El día al fin había llegado, desde que la habían llamado para informarle de su aceptación como gerente de alimentos en una de las empresas de organización de eventos más importantes de la Ciudad de México no había parado de mostrar su entusiasmo a todo momento, sus padres, personas íntegras y respetadas en la pequeña ciudad donde vivían estaban felices por ella, pero no podían evitar sentir angustia por su hija, su pequeña como ellos le decían, se iba lejos de su lado a una ciudad completamente desconocida para ella. Todo estaba listo en sus tres maletas con algo de su ropa, ya iría de compras en la ciudad y de artículos decorativos para su nuevo departamento, los nervios la empezaron a invadir cuando llegó la hora de irse a esa nueva aventura en su vida.-¿Ya tienes todo mi pequeña?- preguntó Lucía con una sonrisa dibujada en su ya cansado rostro.
-Sí Mamá, está todo listo- se acercó a ella y la abrazó -. No debes preocuparte mami, estaré bien- dijo Miranda.Un par de horas después ya iba en camino hacia esa gran ciudad que la esperaba con grandes sorpresas y oportunidades para ella, no pudo evitar derramar una lágrima al dejar a sus padres y perseguir sus objetivos pero se sentía muy feliz de por fin empezar a alcanzarlos; al llegar a la ciudad logró ver a un hombre un poco bajo de estatura que sostenía un letrero con su nombre, él debía ser Jack, el chofer que había mandado la empresa a recogerla apenas llegara, le dedicó una cálida sonrisa la cual tranquilizó un poco sus nervios.
-Buenas tardes, tú debes ser Jack- dijo Miranda regresando la sonrisa.
-Sí señorita Jáuregui, el que viste y calza- contestó el hombre con una gran sonrisa.La condujo al auto y se encaminaron al edificio donde se encontraba el departamento que había logrado encontrar a muy buen precio pero lindo y acogedor, en su mayoría blanco, combinado con algunos muros, muebles y decoraciones gris perla, con un gran ventanal en el comedor que dejaba ver una hermosa vista de la ciudad, los rayos del sol empezaban a bajar lo cual provocaba que se sintiera una calidez que ella agradeció, se quedó ensimismada en sus pensamientos y en la maravillosa vista que tenía, a su espalda Jack terminaba de meter sus maletas.
-Señorita- dijo Jack.
-Dime- contestó Miranda al mismo tiempo que volteaba a ver al hombre.
-Ya está todo listo, todo funciona, su asistente se encargó de surtir la alacena de acuerdo a la lista que envió, si no necesita nada más me retiro, vendré mañana por usted para llevarla a la oficina- dijo cortésmente el hombre.
-Es todo gracias, y sí, está bien, nos vemos por la mañana, descanse- dijo Miranda sonriéndole agradecida.En cuanto la puerta se cerró se dedicó a revisar cada detalle de su nuevo hogar, sacó de una de las maletas una foto suya con sus padres del día que se graduó de la universidad, le buscó el lugar perfecto y decidió colocarla en una repisa en la sala, aún era temprano así que decidió empezar a acomodar su ropa y zapatos en el gran armario que tenía su habitación.
La noche llegó, revisó su agenda para el siguiente día, realmente no sería su primer día de trabajo, era viernes y ese día se haría una reunión entre empleados por lo que fue invitada por el presidente de la empresa aprovechando la ocasión para ser presentada ante todos, afinaría varios detalles de su contrato y se le daría un tour por el edificio, sería un día sencillo y eso la relajó, abrió una botella de su vino tinto favorito y se dispuso a darse un baño relajante en el hermoso jacuzzi que se encontraba en el centro del gran baño, unas velas aromáticas, su copa de vino y agua burbujeante "mi paraíso" se dijo.
El sonido de la alarma era persistente, con una mano perezosa alcanzó su celular y la apagó, el baño había ayudado bastante, se sentía relajada y lista para su primer el día que le esperaba, después de tomar otra ducha se puso la ropa que había elegido una noche antes para ese día tan especial, unos pantalones negros ceñidos a sus piernas, acompañados de una blusa blanca de chifón que enmarcaba su pequeña cintura y sus pechos y un blazer del mismo color del pantalón, decidió llevar el cabello suelto con ondas, maquillaje discreto, y unos stilletos negros que hacían lucir de maravilla a sus largas y bronceadas piernas, un último vistazo, un termo lleno de su café favorito (qué buen trabajo había hecho Pilar al surtir cada cosa de la lista que Miranda envió), bajó por el elevador checando por última vez su apariencia en las paredes reflejantes del mismo. Jack la esperaba en la entrada del edificio, subió al vehículo de lujo propiedad de la empresa, fue un trayecto tranquilo de veinte minutos hasta que logró reconocer el gran edificio donde estaba segura crecería bastante a nivel profesional, en la entrada la esperaba una mujer alta, de cabello castaño hasta los hombros, con una gran sonrisa, ella debía ser Pilar.
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El Futuro Es Hoy
Romance¿Qué pasa cuando tus miedos no te dejan avanzar? Cuando no quieres volverlo a intentar por tus fracasos pasados, cuando se te presentan grandes oportunidades y por ello las dejas pasar, cuando formas una coraza casi impenetrable y no te permites viv...