Vicktoria legend. Es una chica con tan solo 17 años que quiso mudarse a los Estados Unidos en busca de una universidad buena, lo que nunca supo es que; en cuanto pase por aquella aventura y universidad deseada, su vida daría un giro sorprendente has...
Estaba en casa, mirando el hermoso día que se plantaba el día de hoy. Hasta que mi móvil sonó, era el idiota de Ethan... Mi hermano. Últimamente nombra mucho que me extraña, pero lamentablemente no podemos vernos.
Decidió irse hace unos años cuando descubrió su especialidad, la cual era ser un excelente cirujano. Al igual que nuestra madre, que se había esforzado mucho en conseguir serlo.
Siempre me llamo la atención ir a EE.UU, realmente quería estudiar allí, así conseguía un gran futuro y a su vez podría ver a mi hermano cuanto quisiese.
Les explicaré un poquito de como es mi familia por completo, así están en contexto.
Mi mamá es una mujer de 44 años, es rubia con ojos claros y, un gran físico. Hace ya unos 10 años mi papá falleció (por lo que nos dijo y nos contó ella), desde entonces mi mamá se a dedicado a ella y a su nuevo trabajo. Cómo comenté... Era una maravillosa cirujana. Se hizo una mujer muy exitosa, hasta el punto de salir en revistas.
Sam es un hombre de 46 años, alto, fornido, ojos café y pelo castaño. Conoció a mi madre hace ya 11 años, iniciaron siendo amigos hasta que se dio la oportunidad de ponerse en pareja. Desde entonces nos a demostrado mucho cariño a mi, a mi hermano y... a mi mamá ni hablar, le a dado amor hasta el cansancio.
Familiares no teníamos, dado a que mi madre había tenido un gran pasado, bastante complicado. Pero, eso, ya era un tema que tendremos que tocar luego.
El día paso muy tranquilo. Comí con Sam, baile una rato, mire la tele, hice tareas, hablé con mi mamá y la pasé bien. Ya era de noche cuando quise acordarme.
Ahora me encuentro en mi habitación. Son exactamente las 10:00 pm. Me puse el pijama, me lave un poco la cara, me hice un moño y me metí bajo las sábanas.
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Me empiezo a poner de malhumor cuando la alarma comienza a chillar como si no hubiera un mañana. Alzo la mano hasta poder alcanzarla y la golpeo a niveles que se rompe.
Ahora si a levantarse.
Me levanto y miro mi reloj de mano, son las 8:00 am y a las 10:30 entro al aeropuerto. Mi hermano es lo contrario a lo que sería yo, es muy puntual y se enoja si no lo son con el. En cambio, yo estoy todo el tiempo llegando tarde a todos lados. Es algo que me caracteriza.
Bien, mientras les hablaba termine de alistarme con un poco de maquillaje y ropa, ropa que se ve sencilla pero a la vez está hermosa.
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Hable con mi madre y parece que Sam no puede llevarme al aeropuerto, así que, agarro mis maletas, agarro mis llaves, mis lentes y salgo a tomar un taxi para llegar a la hora justa, si no, pierdo el avión y me matan.
Cuando piso el aeropuerto me deleito con todo lo que veo por primera vez. Es tan hermoso, y más irte de viaje. Es algo que jamás experimenté y que siempre soñé con hacerlo realidad. Tampoco tenía una gran economía como para pensar en grande, pero siempre me acuerdo de esas tardes hermosas de otoño donde soñaba y creaba escenarios míos donde estaba en New York o, estaba haciendo lo que más me gustaba.
Ingreso y paso toda mi información. Una vez que la tienen me siento en esa sala de espera mientras me tomo un café, si, un café. No se ni yo en que momento lo conseguí, pero disfruto su delicioso sabor dulce y su gran capacidad de despertarme.
Reviso mi celular y como de costumbre tengo millones de mensajes que vienen de mi madre. Por más que no parezca, es una madre protectora y no le gusta nada que ande sola y sin nadie.
Le respondo todo y me responde un "genial hija, que la pases hermoso. Sabes que estoy orgullosa de la gran hija que tengo". Tan poco, pero tan de mi madre que solo por eso estaría llorando.
Cabe aclarar que soy muy pero muy sentimental y sensible, solo hablen de algo triste o levantenme la voz, que ya estoy llorando a mares.
Siento como mis ojos se cierran y como mi cabeza empieza a caerse hacia la otra silla con la intención de dormirme. Aprovechando que no hay nadie me acuesto en ambas sillas y cierro los ojos, volviendo a imaginar todo lo que me pone tan contenta y lo que me hacía ilusión conseguir.
