Entre sentir y amar

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Y lo peor, ¿qué estoy haciendo yo?

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Y lo peor, ¿qué estoy haciendo yo?

Mis pies siguen el rumbo hacia la biblioteca pública mientras mis manos sostienen la bolsa de regalo negra. Parece tonto, y ahora que lo pienso no tiene mucho sentido. Sí, Kevin me dio la sorpresa con el libro autografiado, y sí, eso me merezco ante mi esfuerzo, pero también lamento ser demasiado gentil como para darle las gracias con otro regalo, aunque es más un detalle, algo simple que tal vez no le guste, pero aquí estoy.

Abro la puerta y me sorprende ver a John sentado en el escritorio y leyendo una revista, al notar mi presencia la hace a un lado y me regala una sonrisa, aunque tan pronto nota la bolsa su expresión cambia.

—¿Adelantando su cumpleaños? —pregunta de repente.

—¿Disculpa?

—Eso —señala la bolsa—, es demasiado pronto para darle un regalo de cumpleaños, porque es obvio que vienes a ver a Kevin.

—¿En donde está?

—Arriba, al final de los estantes de libros se encuentra una puerta de madera, él esta ahí.

—Gracias John. Y no, ni siquiera sé de su cumpleaños.

Se limita a asentir y vuelve a tomar su revista. Comienzo a subir las escaleras para llegar justo a el lugar donde descubrí que él era realmente Kevin y no John, por suerte logro llegar al último estante y encontrar la puerta de madera, doy un par de toques y nadie responde, vuelvo a hacer lo mismo y nada. Tomo el pomo, lo giro y abro la puerta. Es una habitación oscura, a excepción de dos lámparas que se hacen cargo de iluminar una parte de la habitación, y es justo donde Kevin se encuentra, música clásica suena de fondo, desconozco al artista, pero la melodía es hermosa.

Él esta creando arte.

 —Kevin —me aclaro la garganta—, espero no molestar…

—¿En serio?, no pudiste aguantar un día sin mí, ¿cierto? —su voz suena un poco ronca.

—Creo que lo malinterpretas.

—No —gira para mirarme de frente, lo cual para mí es imposible, ya que gracias a la poca luz y su sombra no alcanzo a verlo como quisiera, pero lo que si noto es que trae puesta aquella sudadera azul—. Si estás aquí es por algo.

—No es para verte, sino para darte un pequeño detalle como agradecimiento por el libro —torpemente estiro mi brazo para acercar la bolsa de regalo a Kevin, él no duda en aceptarla, al contrario, tan pronto la tiene en sus manos la abre—, espero te guste, creo que es algo de tu tipo.

Kevin saca con cuidado la pieza de cerámica, al verla no dice nada, no tengo idea de su expresión porque gracias a la poca luz no puedo verlo.

—¿Algo de mi tipo? La verdad Blake no tengo idea de que sea esto.

—Es arte —digo con voz firme—, bueno, eso me dijo el tipo de la tienda de antigüedades,  y yo lo veo bonito, así que espero te guste.

Kevin suelta un suspiro, deja la pieza sobre un lugar que solo el puede ver entre la oscuridad y vuelve a lo suyo.

El Arte Abstracto de Kevin Miller [Reedición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora