Cerró la puerta de su casa y miró el cielo, es de madrugada, quizá cerca de las 3:35am. No pudo dormir en ningún momento, tenía demasiados pensamientos para procesar, y ninguno era fácil.
Chan, la Universidad en dos años, su falta de autoestima disfrazada con confianza. Es evidente que ha habido un gran cambio en él, lo nota, pero al mismo tiempo mantiene grandes inseguridades que aún no puede superar; como el hecho de sentirse alguien super aburrido y con falta de encanto. Ese típico encanto que alguien como Jisung posee fácilmente, y que él tanto anhelaba tener también, pero Félix no puede adquirir tal privilegio. Por naturaleza él es serio, no amargado, solo serio, no habla mucho y necesita siempre que alguien más inicie las conversaciones. No es bueno con los chistes, ni le gusta estar rodeado de mucha gente... y todo esto finaliza en lo mismo; Chan.
¿Qué tan distintos son? Al inicio pensó que eran de mundos completamente ajenos, pero con el tiempo se dio cuenta de que Chan no era un típico chico popular que amaba ir de fiesta en fiesta, bebiendo y viviendo rodeado de gente... de hecho, eran bastante similares, y eso terminó de enamorarlo. Por ejemplo; aquel día en la fiesta, cuando le dijo que incluso si Félix solo estaba allí callado, era suficiente para él. Esos pequeños detalles lo hacían tan feliz, se sentía bien sentirse aceptado por su verdadera personalidad por alguien, exceptuando a Jisung, claro.
Entre tanto pensar, llegó a un pequeño parque. Se sentó en un columpio y miró su celular, para poder así llamar a Jisung. Estas llamadas eran algo normal, siempre que uno no podía dormir por X razón, se llamaban y se veían en plena madrugada, como si nada. Sin embargo, recordó cuando Jisung le contó qué Minho había caído de imprevisto por su balcón... todo un romántico. Se mordió el labio, dudoso de lo que está a punto de hacer, pero... ¿qué más puede perder?
Cuatro, cinco, seis segundos y finalmente la llamada fue atendida, al otro lado sonó una voz adormilada y ronca, bastante sensual si le preguntan.
— ... ¿Félix?
— Hola Chan.
— ¿Qué hora es? — se alejó un poco de su cama para echar un vistazo al reloj de mesa — Vaya, es tarde, ¿Pasa algo?
— No realmente, solo... no puedo dormir y estoy en un parque a dos cuadras de casa. Tú... ¿podrías venir?
Los siguientes segundos en silencio que pasaron fueron suficientes para que se avergonzara entero por lo que acababa de pedirle.
— L-lo siento, no es necesario, solo ignorame, estoy un p-
— Ahora voy, no te muevas de ahí.
Y cortó. Félix permaneció viendo la pantalla de su celular por unos minutos más, totalmente atónito por el hecho de que ahora mismo Chan interrumpió su cómodo sueño para venir al parque en plena madrugada, solo por petición del menor. Inconscientemente sonrió, ansioso por verlo, y dio un leve chillido de emoción con solo pensarlo.
Luego de unos veinte minutos, Chan apareció. Fue fácil ubicarlo, pues básicamente era la única persona por toda la zona. El mayor tenía puesto un pantalón informal y un buso, todo negro y encapuchado, de no ser porque lo reconoce; habría gritado de miedo. Chan se acerca hasta su posición y directamente se sienta en el columpio de al lado.
— Me gusta mucho este parque, y a esta hora es genial para perderte en tus pensamientos. — es lo primero que dice, no le pregunta por qué carajos está a las 4:00am en un parque, solo. Y eso le agrada.
— Es cierto.
— ¿Vienes aquí seguido?
— No realmente, solo cuando me siento demasiado agobiado. Pero ahora estoy mejor.
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Del odio al amor || MinSung & ChanLix
RomansaFélix no entiende por qué Bang Chan parece ser amable con todos, menos con él, y está dispuesto a averiguarlo. Pero sería más fácil si el mayor no estuviese cada segundo con su amigo, Minho. Nunca puede encontrar un momento en el cual estar a solas...