CAPITULO 25.

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*Shannon*

 El tiempo pasa, el invierno se acerca y el maldito frío llega. Estamos a mediados de diciembre, y la próxima semana saldremos de vacaciones. Hoy es jueves y mañana, viernes, habrá una fiesta en casa de Jared…, para variar. Pero nada de eso me entusiasma. Dentro de dos semanas es Navidad y luego mi cumpleaños. Mientras más se acerca esa maldita fecha más tensa y nerviosa estoy. Mis pesadillas han vuelto. Ni siquiera duermo por miedo a despertar gritando. Así que cada noche, la paso en vela con Leo dormido en mis brazos. A pesar de que llevo muchos días sin dormir tengo bastante energía ya que estas noches no se comparan a las que viví en Nueva York, por lo tal nadie se da cuenta de mi mal. Excepto Kyle. Odio lo bien que me conoce.

 Pero esos no son mis únicos problemas, mientras los días más pasan, menos soporto a Jared. Últimamente no se despega de mí, lo cual me pone nerviosa. Sobre todo porque Kyle me dijo que sospecha algo. El chico atento y cariñoso ha desaparecido y ha dejado en su lugar al típico novio celoso y posesivo. Simplemente ya no aguanto a Jared. Si fuera por mí ya lo hubiera mandado a freír espárragos, pero Kyle me detiene, y tiene razón. No puedo darle a Jared más motivos de sospecha. Por otra parte, Kyle también sufre sus dolores de cabeza gracias a Emily, que aun no se hace a la idea de que su relación con él está terminada. No para de insistirle con que son el uno para el otro y que su destino es estar juntos y no sé qué tontas cursilerías más. Pero para mí buena suerte, Kyle siempre le dice fuerte y claro: NO.

 Debido al intenso frio que hace, tomamos la clase de educación física en el gimnasio, pero rebelde como siempre, no hago caso al entrenador y estoy sentada en un rincón escuchando música en mi iPod, cuando veo a Emily dirigirse a mí. No sé que hace aquí, no tenemos ninguna clase juntas, así que me sorprende verla y aun más cuando se sienta a mi lado.

―Prima, estoy desesperada―dice nada más al sentarse, yo me quito los auriculares.

― ¿Qué te sucede? ―le pregunto con fingido interés.

― Necesito de tú ayuda. Necesito recuperar a Kyle―me dice y yo la miro como si le hubiese salido un tercer ojo en la frente.

 ¡Esto es increíble! ¿De verdad me está pidiendo ayuda para recuperar a Kyle? No sé si reír o golpearla.

― ¿Cómo dices? ―es lo único que consigo decir.

―Kyle y tú son buenos amigos…

«Ni te imaginas que tan buenos amigos somos», pienso con una sonrisa malévola que ella ignora.

―Tal vez tú puedas hacerlo entrar en razón―continua Emily―, y decirle que se equivoca al estar separado de mí.

― ¿Estás hablando en serio? ―pregunto resistiendo el impulso de darle una bofetada.

―Jamás he hablado más enserio en mi vida. Quiero recuperar a Kyle y sólo tú puedes ayudarme.

― ¿Y no te has puesto a pensar en que tal vez, Kyle, no quiera regresar contigo?

― ¡Ja! Y ¿por qué no? ―pregunta con arrogancia.

―Y yo que sé―. Más de lo que ella cree―. Tal vez, Kyle, tenga sus motivos.

―Pues sean cuales sean, son absurdos. Yo soy todo lo que Kyle necesita.

―Y según tú, ¿qué es lo que Kyle necesita? ―le pregunto, pero no me contesta, no sabe que decir―. Ni siquiera sabes lo que le gusta, ¿cierto?

― ¡Claro que sé lo que le gusta! ―exclama con fingida indignación, yo pongo los ojos en blanco.

―Por favor, Emily. Estoy segura de que no tienes nada en común con Kyle.

Mi Vida es Mejor Contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora