El Arte Abstracto de Kevin Miller [Reedición]

Marcas

—No podre ser fuerte sin ti —digo ocultando mi rostro en su pecho.

—Debes de serlo —acaricia con cariño mi cabeza—, la pequeña guerrera debe de seguir adelante, solo un poco más…

—¡Maldita sea Blake! —grita mi padre al soltarme un golpe en el estómago.

Mis piernas tiemblan y ahora con el golpe me falta el aire. Duele, todo me duele.

—Él sólo…

—No me importan las estúpidas excusas que tienes para nosotros, no quiero volver a ver a ese tipo aquí.

Mi padre me toma de la cara para darme un fuerte apretón en la mandíbula, sus ojos están llenos de rabia, su voz es más grave de lo normal, y los golpes se sienten igual.

—No puedo creer que te hayas relacionado con un Miller, eres el colmo Blake —escucho la voz de mi madre a mis espaldas.

Mi padre no me suelta, el apretón comienza a adormecer mi cara, y me preocupa que eso deje marca. Aunque es solo un marca más.

Sin esperar mi madre me golpea la espalda con una soga, el dolor es insoportable, suelto un grito de dolor.

—¡Por favor! —grito mi súplica—basta, ya no lo soporto.

Mi padre me suelta con fuerza lo cual provoca que caiga al piso.

—¡¿Y crees que yo soporto tener a una hija como tú?! Porque si es así los dos debemos detenernos entonces.

Sus palabras duelen, los golpes duelen, absolutamente quiero que se detengan.

—Solo detente…

Al término de mis palabras mi padre suelta una fuerte patada a mi costado, puedo sentir el  sabor de la sangre en mi boca. Las lágrimas han corrido por todo mi rostro.

Ya no lo soporto.

—Aléjate de ese Miller —toma mi cabello con su mano y comienza a jalarlo obligándome a levantar un poco mi rostro—, no vuelvas a arruinarnos de nuevo.

Dicho eso me suelta y sale de mi habitación.

Sigo en el piso, gotas de sangre salen de mi boca, me duele el cuerpo, mi alma tiene una herida nueva.

Intento levantarme, pero al notar los tacones rojos de mi madre me detengo.

—Eres una Carter —dice en voz alta—, así que entiende de una vez, nosotros no suplicamos, no imploramos ni mucho menos nos relacionamos con el enemigo. Espero y esto te haga entender lo que vales y lo cual no estás demostrando Blake.

Dicho eso sale de mi habitación. Y es así como comienzo a gritar sacando todo ese sentimiento de dolor y culpa, mis lágrimas siguen humedeciendo mis mejillas, mi pecho duele, aún así intento levantarme, lo logro con dificultad, mis pies se dirigen al baño.