Más que esto © YoonMin

1O

—¿Ya podrías tomar asiento en otro lugar?

YoonGi fija la mirada sobre la mujer en su regazo y regresa la misma hacia los papeles regados en su escritorio.

Se siente cansado, las noches son un poco complicadas cuando tienes un niño haciendo berrinches y peor aún, cuando tienes la responsabilidad de mantenerlo con vida de algún modo.

JiMin esta siendo tan complicado en esos días y la carga de trabajo sumado a todo ese estrés, no le está ayudando para nada.

—Me gusta estar en tu regazo y hasta hace un par de meses, a ti te encantaba tenerme aquí. —La mujer sonríe, como si el asunto fuese realmente entretenido y YoonGi no comprende una sola cosa.

—Me gusta hacer dinero y es exactamente lo que pretendo hacer ahora, así que regresa a la silla y dejame trabajar, mas tarde podrás ir a gastar un poco de el.

Bian frunce los labios y toma el mentón del mayor entre sus delgados dedos, luciendo decepcionada cuando los aburridos ojos de YoonGi, no hacen otra cosa más que analizarla.

—Me amabas antes, YoonGi.

YoonGi parpadea, elevando sus cejas mientras una risa escapa de sus labios.

—¿Que puedo saber yo sobre el amor, que te hizo pensar tal cosa?

Bian aparta la mano, empujando su delgado cuerpo fuera del regazo del mayor y colocándolas sobre su estrecha fina cintura.

Es hermosa, pero hay algo que nunca terminó de convencer al mayor.

YoonGi reacciona ante la cercana disputa y termina negando, echando el cuerpo hacia atrás, para descansar la cabeza contra el respaldo acolchonado.

—Siempre estas tirándome en cara lo del dinero y no es divertido, YoonGi.

—Bueno, no para ti pero sí para mí. Tomalo cómo un.. pago, por lo que sea de nuestro hijo.

Una sonrisa burlona escapa de sus labios, mientras Bian abre y cierra la boca un par de veces, buscando la forma de rematar sus palabras con algo que termine por hacerle cambiar de tema.

—O por lo que sea que te inventaste en el pasado. Como sea, ya no es importante y es solo una mentira más del montón que me diste, durante nuestro tiempo juntos. El dinero es una clase de pago por los servicios, tomalo de esa forma, pero consigue a otra persona que te mantenga el ritmo, porque ahora mismo tengo un esposo y no creo que sea bueno que alguien se entere de que continuo manteniendo a mi ex pareja.

Contrario a lo que piensa, Bian termina riendo de igual forma. Sus ojos se cierran y su rostro se inclina hacia el suyo, robando un beso fugaz que no causa ni un solo parpadeo por parte de YoonGi.

—El dinero es el pago de lo que me cancelaste a mi, por obedecer a papi Min. Si a tu esposo no le parece, no es nuestro asunto.. ¿verdad? —Bian murmura cerca de sus labios. —Nosotros todavía nos divertimos mucho, amor.

—Nos divertimos, dices. —YoonGi aún sonríe, observando de cerca las facciones preciosas. —Deja de mentirte, sabes que estoy satisfecho sexualmente y que no requiero de tus servicios. Ahora, muévete y dame espacio, sigues sin entender que tu jefe soy yo.

Bian se aparta, arreglando su falda tubo, pero negándose a bajar la guardia ante las palabras.

—Mi amante también, no lo olvides y no te engañes. Vas a volver a mí, cuando te canses de jugar a la casita feliz y además de todo, no te sabía tan fiel y conservador.

Pese al tono burlón, YoonGi decide pasar de sus palabras.

Bian sólo es una ex amante dolida, porque ahora sus curvas ya no les tienen envuelto como meses atrás.

—¿Verdad que sí? —YoonGi asiente, acomodandose en la silla para continuar con su trabajo. —Yo muy fiel y tú muy negada. Todavía recuerdo las veces en que me insinuante que deseabas el lugar de JiMin, que, déjame decirte, no es que sea la gran cosa. No me tengas en un buen concepto.

Bian encoge los hombros. A ella realmente no le interesa. Esta totalmente segura de que caerá una vez más.

—Ven a verme pronto, no te voy a esperar para siempre.

Cuando YoonGi se encuentra solo de regreso, todavía sonríe, incrédulo y un poco confundido.

Siempre olvidan quien es el puto jefe.