CAPITULO 15.

639 39 1
                                    

*Shannon*

 Kyle y yo estamos juntos. En secreto como un par de amantes, pero juntos. Y para ser sincera, creo que jamás había sido más feliz.

 En los pasillos de la escuela, mi mirada y la de Kyle se buscan y se encuentran y se saludan con un apasionado beso, cuando nuestros cuerpos están totalmente lejos el uno del otro. En la cafetería, a la hora del almuerzo, hablamos como dos amigos totalmente platónicos, pero nuestras manos se encuentran por debajo de la mesa. Por las tardes, yo, asisto a los entrenamientos del equipo para ver a Kyle, pero con la excusa de ver a Nick e incluso a Jared. Sé que está mal, pero todos parecen muy contentos. Por la noche, Kyle y yo hablamos por teléfono hasta muy tarde. Una vez, amanecí con el teléfono entre mi oreja y la almohada. Pero mis noches favoritas son cuando Kyle va a casa de mis tíos a media noche, trepa por el árbol que hay frente a mi habitación y entra por la puerta del balcón que siempre dejo abierta.

 Algunos días, en lo que se supone que Kyle me ayuda a estudiar en realidad, vamos al bosque y pasamos todo el día sentados en aquel viejo kiosco que se sostiene gracias a un cerezo y pasamos horas ahí viendo las nubes, escuchando música, comiendo, hablando y riendo. Aunque parezco increíble, Kyle y yo, siempre encontramos temas nuevos y diferentes de los que hablar. También descubrí que Kyle es extremadamente cursi, al menos eso me pareció a mí. Un día en que lo convencí de no entrar a clases, él y yo fuimos al cerezo. A media tarde yo me quede dormida, pero cuando desperté y busque a Kyle, lo encontré tallando algo en el tronco del cerezo.

―Kyle, ¿qué haces? ―le pregunte.

―Inmortalizo nuestro amo en el tronco del árbol―me contesto sin voltear a verme.

― ¿Qué?

―Estoy tallando nuestros nombres.

― ¿Por qué?

―Porque es romántico―se limito a decir.

―Kyle, eso que estás haciendo y diciendo es una locura.

―Shannon, amarte es una locura―me dijo Kyle, yo sonreí y lo bese. No podría estar más de acuerdo.

 En el tronco del cerezo quedó escrito: “Kyle ama a Shannon.”  

 Kyle me parece muy cursi, pero por alguna extraña razón, me encanta. Pero sobre todo, me encanta besarlo. Kyle y yo nos besamos mucho. Acostados en el pasto. Kyle sentado a los pies del cerezo y yo sentada en su regazo. En su auto. En la sala de estudio de la biblioteca, o entre sus pasillos. Detrás de las gradas de la escuela, cuando no hay nadie cerca. La verdad es que es muy excitante estar en secreto con Kyle. Y aunque nunca hemos llegado lo suficientemente lejos, eso hace que nuestros encuentros sean mucho más excitantes. Y entre besos secretos y miradas robadas ha pasado un mes.

 Estamos a mediados de octubre y el frio se siente cada vez más fuerte, pero eso no me impide estar sentada en mi lugar habitual en las gradas viendo lo que queda del segundo tiempo del partido entre el instituto Brown y Cornwall High. El marcado está empatado gracias al pateador estrella del instituto Brown, ósea Kyle. Dana, que está a mi lado, me aprieta la mano con tanta fuerza que me sorprendo a mi misma por no gritar de dolor, pero la entiendo, los nervios están a flor de piel. Los equipos se encuentran en el centro del campo para la jugada final. Todo sucede demasiado rápido, pero alcanzo a ver el asombroso pase de Jared hacia Nick, que es el receptor, y veo como mi primo corre cada vez más rápido esquivando a los defensas del equipo contrario y cuando todo parece perdido para nuestro equipo, mi primo llega a la zona de anotación marcando un touchdown.

 El marcador final fue Cornwall 25 – Brown 31. Todos mis compañeros estallan en vítores, incluso Dana y yo, a la vez que nos abrazamos y comenzamos a brincar como un par de niñas pequeñas por la victoria de nuestro equipo. A lo lejos veo a Kyle riendo y celebrando con Nick y el resto del equipo. Yo quiero cruzar el campo para besarlo y abrazarlo, pero me contengo y me limito a felicitarlo con la mirada y una sonrisa que él me devuelve. Pero unas manos totalmente extrañas sobre mi cintura, quitan mi atención de Kyle. Y antes de que pueda decir o hacer algo, los labios de Jared están sobre los míos. Jared deja su mano derecha en mi cintura para acercarme más a él, y con la izquierda sostiene mi rostro para besarme con más profundidad.

 No sé cómo ni por qué, pero me encuentro correspondiéndole el beso a Jared. Juro que no quería hacerlo, pero lo hice. O tal vez sí sé por qué lo hice. Tal vez se debió a que vi como Kyle, en un arranque, muy visible, de celos corrió hacia Emily y la beso tan apasionadamente como Jared a mí. Y un deseo de venganza apoyado por los celos se apodero de mi sentido común.

 Debo admitir que Jared es un buen besador, pero es más precipitado un poco brusco en comparación con Kyle, quien se toma su tiempo para hacer más placentero el momento. Y para ser honesta, con Jared besándome no siento el mismo cosquilleo que Kyle me provoca con el simple hecho de mirarme. Cuando, al fin, Jared se separa de mí, me mira con una enorme sonrisa y me abraza dándome vueltas en el aire. Nick y Dana nos miran confundidos. Emily nos mira alegre. Y Kyle…, él nos mira con el ceño fruncido a la vez que aprieta los puños y la mandíbula, acto seguido se da media vuelta y se va con destino a los vestidores.

― ¿Qué fue eso? ―me pregunta Dana cuando Jared por fin me dejo para ir con el resto del equipo a los vestidores.

―Te juro que no tengo idea―le respondo saliendo de mi estado de shock.

―Creí que no te gustaba Jared de esa manera―me dice―. ¿Por qué lo besaste?

― ¡No lo sé! ―exclamo mintiendo.

―Shannon, tú y Kyle deberían ser más cuidadosos. Se están volviendo muy obvios.

 El comentario de Dana me toma por sorpresa y me descoloca.

― ¿De qué estás hablando? ―pregunto con una sonrisa nerviosa.

―De lo que pasa entre tú y Kyle―me responde―. Nick y yo ya sospechábamos algo desde hace tiempo, pero no estábamos seguros. Y hoy, mientras Jared te besaba, Kyle no dejaba de taladrarlo con la mirada. Agradece que todos estuvieran distraídos celebrando, que no se dieron cuenta.

 Estoy por soltar alguna maldición, cuando suena mi celular. Es un mensaje. Y es de Kyle.

“Nos vemos detrás de la biblioteca en 5.”

 ¡Mierda! Esto no puede ser bueno.

―Debo irme, pero hablamos después―le digo a Dana y me doy media vuelta, pero ella me detiene.

―Espera. ¿Qué le diré a Jared si me pregunta por ti?

― ¡Ay, yo qué sé, Dana! Invéntale algo, lo que sea. No importa.

 Sin tiempo para escuchar a Dana replicar, me voy en busca de Kyle.

Mi Vida es Mejor Contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora