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Seungmin suspira y vuelve su vista al libro, así como Chan se coloca otra vez los auriculares, restándole importancia a lo que Minho acaba de decir.

— Bueno, perdón por molestarlos con mis sentimientos. — el pelinaranja bufa y se quita la remera, para luego tirarse en su cama y hundir el rostro sobre la almohada.

— Es que no nos sorprende, solo era cuestión de tempo para que te dieras cuenta. — dice Chan.

— Además, alguien que te deja esas marcas en la espalda, definitivamente iba a calar fuerte en tu cabeza también. — Seungmin se burla y Minho rápidamente se da vuelta, recordando todos los arañazos que tiene atrás, cortesía de Jisung.

— Es algo salvaje. — se excusa con una sonrisa.

— En fin, me alegra que lo reconozcas. ¿Que harás ahora?

La sonrisa en su rostro desaparece y suspira, se tira otra vez sobre el colchón, mirando hacia el techo.

— La verdad... no lo sé.

Sí, él ya reconocía sus sentimiento y los tenía muy claros, pero, ¿Y Jisung? Aún recuerda el rostro que puso cuando aclaró que jamás habría sentimientos de por medio. Siempre ha sido él quien más cariñoso es, y eso es porque está enamorado, pero jamás el menor le ha demostrado indicios de sentir lo mismo. ¿Y si se declara y lo arruina? ¿Y si se separan completamente y ya no queda siquiera su rivalidad a causa de sus sentimientos? No quiere ahuyentarlo, se ha vuelto tan dependiente del menor, que no puede pasar un solo momento sin pensar en él.

Entre tanto pensar y pensar, cae dormido.

El día siguiente es pesado desde el primer rayo de sol, los jugadores se tuvieron que levantar temprano para calentar y salir a correr, luego de eso fueron a entrenar, y en la tarde, esperan el partido. Éste estuvo más peleado que el anterior, ganaron, pero por un solo punto. Minho se desanimó cuando no vio en la tribuna a Jisung, solo estaban allí Félix y Jeongin.

Luego de tomarse una ducha en los vestidores, fue directamente al hotel. Jisung no estaba en su habitación, así que se sorprendió aún más cuando lo encontró en la suya, acostado en su cama, revisando algo atentamente en la laptop del menor.

— ¡Minho! Mira esto. — dice llamándolo con una mano, el mayor hace caso y se sienta a su lado en la cama, apoyando el mentón sobre el hombro contrario.

— ¿Por qué no fuiste a verme?

— Lo siento, me pasé la tarde averiguando sobre esto. Mira, ¡Bailes temáticos! Aquí en New York hay una casa que ofrece bailes con distintos temas, en dos días darán uno de la época victoriana. — cuenta con emoción.

— ¿Eres de esos que disfrutan los juegos de rol? Porque se me ocurren var-

— ¡No! Solo quiero saber cómo se sentiría haber presenciado esos bailes, las vestimentas, los modales, todos actúan sí o sí acorde al papel de la época. — lo mira con brillo en los ojos.

— ¿Y cuál es tu punto entonces?

— ¡Que vayas conmigo! Ya que hoy no salimos porque tenías partido, me la debes.

El mayor sonríe, ni siquiera necesita amenazarlo, él está dispuesto a concederle absolutamente cualquier capricho. Jisung no es consciente del tremendo poder que éste tiene sobre Minho.

— Bien, ahí estaremos.

Jisung abre la boca en una gran sonrisa de emoción y se tira sobre el mayor, abrazándolo.

— Estoy muerto de cansancio, el partido de hoy estuvo muy peleado.

— ¿Hiciste alguna anotación?

Del odio al amor || MinSung & ChanLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora