CAPITULO 30.

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*Kyle*

Aún entre varias mantas el frio del exterior me cala en los huesos, y siento un vacío en mi interior. Para ser sincero, me siento patético. Saber que Shannon se encuentra a kilómetros de mí me mortifica. No sé si está bien, si está mal... en resumidas cuentas, no sé nada de ella. Quiero cuidarla y estar al pendiente de ella a cada minuto, aún sabiendo que es una de las personas más fuertes e independientes que conozco. Shannon no es una niña pequeña que necesite de mí, soy yo quien necesita de ella. Y eso es lo que me hace sentir patético. Pero en mí defensa, es la primera vez que no nos vemos durante 48 horas seguidas.

No sé exactamente de qué se traté, pero desde que conocí a Shannon supe que entre ella y yo hay una conexión o de lo contrario no me sentiría tan vacio por su ausencia. Ella es mi complemento. Tengo la teoría de que si algo o alguien me obligara a apartarme de Shannon por más de dos días, me desmoronare. Y es que Shannon se me metió debajo de la piel, quedó impregnada en mí como un tatuaje. Lo que tengo con ella me mantiene a flote. Somos tan diferentes pero a la vez tan iguales. Cuando me siento perdido, pienso en ella y sé que no estoy solo. Hay miles de chicas en el mundo que aún no conozco, pero sé que Shannon es la única con la que quiero estar.

Hoy es jueves, ni ayer ni hoy me atreví a ir a la escuela. No porque tenga miedo o algo por el estilo, simplemente aún no me siento lo suficientemente preparado para enfrentarme a Jared y menos a Emily quien no deja de llamarme. En uno de sus mensajes de voz, me exige que le diga cuales son mis verdaderos sentimientos hacia su prima. Estuve tentado, más de una vez, a llamarla y decirle todo. Pero primero prefiero hablar con Shannon al respecto, pues quiera o no ya es momento de decir la verdad a todo mundo. Mi mamá me invito a ir con ella y con Charlie al centro comercial para hacer las últimas compras navideñas, pero yo preferí quedarme en casa, por eso y por el frio que hace estoy acostado.

Estoy por quedarme dormido cuando, a mis espaldas, siento que mi colchón se hunde por el peso de alguien más. También siento como unos fríos pero suaves labios me recorren la mandíbula. Desconcertado, abro los ojos, me volteo y veo a Shannon frente a mí sonriéndome ampliamente.

―Hola―me saluda.

― ¡Shannon! ―exclamo como si su nombre fuera la respuesta a los misterios del mundo.

Sin esperar nada mas, sujeto a Shannon de los brazos, me doy la vuelta y la tumbo debajo de mí en la cama y la beso. Sus labios y manos están fríos debido al clima, pero beso a beso, caricia a caricia, la temperatura de su cuerpo de acompasa a la mía. Nos besamos con intensidad, mis manos recorren sus cintura, su abdomen y su cadera, mientras que las de ella juegan con mi cabello. Finalmente, después de unos minutos, nos separamos, ya que ambos tenemos que respirar.

―Vaya... sí que te alegras de verme―dice Shannon, entre jadeos y con una sonrisa.

―Como no tienes una idea―le digo y ella vuelve a besarme.

Sin necesidad de más mantas, el frio se me quita. Mientras Shannon más me besa, más la deseo. Como aún sigo en pijama, es poca la ropa que llevo, pero Shannon... Sin separarme ni un centímetro de su boca, le quito su chaqueta, su suéter y su blusa. Mientras la desvisto, Shannon nos hace girar sobre la cama, yo me enderezo y quedo sentado con ella en mi regazo. Estoy besando su hombro derecho cuando algo en la parte baja de su espalda me llama la atención.

― ¿Qué tienes en la espalda baja? ―le pregunto separándome, apenas unos centímetros, de ella.

―Oh, sí―exclama sonriendo―. Me hice un tatuaje.

― ¿Qué? ―exclamo yo, muy sorprendido.

―Lo que oyes. Me hice un tatuaje.

―Déjame verlo―le pido y ella se tumba bocabajo en mi cama.

Mi Vida es Mejor Contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora