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Lo único que se oía en la casa eran los constantes gemidos de Minho, más los morbosos que desprendía Jisung desde su boca al hacerle el oral.
Habían llegado hace quince minutos, entre los primeros toqueteos y los tontos intentos por subir las escaleras sin romper el beso, cada vez sentían más las ganas de fundirse en uno solo. Pero claro, primero están los juegos previos, no había apuro, tenían la casa para ellos solos toda la noche.
Jisung sube y baja su boca, cerrando los ojos y ahogándose, cosa que solo vuelve más erotica la escena. Minho lo observa encantado, pero termina tirando su cabeza hacia atrás, totalmente consumido por el placer.
— Ngh... Dios, Jisung, amo como la c-
— ¡Jisung!
El mencionado se separa con rapidez de Minho cuando oye esa segunda voz, que claramente no era la del mayor. Desde el piso de abajo la voz de su madre hace presencia.
— ¿Estás despierto aún? — grita otra vez.
— Mierda, mierda. — el menor se levanta con rapidez, Minho lo sigue y se acomoda el pantalón.
— ¿No dijiste que tenías casa sola toda la noche?
— ¡Sí la tenía!
— ¿Qué hago entonces?
Jisung mira a los lados, no va a meterlo al closet, tampoco hacerlo saltar por la ventana... aunque eso sonaba bien.
— ¿Cariño? ¿Estás con alguien? — desde el otro lado de la puerta su madre da unos golpecitos en ella.
— ¡Sí! — abre la puerta, resignado a que vean a Minho — Um... él es Minho, estaba aburrido, así que le dije que viniera para... comer algo.
— Minho... ¿"Ese" Min-
— ¡Sí! — la interrumpe, recuerda que su familia estaba enterada de la existencia de ese supuesto chico que él tanto odiaba. Y de la nada se ven muy amigos.
— Un gusto, señora.
— Igualmente. — le sonríe.
— ¿No iban a venir mañana? — pregunta Jisung.
Su padre aparece por la puerta, justo para oir la conversación y entrar con evidente furia a responder esa pregunta.
— ¡Nos cancelaron el viaje! Que el colectivo estaba dañado y no saldría hasta mañana, así que lo prolongaron. ¡Empresa incompetente! — se queja.
— Ah, ya veo, bueno... supongo que Minho ya se debe ir así que...
— ¡Claro que no! — dice su madre — Es super tarde, muy peligroso. Quédate a dormir, Félix lo hace todo el tiempo.
Luego de que ambos asientan, sus padres salen de la habitación con la intención de descansar. Minho se gira y mira al menor con una sonrisa.
— Ja, parece que vas a tener que verme igual en la mañana. — le dice con orgullo.
— ¿Por qué insistes tanto con eso? Me veo horrible por las mañanas, y además amanezco con un humor horrible.
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Del odio al amor || MinSung & ChanLix
RomanceFélix no entiende por qué Bang Chan parece ser amable con todos, menos con él, y está dispuesto a averiguarlo. Pero sería más fácil si el mayor no estuviese cada segundo con su amigo, Minho. Nunca puede encontrar un momento en el cual estar a solas...