CAPITULO 11.

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*Shannon*

 Cuando abro los ojos, lo primero que veo es a Leo, dándome húmedos besos caninos en la cara. Luego de quitarme a Leo de encima miro el reloj. 12.50 pm. Abro los ojos tanto como puedo y me levanto enseguida. Es sábado, pero tengo cosas que hacer. No había dormido tanto en mucho tiempo. Me meto corriendo al baño y me doy una buena ducha. Mientras el agua recorre mi cuerpo, mi mente viaja al día de ayer. Jamás me la había pasado también, sobre todo estando en mis cinco sentidos. Me resulta increíble como en tampoco tiempo, Kyle, se ha convertido en una persona importante para mí. Nunca había conocido a alguien como él. Es tan tierno, simpático, gracioso, adorable, muy guapo y sobre todo muy talentoso. Creo que nunca había conocido a alguien que dibujara tan bien como él. Sus dibujos son realmente extraordinarios, podrían parecer fotografías a menos que mires con atención y veas que sólo se trata de lápiz y papel. Algunos de sus dibujos te hacen sentir lo que el modelo siente: felicidad, tristeza, enojo, confusión. Sinceramente, creo que Kyle debería exponer sus dibujos en alguna galería de arte, tendría mucho éxito.

 Pensado en los dibujos de Kyle, pienso también en “ella”. La mujer de los dibujos y quien tanto incómoda a Kyle. ¿Quién será “ella”?, me pregunto. Pero lo que en realidad quiero saber es: ¿Qué fue “ella” para Kyle? Un extraño sentimiento me recorre el cuerpo, me hace tensar la mandíbula, fruncir el ceño y apretar los puños. No. Sacudo la cabeza y abro las manos. No puedo estar celosa. Y mucho menos de alguien que no tengo ni la menor idea de quién es. Dejo que el agua quite mi repentino mal humor y salgo del baño. Después de secar mi cuerpo, me pongo mi ropa interior y me visto con unos jeans azules, un par de tenis Vans grises y un suéter amplio también gris. Me arreglo el cabello como mejor puedo, pero después de cinco minutos me rindo y lo dejo en despeinadas ondas como siempre está. Me maquillo lo mínimo y después de cepillarme los dientes bajo a la cocina.

 Martha, la encantadora mujer que hace la limpieza en casa tres veces a la semana, me informa que mi tío está en su oficina, que mí tía y Emily se fueron al club y que Nick llevo su auto al mecánico para un cambio de aceite. Le agradezco con una sonrisa y me pongo a prepararme mi almuerzo. Como en mi habitación, y cuando termino me pongo a hacer mis deberes.  Hago mi tarea de esa semana, adelanto algunos trabajos y luego me pongo a buscar ideas para mi proyecto de arte. Pero la suerte no está de mi lado y me desespero. Me acuesto en el sofá de terciopelo color índigo de forma que mi cabeza cuelga sobre el borde del asiento y mis piernas se sostienen en el respaldo. Veo todo de cabeza, lo cual me causa risa y cierro los ojos.

 Aún con los ojos cerrados y con una sonrisa en mis labios, acaricio a Leo que está echado a mi lado, pero de repente se pone de pie y se va de mi lado, entonces abro los ojos. Kyle está en la puerta de mi habitación, acariciando a Leo que no deja de mover la cola alegremente. Cuando Kyle me mira, se ríe por mi postura. Yo trato de levantarme, pero me caigo y aterrizo bocabajo en la alfombra. Kyle corre a ayudarme, siento sus manos en mi cintura y de nuevo esas estúpidas mariposas aparecen revoloteando como tontas en mi estómago. Me separo inmediatamente.

― ¿Estás bien, Shannon? ―me pregunta Kyle preocupado.

―Por supuesto. No fue nada―le digo. ¿Por qué estoy tan nerviosa?

―Tienes un bonito perro―me dice con una sonrisa mientras vuelve a acariciar la cabeza de Leo.

―Sí, lo sé. ¿Hace cuanto que estas en la puerta de mi habitación?

―No mucho―me responde―. Martha me dejo pasar. Vine a buscar a Nick, pero no está. Pase por aquí y te vi.

―Aah.

―Creo que le agrado a tu perro―dice mientras ambos vemos como Leo se desvive por llamar su atención.

―Se llama Leo―le informo―. Y sí. Parece que le agradas.

Mi Vida es Mejor Contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora