En Un Sólo Camino (Jikook/Kookmin) PAUSADA

Capítulo 20

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- Tú...

Taehyung logró reconocerlo.

- ¿Disculpa?

- ¡Tú! ¡Eres él! -exclamó Tae.

- Lo siento, debe estar confundiéndome con alguien más. Debo irme. Pase buen día.

Jimin trató de zafarse de la escena, sin embargo, el otro sujeto lo detuvo poniéndose frente a él otra vez. Volvió a trata de irse pero fue igualmente impedido.

- Oiga ¿Puedo ayudarle? -preguntó Jimin.

- ... No... Sólo... Gracias, por ayudarme ¿Puedo hacer algo por usted? -dijo Taehyung sin saber que más decir.

- Ah, no, está bien, no me debe nada.

- Bien. Con permiso.

Hizo una leve reverencia, a lo que él pelirrubio sonrió amistoso para luego retirarse.

Tae voltea a ver como se pierde entre las personas.

Él es muy raro... Siempre anda con cara de sospechoso.

Nuevamente Jimin avanzó por las calles tratando de entrar en algún lugar tranquilo.

Habían cafés, bares, reposterías, etc. De algún modo se sentía bien, salir solo y sin que nadie lo presionara le era bueno. Aunque prefería estar en lugar más privado, el sentir la armonía de las personas le causaba calma.

- ¿Jimin? -preguntó alguien.

El mencionado sigue la voz hacia su derecha.

- ¡Oh! Jungkook-ah eres tú.

El pelicafé sale totalmente del local.

- ¿Qué haces por aquí?

- Emm, sólo caminaba.

- Oh, ya veo ¿Ibas a algún lado en particular?

- No, bueno, no lo sé. Sucede que mi madre está con unas amigas con la sastre y me dijo que podía explorar por aquí.

- Comprendo.

- Sí. -decía sonriendo un poco.

Jungkook se rasca la nuca algo tímido.

- ¿Quieres entrar a tomar un poco de té?

- Oh, no, no quiero molestar.

- No es molestia. Ven, pasa.

- Bueno.

Ambos entraron a la zapatería.

Dado que Jungkook era muy ordenado, el lugar ni siquiera parecía ser lo que era, una zapatería. Tenía un aroma agradable, estaba la pequeña sala de recibidor, el mostrador, una muy pequeña chimenea sólo para el té y al fondo una puerta.

- Vaya. Es muy elegante tu local.

- Gracias.

- Hasta tienes caldera. Que completo.

Jimin adornaba el lugar mientras se despojaba de su abrigo y su boina.

- ¿Quieres té de limón o manzanilla?

- Creo que tomaré de manzanilla.

- Bien.

El chico toma asiento en el sofá, y el otro, se acerca con una bandeja.

- Aquí tienes. -dijo entregando la pequeña tazita.

- Gracias.

- Disculpa si el sabor es algo diferente, lo endulzo con miel, no con caña.