7

21.3K 2.6K 5.2K
                                    

El timbre de final de jornada estudiantil suena y los adolescentes salen de allí emocionados, sobre todo por la que sería la primer fiesta del año. Se llevaría a cabo en la casa de uno de los chicos de último año.

— ¿Pasarás por mí? — pregunta Félix, su amigo asiente.

— Estaré allí a las diez y media. — responde Jisung.

A su lado pasa Minho y le choca el brazo, provocando que Jisung se tambalee un poco y casi se caiga. Siguió de largo mientras lo mira con una sonrisa provocadora, Jisung solo gruñe y lo insulta en voz baja. Chan, que venía al lado de Minho, se quedó un poco más atrás para estar al lado de Félix.

— ¿Entonces irán hoy? — pregunta.

— Supong-

— ¡Claro! — interrumpe Jisung — Nos vemos ahí Chan.

— Genial, ahí los veo. — saluda cortésmente y se apresura a alcanzar a su amigo.

— ¡Si no traes a tu mascota naranja mejor! — grita el menor a lo que Chan solo ríe y niega con la cabeza.

— ¿Nunca has considerado que quizá tú y Minho se llevarían muy bien? — pregunta Félix una vez pasaron unas cuantas cuadras.

— ¿Bromeas? No puedo mantener una conversación de más de dos líneas sin insultarnos.

— Sí, sí. Pero ustedes no se odian, más que nada están acostumbrados a tratarse así. — insiste.

Jisung solo hace una mueca, pensando un poco en lo que le dijo Félix, en realidad jamás ha tratado siquiera llevarse bien con Minho. Pero en su defensa, el mayor tampoco lo ha intentado. La relación de rivales que tienen está bien, no tiene por qué cambiar eso. Además, este será el último año en que lo verá. ¿Qué podría pasar?

— Así estoy bien, gracias. — cuando llegan a la esquina en la que deben separarse, ambos se saludan con el puño y se dirigen a sus hogares.

En la casa de Félix, su hermana pequeña lo recibe, contándole sobre todas las divertidas cosas a las que jugó en la ausencia del mayor. Saludó a sus padres, su abuela y subió a la habitación. El año pasado no le había ido muy bien escolarmente, se echa toda la culpa por aquello, pues se dedica más a pasar horas y horas jugando en la computadora antes que ponerse a estudiar. Pero este año, decidido a cambiar, lo primero que hizo al llegar fue abrir su libros y practicar algo de matemáticas antes de ir a la fiesta.

¿Pero cómo? Si ahora esa estúpida materia le recordaba a Chan y a la vez en que éste le enseñó en la biblioteca. Aún no olvida nada de lo que estudiaron, cada palabra que salían de los labios del mayor quedaron grabadas en él. Tanto sus expresiones al hablar, como la forma en que exageradamente mueve sus manos al hablar, como se avergonzaba al equivocarse y por ende terminaba riendo con esa sonrisa que tan loco lo traía.

Luego de “estudiar” unos treinta minutos, se bañó, y solo esperó a que llegara su amigo.

En la espera de Jisung, se dedicó a abrir Instagram y observar las historias de los demás. Todos tan atractivos, bien vestidos, simpáticos, sociales. ¿Cuánto tiempo más seguiría sintiéndose como si él no formara parte de aquel mundo? Han sido incontables las veces en que aún estando rodeado de gente, se siente solo.

¿Por qué alguien como Chan se fijaría en él, siendo tan aburrido?

Se levantó de la cama, parándose frente al espejo. El cabello le había comenzado a crecer un poco, lleva un jean ajustado y un suéter varias tallas más grande de lo que debería. ¿Dónde se supone que está su atractivo? No lo encuentra, y a medida que más se mira, pareciera que más defectos encuentra.

Del odio al amor || MinSung & ChanLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora