• Capítulo 21 •

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Parte de mi rutina por las mañanas era comprobar los mensajes del móvil prácticamente después de despertarme, cuando todavía tenía los ojos llenos de legañas, el cuerpo caliente entre las sábanas y las piernas entumecidas por una larga noche sin moverme. Esa noche no había dormido demasiado porque tenía mucho en lo que pensar y ese mucho tenía nombre y apellidos: Jeon Jungkook. Mientras la habitación estaba a oscuras y mis compañeras dormían plácidamente, mi mente rumiaba una y otra vez acerca del mismo asunto. ¿Jungkook y yo nos conocíamos? Por mucho tiempo que hubiese pasado pensando en ello no llegué a ninguna conclusión acertada, quizás porque el miedo a aceptar la realidad seguía presente.

No obstante, supe cuál era el verdadero significado de la palabra miedo cuando desperté al día siguiente.

En la bandeja de entrada me encontré con un mensaje de un número oculto. Pinché en él y me apareció un archivo multimedia. Al ver la imagen, el corazón me dio un vuelco y me levanté de la cama a toda velocidad, cayéndose al suelo el cojín con el que siempre dormía abrazada.

—¿Qué es esto? — Susurré para mis adentros, presa del pánico. No me había percatado de que Hye aún estaba en la habitación, pues normalmente ella y yo éramos las últimas en despertarnos. Despegó la cabeza de la almohada y me miró con un ojo cerrado.

—¿Uhm? ¿Qué pasa? — Inquirió con la voz adormilada. Fui hasta su esquina de la habitación y le mostré la fotografía. Hye abrió los ojos con asombro y se sentó en la cama. — ¿Quién os ha hecho esto? No tiene ninguna gracia. Da miedo.

—Lo sé, pero lee el siguiente mensaje. — Dije con nerviosismo, señalando el teléfono que aún tenía en sus manos. Me apresuré a dictarlo yo misma: — Ten cuidado, alguien te está espiando.

—¿Ten cuidado? ¡Ten cuidado tú, que como me entere de quien eres te parto tu madre! — Exclamó Hye, haciéndome dar un brinco. La quité el teléfono y volví a mirar la fotografía. La calidad no era extremadamente buena, supongo que se habría tomado desde un móvil, pero se veía claramente el interior del coche de Jimin. En primer plano se encontraba mi espalda y mi cabello, el cual cubría gran parte de mi perfil. Por otro lado, destacaban las manos de Jimin en mi espalda, su frente, y sus ojos cerrados mientras me besaba. — ¿Tienes una idea de quién ha podido ser?

—C-creo que sí...— Balbucí. — Ayer nos estaban siguiendo dos hombres. Pensaba que eran sus guardaespaldas pero viendo esto está claro que no lo eran.

Mientras hablaba escribí a la carrera un mensaje y lo envíe sin pensarlo.

~¿Quién eres?

—Tienes que decírselo a Jimin, seguramente esto esté relacionado con él. — Propuso Hye. Yo tenía los ojos fijos en la pantalla del móvil esperando una respuesta. Sin darme cuenta me llevé el dedo índice de la mano derecha a la boca y comencé a mordisquear los pellejitos en un momento de crisis de ansiedad.

—¿Tú crees? No quiero preocuparle.

—¡Debes decírselo, Hana! Probablemente solo sea una fan celosa, su equipo sabrá lidiar con la situación. Puedo acompañarte ahora mismo, no tengo nada que hacer por la mañana.

Seguía dudando de qué debía hacer cuando un nuevo mensaje apareció en la pantalla.

Número desconocido~ No puedo decirlo.

Número desconocido~ Tienes que recordar tu pasado si no quieres perder tu futuro.

¿Qué diablos significaba eso? ¿Cómo sabía esta persona que yo tenía un pasado que recordar? Entré en pánico más de lo que ya estaba. Después de que Hye leyera los nuevos mensajes me lanzó una camiseta a la cara.

Car Crash {Jungkook}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora