Otros Como Yo

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Ya era el siguiente día, me levanté y no con el mejor afán pero lo hice, para muchos el despertar y ver un nuevo día es una bendición, mientras que lo mío, bueno no era tanto una bendición. Simplemente era la misma mierda, diferente día. Tomé mis jeans color café, me puse una camisa negra básica. Ya solo faltaban 20 minutos para entrar a la secundaria y me tomé mi tiempo para arreglarme. Claro que no era un pretexto para no alcanzar."Pff si como no".  Me acerqué al espejo a mirarme y cepillarme mi larga cabellera oscura. 

-Lista- me dije y me sonreí en el espejo. Mis ojos azules se hicieron chiquitos al hacer la acción. 
"Que horror" me dijo mi mente.

En 3...2...1 autoestima en el suelo. Con rapidez me quite del espejo en donde no pudiera ver mi propio reflejo y aquella sonrisa que había adquirido, en un segundo se desvaneció. Tomé mi mochila  con brusquedad y salí corriendo de la casa, con la esperanza de no encontrarme a mi mamá o a Britney, preferiría evitarme malditas discusiones innecesarias. Pero son mujeres y por todo discuten. 

-¡Alisson, espérame!- escuché que gritó Britney desde la casa.

Mierda.

Mierda.

Corre. 

Era una mañana muy fresca, ya casi las 7:00 a.m. y el sol se presentaba desde el horizonte con ganas de resplandecer a todas horas. El frío viento sacudió mi piel provocándome tener piel de gallina, mis rostro se ponía rojo de la baja temperatura, hasta que el sol salió por completo. De pronto todo lo que estaba frío en mi, estaba siendo calentado por una fuente de calor, las ganas vinieron a mi, el sonreír nuevamente, el respirar una vez... todo parecía como si fuese una bendición, tal vez sonará así, pero creo que esta solo era la única parte buena de mi día. Sin concentrarme en el camino, percibo que ya había llegado a la cuadra de la secundaria, y no exagero cuando digo que todos me miraban, no porque era alguien popular  o de las mejores, tal vez sí popular pero no por las razones justamente satisfactorias. Sufría Bullying. 

"Como no provocarías atención si eres fea, gorda, siempre oscura". mi mente no era muy piadosa que digamos. Era una maquina de palabras destructivas que me hacía recordar muchas cosas que no se veían con facilidad o que no eran tangibles. 

Me tape los oídos como si eso hiciera que pudiera callarlo, pero era inútil, no se puede callar algo que esta dentro de tu cabeza y retumba como eco dentro de ti. Continúe caminando, pasando ante la mirada de todos, sus susurros no faltaron. 

-¿Es ella?

-No la mires, dicen que si la ves tendrás mala suerte y se te pegará lo rechazada.

-¡Qué horror! ¿Cómo dejan que alguien así venga?

Entre esos y más comentarios tuve la "gran oportunidad" de presenciar. Me puse mis audífonos disimulando que no estaba escuchando lo que ocurría allá afuera y solo me centré en llegar por lo menos al salón, sana y salvada. Sin embargo, de mi rostro no pude detener que recorriera una lagrima por mis mejillas, por lo que rápidamente tuve que limpiarla y disimular que nada había ocurrido. 

"Te odio, a ti, a mi, a ellos, a la sociedad" le dije a mi mente para soltar lo que sentía hacía algún lado. 
"A nadie le importa lo que piensas" se bufó de mi. 

-¡Hola! - escuché una voz saludar con gran emoción. Hasta que sentí que alguien me abrazó por detrás. Mis ojos se abrieron tanto por tan inesperado acto y mi cabeza se giró rápido para ver esa persona -Que bueno que viniste- me dijo sonriendo. 

-Ah, hola - le sonreí falsamente- me asustaste, no esperé eso- confesé en voz baja.  

-¿Sabes qué sucede? Has de tener mala la conciencia- dijo en tono de broma y ser río -¿Cómo estas?- preguntó. 

-Bien, gracias y ¿tu? - le pregunté, mi mente sabia que mentía.
[¿tú bien! Jaja estas mal de la cabeza, no seas mentirosa, ¡tu vida es una mierda!] me dijo.

Rodee los ojos, en expresión de molestia hacia mi mente.

-¡Bien! Porque estas aquí - me tomó de las manos y empezó a saltar, parecía que desprendiera brillo por verme, pero en mi solo había dudas, la verdad no creía que alguien pudiera sentirse emocionado por tenerme en su vida o en su día. La verdad no sabía si todo esto que sentía era creado por mi mente o por el simple hecho de que me hicieron crecer con un montón de inseguridades o si una cosa originaba la otra, no lo sabía, solo soy una chica de secundaria que ignoraba muchas cosas de la salud mental. 




Sonó el timbre de salida, recogía mis cosas taciturna y ensimismada evitando todo a mi alrededor, evitando las miradas, los susurros, el señalamiento hacía mi persona. Todo era agotador. Suspiré.  Todo esto era una mierda y me tocaba vivirlo sola. Salí del salón y escuché de lejos que Elizabeth me gritaba "adiós", mientras que yo solo levanté mi mano para darle la señal de que su despedida había sido oída, pero no atendida. 

Llegué a casa, las luces se encontraban apagadas y me topé con un silencio tan fresco, lo que hizo que de mi rostro se asomara una sonrisa, mamá no estaba, el borracho tampoco y Britney no quería regresar conmigo, así que se fue por separado. Nuestra relación me tenía sin cuidado, no creo que una hermana le guste entrar y salir con la suya si ve que le hacen bullying, podrían tomarse la  contra ella también. Es una jodida esta situación. Prendí las luces y me dirigí a la cocina. ¿Qué quería de comer? vi unas uvas y las tomé. Me fui al cuarto arrastrando con una mano la mochila y con la otra sosteniendo el vaso de uvas. Cerré la puerta y me tiré a la cama, esta podría ser otra parte favorita de mi día, tirarme y encerrarme en un pequeño mundo viendo las redes, leyendo o distrayéndome. Así que me metí a Facebook, no tenía muchos amigos en esta red pero no era necesario, tampoco es que hablará con los demás. 

Pasaba en mi inicio, viendo fotos, videos, frases, unas muy tristes y otras muy cursis, otras muy de perra tóxica. Me metí una uva a la boca, luego otra, hasta que vi una imagen de una frase que me apareció como sugerencia. 

"Solo quiero dormir y no volver a despertar... de verdad se los digo, solo quiero descansar" -A.

Esa frase tan simple pero tan llena de significado para alguien como yo que se siente vacía, sin ganas de ver un nuevo día. Miré la página que había publicado esa imagen, hasta el nombre me pareció interesante. Chica suicida. Me metí a su perfil y sin pensarlo le di me gusta. 

Comencé a vagar en sus publicaciones y a leer los comentarios tan llamativos e intrigantes que me resultaban. Transmitían con dolor, enojo, frustración e impotencia de vivir el día a día. Entre las novedades que iba leyendo, me enteré que la pagina había sido reportada anteriormente por una señora que odiaba a este tipo de personas por el mensaje que transmitían a la sociedad, a los jóvenes del día de hoy y que podría ser muy influyente y "contaminar la mente". Lo cual me resultó gracioso, ya que la misma sociedad de la que tanto se preocupaba la señora, era la misma que les hacía complicada la vida a estos miles de jóvenes que vivían como yo, algunas variables eran iguales y otras eran peores que las mías. Sin embargo, no le quitaré peso a mi dolor y sufrimiento. Sin ser consciente de ello, pronto me di cuenta que mis mejillas se humedecían, de pronto deje de ser egoísta y el pensar que yo solo era miserable se desvaneció de mi mente. Me di cuenta de que no era la única que sufría en este abismal agujero y que el sentimiento podría ser comprendido por otros como yo. Dónde...

Sufrían como yo sufría.

Odiaban a las personas tanto como yo.

Su sonrisa era una mascara igual que la mía. 

Todos sufrían, odiaban, y soñaban con algo llano.

Al fin, existían, por muy lejos que estuvieran existían otras personas como yo, una vida llena de miserias, inseguridades y yo podría compartir algo de mi sin temer a ser juzgada.  Quería ser escuchada con aceptación incondicional. 

Alisson (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora