Estaba casi llegando a su casa cuando, al momento de recibir el mensaje de Jisung, se da la vuelta enseguida sin dudarlo y vuelve a la escuela. Durante el camino su sonrisa sólo fue en aumento, esto era lo que estaba esperando, la oportunidad perfecta para acercarse a Chan. Habían sido pocas las veces en que Félix acompañó a Jisung a sus clases de baile, siempre había visto a Minho ahí, pero jamás a Chan, y parece que ahora la vida le estaba dando la oportunidad.
Se apresuró y finalmente llegó, frenó unos segundos antes de abrir la puerta para prepararse mentalmente. Ahora que ya se encontraba ahí, empezó a dudar, ¿Qué se supone que haría exactamente? Es muy tímido para bailar, aunque le gusta. Y hacerlo frente a Chan sería una catástrofe porque sus nervios lo harían bailar aún peor. Suspiró profundamente y fingiendo completa calma, entró, llamando la atención de los alumnos y del profesor.
— ¿Sí? — le dice el encargado de la clase.
— Buenas tardes, um, soy amigo de Jisung y solo vengo a observar... porque me interesa, más o menos. ¿Se puede? — responde Félix. Jisung lo mira divertido, joder, en verdad vino. Vaya que está determinado a acercarse a Chan.
— Puedes, allá al fondo, intenta no hacer ruido. — vuelve a hablar el profesor y enseguida se dirige otra vez a sus alumnos, continuando la clase.
Félix hizo lo que le ordenó, acomodó sus cosas en una banca en el fondo del salón y se sentó allí, observando a todos. Si bien a veces veía a Jisung, a Minho o incluso al profesor, claramente su foco de atención estaba en Chan.
Bailaba bien, no tanto como los otros dos, pero definitivamente bailaba bien. Sobre todo teniendo en cuenta que jamás lo había hecho antes, bueno, no que él sepa. No podía evitar ver todos sus bonitos detalles, como se reía de sí mismo cuando cometía un error, como se divertía, esa brillante sonrisa en su rostro.
El profesor les da cinco minutos de descanso y Jisung se acerca a Félix.
— ¿Disfrutando la vista? — le pregunta mientras busca su botella de agua.
— Como no te haces una idea. — responde sin mirarlo, sus ojos aún están puestos en aquel pelinegro que mantiene una conversación con Minho.
Jisung gira su rostro hacia donde ve su amigo, e inevitablemente forma una mueca de asco. Minho solo le produce irritación. Niega con la cabeza y toma su botella, para dar con la desafortunada sorpresa de que, como un idiota, no la llenó antes de venir.
— Vaya, soy un baboso. Hey, ya vengo, voy a llenar la botella. — le dice a Félix, y acto seguido sale de allí, encaminándose al patio. Una vez en el lugar, se acerca al grifo y con tranquilidad llena la botella.
Casi enseguida aparece tras de él Minho, quien al parecer venía con la misma intención. Se dan una rápida mirada de disgusto y siguen en lo suyo. El mayor se apoya de espaldas a la pileta, se empina la botella para beber y mira de reojo a Jisung. Cuando termina de tomar agua, se le queda mirando con media sonrisa.
— ¿Tengo algo en la cara? — dice el menor, harto de la mirada silenciosa y para nada discreta de Minho.
— Fealdad. — le responde con gracia.
— Pues así nací, piérdete. — estaba apunto de irse cuando Minho lo frena, y en ningún momento dejó de sonreír con arrogancia.
— Veo que se te están dificultando algunas partes de la coreografía.
— Para estar tan feo, parece que me prestas más atención que a la clase. — responde Jisung alzando una ceja.
— Inevitable no notar cuando alguien se sale del ritmo, sobre todo si ese alguien es quien se la pasa jactándose de lo bueno que es. — se ríe.
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Del odio al amor || MinSung & ChanLix
RomanceFélix no entiende por qué Bang Chan parece ser amable con todos, menos con él, y está dispuesto a averiguarlo. Pero sería más fácil si el mayor no estuviese cada segundo con su amigo, Minho. Nunca puede encontrar un momento en el cual estar a solas...