En Un Sólo Camino (Jikook/Kookmin) PAUSADA

Capítulo 31

En la mansión Park.

Ambos chicos en su cariñoso abrazo, disfrutaban de los lindos sentimientos y sensaciones de su reciente primer beso.

Jungkook fue el primero en separarse, no lo hizo mucho, para poder observar a detalle el rostro de Jimin, lo miraba como si estuviera viendo una joya, el otro chico estaba muy sonrojado, así que no pudo evitar acariciarle la mejilla de manera tierna.

Jimin, tímido, sólo esbozó una pequeña sonrisa y se soltó suavemente del agarre para esconder su rostro de nuevo en el pecho de Jungkook.

El pelicafé suspiró profundamente siendo feliz en ese momento. Ambos, mejor dicho.

Más tarde. Estaban sentados sobre la alfombra frente a la chimenea.

- ¿Por qué no me lo dijiste antes? -preguntó Jimin mientras jugueteaba con la copa que tenía.

- Bueno... no era tan fácil, siendo que los dos somos chicos... Realmente temía que me rechazaras... -respondió.

- ... Es gracioso.

Jungkook lo miró. El pelirrubio suspiró.

- Tenía un dilema casi siempre, porque, empecé a tener otro tipo de sentimientos por ti, ya no... ya no te veía con los mismos ojos. Algo había cambiado.

El pelicafé lo escuchaba atentamente.

- Y pensé lo mismo que tú... ¿Si me confieso... Me aceptará? -dijo Jimin-. Pensé eso durante años.

Jungkook se enterneció por la confesión de Jimin, así que se le acercó más y posó su mano sobre la de él. Ambos encontraron sus miradas.

- Entonces... Dímelo ahora. -dijo y acarició la mejilla derecha de Jimin, casi de inmediato, bajó su mirada a los labios de Jimin.

Acto seguido, terminó por robarle su total espacio personal para poder besarlo nuevamente en esos hermosos labios carnosos y de color carmesí tenue.

Ambos de sumieron otra vez en esa cálida y exquisita sensación.

El pelicafé ladeó más su cabeza tomando parte de su cuello a su contrario para sumergirse en el beso. Jimin a ese punto sólo mantenía prisionera la otra mano de Jungkook mientras la acariciaba suavemente. Fue un beso ligeramente más corto que el anterior.

Al separarse, quedaron con sus frentes pegadas y con los ojos cerrados.

- Anda... Dímelo, por favor. -susurró Jungkook.

- ... Tú... Tú también me gustas, Jungkook. -contestó susurrando también.

Jungkook no lo podía creer, realmente estaba pasando. Jimin le había correspondido. Tanta fue su alegría que no podía dejar de sonreír, provocando a Jimin a también hacerlo.

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Al día siguiente. Se escuchaba el canto de los pájaros.

- ¡Jungkook! -exclamó Isabella desde afuera.

- ¡Dime mamá! -contestó bajando las escalera tirando su cabello para atrás.

Salió a encontrarse con su madre.

- Mira, no sé qué pasó, de pronto se soltó. -decía ella moviendo la pequeña puerta del cerca que rodeaban el mini jardín de que había creado en medio del patio.

- Hmm... Sí, el tornillo se oxidó y terminó quebrándose ¡Le pondré otro! ¡Ya regreso! -exclamó alejándose de ahí.

- ¡Sí! ¡¿P-Pero no tienes que ir a trabajar?! -preguntó ella-. Este muchacho anda más activo de lo normal. -susurró para si misma.