❝┊ɪ ʟᴏᴠᴇ ʏᴏᴜ ─❞
𝗞𝘄𝗼𝗻 𝗦𝗼𝗼𝗻𝘆𝗼𝘂𝗻𝗴 es alguien torpe y bastante despistado en el ámbito romántico al límite de ser desesperante para sus mejores amigos, lo cual lo ha llevado a tener varios malentendidos.
𝗬𝗼𝗼𝗻 𝗠𝗶𝘀𝘂𝗸 ha estado enamo...
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—No. Puede. Ser —dejo caer su cuerpo sobre el pasto —. Es el fin. ¡Le dije potasio! ¡No de nuevo! —lloriqueo de forma dramática al recordar el suceso de como hecho por la borda una futura relación con Jennie al decir esa palabra.
Definitivamente Kwon SoonYoung es todo un caso en el aspecto del amor. Un poco torpe y despistado, eso está claro, pero lo que él ve como un desastre total, en realidad, para MiSuk es algo totalmente adorable. Porque, en primer lugar, eso fue lo que le atrajo de él. Lo torpe y despistado que puede llegar a ser a veces el rubio.
—Ni si quiera lo he intentado y ya estoy perdido —pataleo frustrado, como si estuviera haciendo un berrinche —. Ah, definitivamente no tengo ninguna oportunidad con ella. Debería seguir como siempre, fingiendo que no me gusta y ya...
—¡SoonYoung! —grito MiSuk, buscando al chico por el jardín —¡Soo- Uh, ahí está —sonrió al instante y corrió hasta donde el chico.
SoonYoung se sentó en donde estaba y miro detrás de él. Ver lo bonita que es MiSuk y más al sonreír, lo dejo en trance total.
—¡Hey! —se puso de cuclillas junto a él. El rubio ni parpadeaba —¿Qué te pasa? —se inclinó un poco más, acercando sus rostros.
Trago saliva nervioso. La otra vez que sus rostros estuvieron cerca, ella terminó dándole un besito en la mejilla.
—¿Te comió la lengua el-
Sin pensar, sin querer; termino por acercarse a darle un beso en la comisura de los labios. Sus ojos se abrieron en demasía por esa acción que no veía venir en ningún momento.
Los ojitos se SoonYoung se mantuvieron cerrados y sus labios no se removieron del lugar en un largo minuto. Cuando él tomó distancia de MiSuk y abrió los ojos, se quedó estático, perplejo, anonado por lo que había hecho.
MiSuk se llevó la palma de su mano hacia el lugar donde él había dado aquel beso. Se encontraba igual o peor que él.
—¡Lo siento! —se disculpó el rubio, sintiendo el color subirle hasta las orejas y la vergüenza arrastrarlo hacía un abismo.
—No, yo-
Y no la dejo terminar la oración, pues se levantó rápidamente y volvió a salir corriendo lejos muy, pero muuuy lejos de ella.
MiSuk no pudo evitar sonreír felizmente. Al menos sabía que sus sentimientos sí eran mutuos.
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