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La alarma sonó, despertando así a Jisung. La apagó y miró la hora, en una hora debían estar en el aeropuerto. Se volvió a acostar, suspirando, mirando al techo con pena; realmente no quería irse de NY. Había sido tan lindo todo, definitivamente algún día volvería.

Giró el rostro para ver a Minho a su lado, aún dormido, esta es la primera vez que se queda hasta el amanecer con él. Sonríe al recordar la noche anterior, como lo sorprendió con ese mini baile temático en la terraza, la manera tan preciosa en que lo trató.

— Minho, despierta. — mueve un poco su brazo y el mayor se queja, subiendo su brazo hasta la cara — Debemos cambiarnos, hay que tomar un vuelo en una hora. — insiste.

El pelinaranja se resigna y quita el brazo de su cara, abriendo con lentitud los ojos, para encontrarse el rostro de Jisung muy cerca. El menor sonríe y se levanta, ni Chan ni Seungmin están en la habitación, seguramente ya se encuentran desayunando. Toma la ropa que se quitó anoche, y le da un rápido beso en la mejilla para despedirse y verse en el avión.

Félix se encontraba en el jardín del hotel, sentado con los brazos rodeando sus rodillas y bebiendo un café caliente. El cielo estaba gris hoy, avisando que sería un día frío. Chan aparece, se sienta a su lado y le da un sorbo a su propia bebida también.

— ¿Puedo sentarme contigo en el vuelo? — pregunta el mayor. Félix abre los ojos con sorpresa.

— ¿Y Jeongin?

— Terminamos anoche, no quiere verme. — responde con la vista perdida en el paisaje del jardín.

— Esto... ¿es por lo de la otra noche? Dios, lo siento Chan, de verdad no quería causar problemas.

— No, no. Además tú no hiciste nada, fui yo. Pero con Jeongin simplemente estábamos mal, yo creí que sería como antes, pero la verdad es que ambos cambiamos, solo somos parte del pasado del otro.

— ¿Cómo está?

— Fue él quien me dejó — sonríe con tristeza —, al menos agradezco que él tenga las agallas que yo no.

— Ya veo, supongo que sí, puedes sentarte conmigo.

— Gracias.

Ambos beben de sus bebidas y pronto todo se torna silencioso, ninguno sabe qué decir, o cómo actuar. Básicamente no volvieron a cruzar palabra desde su casi beso, pero la realidad es que el ambiente entre ellos está cargando de tensión desde aquella noche. Chan no sabe exactamente lo que siente por Félix, él no es de andar por ahí intentando besar a todo el mundo, pero tampoco cree que esté enamorado. Se gira lentamente para ver al menor, éste está perdido en las nubes, mirando con admiración el cielo tan gris de hoy. Félix es realmente hermoso.

Pero no solo es hermoso por fuera, lo es aún más por dentro, y probablemente esa sea una de las razones por las que le interesó y agradó tan rápido. Las veces que ha estado junto a él, sean solos o no, siempre pudo presenciar como el más chico era un rayo de sol con todos. Siempre preocupado por Jisung, ayudando a gente desconocida e incluso fijándose en las necesidades de los demás; cuando él mismo está teniendo problemas.

Una hora más tarde, todos estaban abordando el avión. Contrario a lo que fue el viaje de ida, éste está mucho más callado. No solo porque es temprano, sino porque todos están agotados. El viaje fue muy lindo, sí, pero también los hizo moverse mucho, ya sea jugando en el campo, o recorriendo la ciudad mientras se divertían, por lo que sus cuerpos ansiaban descansar.

Félix baja el libro que está leyendo y se centra en su compañero de asiento; Chan. Éste está intentando dormir, con los auriculares puestos. Lo mira y en su cabeza pasan diez mil pensamientos, está confundido; no sabe si aún debe renunciar a sus sentimientos por él, si debe seguir, intentándolo, si debe hablar con Jeongin, si debería declararse, simplemente explota en dudas, y no tiene idea de como resolverlas.

Del odio al amor || MinSung & ChanLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora