Julián Meller.
Termino de hacer ejercicio y me voy hasta el baño público. Repentinamente Ethan avisó que venía una invitada especial, sin dar detalles y avisando a último momento. Odio cuando me hacen cosas así, siento que merezco saber con anticipación, yo también vivo en esa casa. Pero bueno, es mi amigo y todo lo que venga de él lo respeto y no lo juzgo.Me tengo que poner ropa cómoda y limpia para ya llegar y estar "presentable" que es lo que menos soy. Cuando termino salgo en dirección a mi moto, agarro el casco, mi chaqueta, me subo, pongo la llave, la enciendo y acelero para llegar temprano.
****Llego al edificio y me meto en el ascensor, marcó el número correspondiente a mi piso y me apoyo en el espejo que lo adorna.
Claramente llegue tarde, lo intenté, pero esto de jugar a ver cuántos semáforos evito, me entretiene bastante.
Cuando el elevador se abre me dirijo a poner la llave en la puerta, cuando termino de abrir, me adentro en el departamento, cierro la puerta y cuelgo mi chaqueta y el casco.
Me doy vuelta y mis ojos aprecian lo que jamás han podido, y que no esperaban ver. Quedo parado como idiota sin saber para donde mirar. Considerando que a donde sea que mire, solo haría que se incomode.
Es una hermosa chica. Bajita, rubia, ojos claros, curvas que enloquecen a cualquiera y para terminar de matarme, tiene un culo a su medida, grande y redondo. Luego le siguen sus piernitas marcadas que me están desesperando. Se nota que trabaja a diario su cuerpo.
—hola, ¿Tu eres?—pregunta curiosa, sin siquiera dejarme hablar antes.
—el es Julián, Julián ella es mi pequeña hermana Vicktoria—interviene el jodido de su hermano que no la deja ni hablar.
—un gusto rubia—le sonrió de lado, mostrando gran parte de mis dientes.
—¿Rubia?—me pregunta mientras se pone roja, sus cachetes toman un color carmesí que la hacen ver cómo una niña. Que igual, de pequeña no tiene nada.
Me voy a mi habitación. Me quito la chaqueta para quedarme en musculosa, me echo un poco de perfume y sin más salgo a ver qué hay de comer.
Él hambre que cargo es fatal.
Cuando salgo la rubia está sentada en el taburete de la mesada. No puedo evitar bajar mis ojos a su gran trasero, cuando levanto la cabeza veo los ojos de Ethan fulminando completamente mi persona, entonces desvío mis ojos hacia otro lado.
Voy a la encimera a escuchar que cuchichean estos dos, me agarro una manzana y comienzo a prestar atención.
— entonces has estado estudiando todo este tiempo, ¿Solo eso?—le pregunta mi amigo.
—claro, si. Nunca pensé en hacer algo más, a lo mejor algo de ejercicio que no viene mal, junto con un poco de baile—sus ojos quedan fijos en como sus manos juegan sobre la mesada. Seguramente por el nerviosismo que se carga.
—¿Y que es lo que exactamente bailas?—Ethan gira a la vez que le habla y revuelve la salsa.
—lo que bailo y me encanta es el tango. Amo cuando los dos participantes se empiezan a menear juntos, encendiendo una llama que hace que tengan una gran conexión sobre la pista.
—que lindo que te guste algo así, es poco comun. Me imagino que intervino Sam y te explico varias cosas, ¿O me equivoco?—la mira con diversión.
Se quien es Sam, E me a hablado de él en muchas ocasiones, pero de que tenía a una rubia excitante de hermana, jamás.
—si, me a enseñado desde los 12 y ahí fue cuando mi pasión por bailar tango creció—se acomoda sobre la silla dejándome observar lo grande de sus pechos. Me quedo fascinado.
—¿Y tu? ¿Que cuentas de ti? ¿Qué haces?, ¿Cómo vives aquí?, ¿Mi hermano hace una buena convivencia o es un desastre?—la rubia me lleno de preguntas en 2 segundos.
E se gira y me mira algo enojado o por lo menos eso deduzco en su mirada.
—eh... bueno, yo estudio en la uni, tengo 18 años. Aquí empecé a vivir desde mis 16 años, pero en realidad soy de Alemania y con tu hermano a veces es fácil y a veces simplemente es un puto fastidio, pero te acostumbras, ¿Sabes?.—lo último lo digo con burla dirigiendo mis ojos hacia E, que está atento a lo que cuento.
—cállate Julián, y pon la mesa. Bien que vives y amas a este fastidio—orgulloso de lo que dice se golpea el pecho.
—interesante...—murmura la rubia mirándome fijamente mientras deslizo mi cuerpo por la mesa para colocar cada cosa en su lugar.
Voy en silencio a buscar los vasos, cuando de la nada la rubia intenta agarrar los cubiertos, y me roza el brazo desnudo a propósito. Mi piel se eriza con rapidez, joder, ¿Desde cuando pasa eso?
La rubia se da cuenta de lo que hizo y me regala una risa traviesa, si no deja de mirarme así, juro que perderé el control.
Tocan el timbre y voy a abrir, intentando escapar de la tensión. Gracias a dios es Jack, sin el no se como viviré con esta rubia rondando y acechando cómo un maldito cazador con su presa.
—hola Jackie—saluda E desde la cocina.
—hola, hermano—Le doy un fuerte abrazo.
Jack entra y se queda viendo así como lo hice yo, seguramente pensando "que están viendo mis ojos" al igual que lo hice yo.
—hola, soy Vicky...Vicktoria, la hermana de Ethan.—se presenta con una gran sonrisa.
—hola yo soy Jackson, mejor amigo de tu hermano—me suelta y abraza con respeto a la rubia.
—un gusto Jack.
—el gusto es mío, Vicky—le regala una cálida sonrisa.
—veo que no es necesario que los presente, así que Jackson ven aquí ahora mismo, ayúdame.—pide autoritario.
La rubia me da una sonrisa antes de darse la vuelta. Me va a matar si sigue así. Siempre soy yo el que acecha y seduce, no al revés, nunca, y está no será la excepción.
Pasan unos 40 minutos y ya estamos todos comiendo. Siempre eh dicho que E cocina como los dioses, de hecho, se encarga de cocinarnos todos los días.
De repente tocan la puerta y E se levanta a ver quién es. La rubia se sentó al lado mío y lo único que hace es rozarme constantemente y estar cerca de mi cada tanto.
"La menos obvia": decía mi cabeza.
Wester_g
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Dulce deseo (+18) (en edición)
RomanceVicktoria legend. Es una chica con tan solo 17 años que quiso mudarse a los Estados Unidos en busca de una universidad buena, lo que nunca supo es que; en cuanto pase por aquella aventura y universidad deseada, su vida daría un giro sorprendente has...