Solo son cuatro meses…
Soporta sólo eso.
Y después serás libre.
Me repito lo mismo todos los días mientras camino por los largos pasillos de la universidad de Realon, usando una playera de manga corta debajo de la blusa azul marino, jeans negros y unos zapatos del mismo color, una bufanda gris que cubre por completo las marcas de mi cuello que provocaron mis padres ayer miércoles. A veces no sé de dónde saco el valor para seguir aguantando los golpes de ellos, de dos personas que demostraron amarme, hasta que llegue a los dieciocho, desde entonces las cosas cambiaron, y ahora, que tengo veintitrés todo esta peor.
Sin ganas suelto un suspiro al llegar y abrir el candado de mi casillero, tomo la pequeña puerta y al hacerlo cae una hoja de papel con un extraño dibujo al piso.
¿Otro? Es lo primero que llega a mi mente al ver las manchas de colores formando un círculo y algunas líneas, todas bastante extrañas, aunque los colores son realmente llamativos para mí.
Azul, verde, gris, negro, morado.
—¿Qué es eso?
Desvío mi mirada del dibujo para ver los ojos azules de Timothée.
—No es nada —digo al mismo tiempo en el que arrugo la hoja y la dejo en mi casillero, saco un par de libros y lo cierro con el candado.
—De acuerdo —dice Tim al poner sus ojos ahora sobre mi cuello—, ahora que te hicieron.
Le regalo una sonrisa a medias, evitando que un par de lágrimas salgan.
—Nada grave —respondo con un hilo de voz mientras mis pies comienzan a caminar para llegar al salón de clases.
Tim no dice nada más, solo camina a mi lado. Y por eso aquel sentimiento que se conoce como “odio” surge para mis padres, y dolor para él, su preocupación es obvia, pero como siempre, no hay otro comentario o pregunta. A pesar de ser mi único y mejor amigo siempre esta ahí, al pendiente de mi salud física, le preocupaba que los golpes provocaran daños irremediables, ya que mi salud emocional tanto él como yo sabemos que esta totalmente perdida.
Al llegar al salón me siento en el penúltimo lugar, uno de dieciséis bancas, Tim a mi lado derecho y mientras llega el profesor saco mi cuaderno pero mi mente comienza a divagar sobre el dibujo. Es algo raro, tanto lo que significa así como la mezcla de colores y el hecho de que alguien, sea quien sea, me ha dejado ya tres distinto dibujos en mi casillero.
—¿Ocurre algo más Blake? —pregunta Tim con cierta mirada de detective curioso.
—Nada —hago una pausa, una larga pausa mientras decido en si comentarle lo de los dibujos, al final decido hacerlo—, bueno, si hay algo.
—¿Y qué es?
Me acerco un poco a su lugar sin arrastrar la banca evitando llamar la atención de los demás compañeros.
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El Arte Abstracto de Kevin Miller [Reedición]
Teen FictionÉl no era frío, ni ella era cálida. Él no era lluvia, ni ella era un día soleado... No eran opuestos, pero tenían en común una sola cosa, su pasado. Kevin Miller amaba pintar arte abstracto. Blake Carter amaba escribir historias a espaldas de sus pa...