❝┊ɪ ʟᴏᴠᴇ ʏᴏᴜ ─❞
𝗞𝘄𝗼𝗻 𝗦𝗼𝗼𝗻𝘆𝗼𝘂𝗻𝗴 es alguien torpe y bastante despistado en el ámbito romántico al límite de ser desesperante para sus mejores amigos, lo cual lo ha llevado a tener varios malentendidos.
𝗬𝗼𝗼𝗻 𝗠𝗶𝘀𝘂𝗸 ha estado enamo...
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—¿Qué es lo que le pasa? —pregunto Kun a Alexa al ver como MiSuk parecía estar un poco ida.
—Fue rechazada —dijo fingiendo dolor —, o eso creo, no sé exactamente.
Rodo los ojos —Le dije que no era buena idea. Ese tipo es un presumido y rompecorazones —chasqueo la lengua —. MiSukie —la giro hacia él, viendo lo perdida que estaba su pobre amiga —. Iré a partirle la cara, ahora vuelvo.
—No, no, no —reacciono inmediatamente, abrazándose al chico para evitar que fuera a golpear a su amor platónico —. Estoy bien, estoy bien —aseguro, elevando la cabeza para poder verlo al ser más baja que su amigo.
—¿Estuviste llorando? —achico los ojos, viéndola con detenimiento. Ella negó, soltándose de él para darle la espalda —. ¡Mientes! Voy a partirle la cara al imbécil ese.
—¡Que no! —se abrazó de vuelta a él —. Ni si quiera sé si me rechazo como tal —confesó confundida.
—Explícate.
—Bueno... —dejo de abrazarlo y tomó asiento —le di la galleta y él la acepto, hasta ahí todo cool, pero... pero —soltó un sollozo —¡Luego la rompió, se la comió, dijo gracias y se fue! —lloriqueo.
Alexa la abrazo, y comenzó a dar suaves caricias en su espalda para intentar calmarla.
—Partirle la cara no será suficiente. ¡Voy a matarlo!
—¡Que no, Kun! —se aferró a su pierna —. No hagas nada —le suplico, viéndolo desde abajo. El chico frunció el ceño —¡Por mí~!
—Te odio —rasco su nariz para poder ocultar su sonrojo.
—Tranquila, saliendo de clases podemos ir a comer pizza hawaiana, tu favorita —ánimo Alexa, pero MiSuk seguía decaída —. Kun dice que te llevara a comprar ropa linda.
—¡Yo no dije eso!
—¿Lo que quiera? —miro con ojos de cachorro triste a su amigo.
Si había algo a lo que no podía negarse, eso era los ojos de cachorro de Yoon MiSuk; bueno, en realidad, él no se negaba a nada que ella le pidiera. Toda MiSuk le parecía adorable y loca, y él le gustaban las cosas adorables y locas.
—¡Ah! —se jalo el cabello frustrado —. Lo que tú quieras, yo te lo compró.
—¡Te adoro! —sonrió en grande.
«Yo más, idiota» pensó el chico, apartando los ojos de ella.
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