Una oportunidad. JiMin solo necesita de una oportunidad para si mismo, evitando a toda costa lucir ansioso por tocar a un hombre que no siente ese tipo de deseo por su persona.
En su defensa podría alegar que es joven para estar casado y que por muy insoportable que Min pueda ser, sigue siendo un hombre apuesto y de la clase por la cual JiMin siempre tuvo debilidad.
—Estas pensando mucho, no lo hagas. Tu rostro se deforma en una mueca terrorífica.
Relajando su postura, JiMin desliza una sonrisa por sus labios. Evita mirar por mucho tiempo al hombre a su lado, totalmente consciente de lo mal parado que podría salir si YoonGi se da cuenta de su pequeña debilidad.
—Tengo muchas cosas en las cuales pensar, señor Min. —Responde, llevando sus dedos al primer botón de su camisa. —¿Por qué tengo que estar en su cena ejecutiva de todas formas?
Ha sido una sorpresa un tanto aburrida el saber que participaría por primera vez en una de esas juntas de negocios de las que su padre siempre hablaba, resolviendo algunas dudas por parte de su madre y que sin embargo, nunca logró entender del todo porque no le interesaba lo suficiente.
JiMin las detesta porque incluso si no estuvo en alguna con anterioridad, casi puede intuir lo aburridas y estresantes que son.
“Hola, sí. Yo hice cuatro millones.“
“Olvídalo, hice seis. Deberías implementar esto.“
Probablemente por algo había decidido estudiar Artes y no Negocios Internacionales, como a su padre le hubiese encantado.
—¿Te gustaría vivir encerrado para siempre? —YoonGi preguntó. —Porque esto es lo que hay, es lo que es mi vida todos los días y es eventualmente, el futuro de tus hijos y de los míos, si estos se dan, claro. —YoonGi aclaró en un chasquido. —Deberías saber que no quiero un matrimonio en donde mi pareja no tenga la menor idea de como son mis negocios. Y no es que espere que lo entiendas del todo porque incluso para mi es complicado, pero trato de involucrarte solo un poco, lo necesario como para que entiendas que cuando las cosas se pongan mal y llegue derrotado a casa, sepas que por lo menos lo estoy intentando con esos hijos de perra.
JiMin guardó silencio, sorprendido y admirando al mayor en partes iguales, porque nunca se hubiese imaginado que siendo YoonGi tan sarcástico, le estuviese diciendo todo eso con tanta tranquilidad y aparente sinceridad.
Pasó el mudo que se formo en su garganta, luchando por evadir a la vocecita que le recordaba que todo eso era real, que su matrimonio quizá no era el que deseaba, pero que de todas formas le estaban ofreciendo cosas que nunca antes nadie le dio, ni siquiera sus propios padres.
¿Como YoonGi podía ser un hijo de puta y después no?
—Creo que eso es lo más bonito que alguien me dijo. —Sonando un poquito divertido, JiMin se dejo envolver por la tranquilidad dentro del auto.
De repente ya no sentía la horrible sensación de querer salir corriendo cada vez que YoonGi se acercaba, porque poco a poco y con un par de pruebas extras, lo estaba conociendo.
A YoonGi. A la versión que era suave, incluso cuando resultaba terriblemente sincero.
—Tengo que advertirte una sola cosa. —En esa ocasión YoonGi perdió todo rastro de tranquilidad y su tono salió más cargado, tensando al menor. —Esas personas son necesarias para mi negocio, pero son todos unos pendejos que tratarán de hacerte sentir incómodo por el hecho de ser un Park. Nada personal, solo un poco de la mierda que se formó alrededor de tu padre.
Frunciendo el entrecejo, JiMin evitó argumentar algo. Sabía que YoonGi tenía razón en ese sentido, su padre era repudiado incluso por alguno de sus propios socios.
—No quiero que te armes malditos escándalos, pero eso tampoco quiere decir que tienes que guardar silencio y soportar su mierda. Te ofenden y te defiendes, porque incluso si yo lo hago, eres tu quien pone sus límites con ellos y les haces entender desde ya que no pueden intentar joderte por el hecho de ser un Park.
Suspirando, JiMin se removió. De repente sentía que un enorme peso se mantenía sobre su espalda.
Tener que lidiar con idiotas. Fantástico.
—¿Y si de todas formas no entienden? —Dudó, recordando que no sabía a lo que se enfrentaba por mucho que lo intuyera.
—Entonces recuerdales que eres Min JiMin.
Y aunque el peso de ese apellido también le dolía, JiMin se sintió un poco más protegido por el mismo. Tal vez la velada no sería tan mala.. porque siempre podría aprender a usar su nuevo apellido en situaciones extremas.
Min JiMin.
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Más que esto © YoonMin
Fiksi Penggemar"Construí un castillo de cristal lo suficientemente frágil como para saber que tarde o temprano, se caería a pedazos." ♦Mpreg. ♦No hay mención de otras parejas. ♦Actualizaciones semanales y capítulos cortos. Así que no te asustes por la cantidad de...