toda su gloria casi como si todo eso fuese suyo.

Se encontró parpadeando, casi confundido por el día de mierda que estaba teniendo y aflojó su corbata para permitirse relajar ante lo que sea que se le viniera encima.

Ver a esta mujer le dejaba siempre perturbado. Por lo menos desde que tuvo que convivir todos los días con alguien que había heredado gran parte de sus facciones.

—Estoy esperando la transferencia, Min. Sabes que los empleados se ponen ansiosos, cuando pasa un día y sus sueldos no son cobrados.

—Buen día para ti también. —Respondió, frotando sus propios nudillos. No necesitaba más de esto. —No identifico que es lo que estas tratando de pedirme. Sin embargo, querida Yuna, no tengo ni la paciencia ni el tiempo para tratar de adivinar lo que ocurre por tu cabeza.

Decir que la mujer nunca fue de su agrado, sería quedarse corto. Si a todo ese le sumaba la crisis que le había provocado a JiMin, las cosas se ponían peor.

No dijo nada y no porque no le importara. Después de todo, JiMin era su responsabilidad desde hace un tiempo. Era solo que Yuna no merecía saber nada que pudiese empeorar la situación del pobre chico. Conociéndola sería capaz de hacer ver eso como una nueva forma de humillar a su propio hijo.

Y esa era una de las muchas razones que se amontonaban en la lista del porqué no quería hijos. Por lo menos ya no.

Siendo un hombre que no se consideraba ni paciente ni considerado con nada que no le fuese a servir en el futuro, YoonGi entendía que castigar a otra persona dándole un figura paternal de mierda, sería la peor irresponsabilidad de su vida.

Yuna era el claro ejemplo de ser un padre de mierda y JiMin.. el daño colateral.

—¿Esto no estaba ya arreglado? —Yuna pareció más enfadada si eso era posible. Su entrecejo se frunció y la mueca en sus labios se marcó profundamente en su rostro hermoso.

YoonGi levantó una ceja.

—Hasta donde sé, yo no tengo ni una sola responsabilidad con tu empresa. Tal vez y solo tal vez, me tengas en el concepto de black card. —Bufó, exasperado. —Pero mi matrimonio con tu hijo no funciona de esta forma.

—Tienes un deber. Es también tu empresa. —Yuna murmuró, tecleando los dedos sobre el escritorio. —Tu responsabilidad. Si se hunde, gran parte de tu buena reputación se..

—¿Que clase de buena reputación podría darme una empresa que está en bancarrota? —YoonGi sonrió, confundido y divertido a la vez.

Los Park tenían algo con humillarse por si solos.

—Permiteme recordarte que no existe una sola cosa que conecte las empresas Min con el despojo que aún te aferras a sostener. Así que, bajo lo que a mi compete, todo lo que me asocia a una familia destruida como la tuya, es.. bueno, tu hijo.

Más que esto © YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora