Despertó abrazada a aquel hombre que la había hecho enloquecer gran parte de la noche, se sentía extraña en ese lugar, decidió ser ella quién preparara el desayuno para esa mañana, se levantó y se encontró con un problema, no llevaba otra muda de ropa además del vestido de la noche anterior, entró al baño y encontró una bata, decidió ponérsela, le quedaba un poco grande pero serviría, se dirigió a la cocina y preparó el desayuno, unos minutos después sintió la presencia de alguien observándola, se dio la vuelta y se encontró con Santiago recargado bajo el umbral de la puerta, sólo portaba unos pantalones deportivos y una sensual sonrisa en los labios.
-Buenos días Tiago- saludó con una sonrisa-, ésta vez yo me tomé la libertad de preparar el desayuno.
-Está bien Mindy- respondió ampliando su sonrisa-, ¿Quieres que te ayude en algo?
-No Tiago, ¿Cómo crees?- dijo negando con la cabeza- Tú preparaste todo el desayuno ayer, sólo espera.
Tiago puso la mesa y se deleitó viéndola moviéndose por toda la cocina, sólo le ayudó en decirle dónde encontrar algunos condimentos, minutos después Mindy terminó de preparar y desayunaron entre risas.
-¿Qué harás hoy Mindy?- preguntó Tiago antes de morder su tostada francesa.
-Nada en realidad- respondió encogiéndose de hombros.
-¿Qué te parece si te llevo a conocer parte de la ciudad?- preguntó con una enorme sonrisa.
-Bueno, me parece bien- asintió-, pero primero, ¿Me puedes llevar a mi departamento? Necesito ducharme y cambiarme, porque, no creo que tengas ropa de mujer ¿O sí?- dijo antes de soltar una pequeña risa.
-No- pensó en la ropa que Esmeralda había dejado pero no quería dar explicaciones de ese tema-, no tengo, y no te preocupes vamos a tu depa.
En lo que Mindy limpiaba Tiago tomó una ducha, se puso unos jeans y una camisa, salió y Mindy ya se había puesto el vestido de la noche anterior, pensó de nuevo en la ropa de Esmeralda pero sabía que debía decirle el origen de la misma y eso sería inmiscuirla demasiado en su vida personal, era algo que no quería hacer... Aún.
Salieron rumbo al departamento de Mindy, metió su auto al estacionamiento y subieron hacia él, Tiago se sentó en el sofá a ver televisión mientras ella se arreglaba, a pesar de todo lo que ya había pasado entre ellos no dejaba de sentirse ansiosa al pensar en él, al saber que estaba sentado en su sillón esperando por ella, optó por unos jeans de tubo, una linda blusa y su cabello en una coleta con ondas cayendo sobre su espalda, maquillaje natural, decidió usar sus lentes ya que de nuevo no encontraba sus lentillas, un par de minutos después salió hacia la sala, lo vio sentado con la vista fija al televisor pero se notaba que su mente andaba en otro mundo.
-¿Tiago?- preguntó suavemente detrás de él.
-¿Sí?- respondió después de aclararse la garganta.
-¿Estás bien?- preguntó preocupada.
-Sí, sí, no te preocupes- dijo volteando a verla con una sonrisa- ¿Lista?
-Sí, vamos- asintió un poco extrañada por la expresión de Tiago cuando lo vio.
-Te ves muy sexy con lentes- dijo tomándola por la cintura.
-Pues muchas gracias- sonrió-, le deberé mi sensualidad a mi ceguera.
-Y también eres graciosa- rio antes de darle un suave beso en los labios.
Se dirigieron al centro de la ciudad, la llevó a conocer la Catedral Metropolitana, el Templo Mayor y el mirador de la Torre Latinoamericana.
Caminaban por las calles de la ciudad, Tiago la llevaba colgada de su brazo, comieron en un pequeño y lindo restaurante con vistas al zócalo, platicaron gran parte de la tarde. Santiago logró evadir las preguntas sobre su vida personal, familia, pasado; habló de sus inicios en la música y cómo pagó sus estudios con su pasión, Mindy lo escuchaba con una gran sonrisa, adoraba escucharlo hablar de música, veía cómo le brillaban los ojos al contarle su historia como cantante y músico.
Estaban afuera del departamento de Mindy.
-¿Te quedas a cenar?- preguntó nerviosa.
-Claro- aceptó con una sonrisa.
Entraron al elevador Tiago la tomó de la cintura y la pegó a él.
-¿Podemos empezar por el postre?- sugirió Tiago antes de besarla apasionadamente.
-Podrías convencerme- respondió arqueando una ceja y mordiéndose el labio.
-De acuerdo- dijo mientras atrapaba sus labios en otro beso apasionado.
Al salir del elevador la cargó haciéndola rodear su cadera con las piernas, entraron rápido al departamento y la recostó en el sofá, le quitó la blusa y él se deshizo de su camisa, sus manos aprisionaron sus senos momentos antes de liberarlos del sostén, dirigió sus labios directamente a sus pezones mientras le quitaba lentamente sus jeans y él se deshacía de los suyos, empezó a dibujar círculos encima de sus bragas provocando que empezara a retorcerse de placer, se las quitó lentamente y volvió a besarla con la misma pasión que las veces anteriores, su mano empezó a estimular su feminidad sacándole varios jadeos que él disfrutaba escuchar, introdujo un dedo haciéndola arquear la espalda al sentirlo, introdujo uno más enloqueciéndola al instante.
-Santiago- dijo ella entre jadeos.
-Dime- respondió viéndola a los ojos.
-Te deseo dentro de mí- alcanzó a decir entre jadeos más fuertes.
Tiago se colocó rápidamente un preservativo y entró en ella arrancándole un grito de placer por sentirlo, tomó sus tobillos entre sus manos y empezó sus sensuales movimientos de caderas colmándola de placer, se retorcía con cada movimiento, se veían directo a los ojos cuando ambos empezaron a sentir corrientes eléctricas en sus cuerpos, jadeos incesantes inundaron el lugar, unos movimientos más rápidos y ambos alcanzaron una explosión de placer, tuvieron que reprimir sus jadeos entre besos.
Mindy se puso unos pequeños shorts con una blusa ligera, él decidió ponerse sólo la parte baja de su ropa.
-Bien- dijo ella volviendo de su habitación-, ¿Qué quieres cenar?
-¿Qué te parece si pedimos una pizza y me invitas a ver otra película?- respondió sentándola en sus piernas y llenando su cuello de besos.
-De acuerdo- respondió tomando el teléfono para hacer el pedido.
La mitad de semana había llegado en un abrir y cerrar de ojos, estaba reunida con Gianna tratando temas sobre el evento deportivo.
-Ya enserio Mindy- dijo la rubia viéndola-, ¿Qué hay entre ustedes?
-Nada- respondió sonriendo-, ya te dije que sólo hemos salido y ya.
-Mindy por favor- dijo volteando los ojos-, no soy una niña, entre ustedes pasa algo.
-Que no Gianna- alzó la cabeza hacia el techo-, somos amigos.
-Ajá, amigos que salen, se besan y tienen sexo- dijo sonriendo ampliamente.
-¡¿Qué?!- respondió en un grito.
-Ay Mindy cálmate- contestó sonriendo-, si es así no tiene nada de malo siempre y cuando los dos quieran que las cosas sean de ese modo.
-Ay amiga, como que tu tinte rubio te afecta un poquito las neuronas eh- dijo antes de soltar una carcajada.
-¡Que no es tinte!- respondió la rubia- Y no me cambies el tema Mindy.
Miranda sabía que era rubia natural pero le gustaba hacerla enojar con esa broma.
-Pues no digas cosas que no caray- reclamó Mindy.
-No diría que son así- dijo Gianna-, pero escucha, si pasa o no es cosa de ustedes.
-Exacto- terminó Mindy.
Estaba en su oficina pensando en las palabras de Gianna, "No tiene nada de malo siempre y cuando los dos quieran que las cosas sean de ese modo", se repitió la frase una y otra vez, "¿Qué quiero yo de esto?" no se había puesto a pensar en ello, sólo disfrutaba sus encuentros con Tiago, habían salido un par de veces y lo pasaba de maravilla con él, pero, ¿Eran consideradas como citas?, no lo sabía, lo único que sabía en ese momento es lo que no quería, no quería que terminara.
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El Futuro Es Hoy
Romance¿Qué pasa cuando tus miedos no te dejan avanzar? Cuando no quieres volverlo a intentar por tus fracasos pasados, cuando se te presentan grandes oportunidades y por ello las dejas pasar, cuando formas una coraza casi impenetrable y no te permites viv...