Narra Eli:
Me desperté tras escuchar la alarma. ¡No tenía fuerzas para pararme! Abrí los ojos y noté que la laptop estaba encendida en el menú de la película Valentine's day con la música típica de menús de películas, AGOTADORA. Mi amiga estaba desparramada en toda la cama, y yo estaba en un costado. Me levanté, paré la música y la alarma, y me dirigí al baño. Me dolía la espalda, y tenía un leve dolor de cabeza. Mis ojeras superaban el dolor. Nos debimos de quedar dormidas viendo la película. Hoy era lunes y debíamos comenzar de nuevo con la rutina.
Tomé un almohadón mientras me dirigía al ropero y se lo arrojé a mi amiga.
—¡Eli! —gritó.
—¡Jess! —le devolví el grito—. Arriba amiga, ya es la hora de levantarse, es lunes, ¿recuerdas?
—¿Lunes? ¿Ya? —preguntó mi amiga sin siquiera abrir los ojos.
Narra Jess:
Eli siempre tenía una manera torturadora para despertarme. No me animaba a abrir los ojos. La luz los iba a destrozar. Me dolía la cabeza y mis muñecas de tan solo moverlas.
Finalmente abrí los ojos. Me levanté y observé que estaban todas las palomitas en el piso. Las esquivé y aún así pisé algunas. Miré a mi amiga que estaba vaciando el ropero en el suelo.
—¿Cuándo te mandará tu madre la otra maleta de ropa? —le pregunté, mientras con mucho cuidado con mis manos, me refregaba los ojos.
—No lo sé, cuando pueda —dijo tirando otra blusa al suelo—. De mientras, tendré que repetir las prendas.
—Sí... o usar las mías... —le dije entrando al baño.
—¿Me prestas? —preguntó asomándose.
—Sí... —dije. Enseguida se dirigió a la habitación—. Solo que la dejas acomodada, ni sueñes con tirar todo como hiciste con la tuya —le dije a modo de advertencia, esta vez asomándome yo.
—Claro, lo dejaré todo como está —dijo mi amiga.
Me lavé la cara y los dientes. Luego procedí a sacar las vendas de mis muñecas. Me dolían mucho, tiré agua oxigenada que mi madre me había metido en la maleta diciendo "Ya verás que la necesitaras algún día, y me lo agradecerás". Ardían, pero ya estaban casi cicatrizadas...
—¿Eli? —dije saliendo del baño.
—¿Sí? —dijo girándose.
—¿Debería llevar las vendas puestas hoy? —le pregunté acercándome para mostrarle mis muñecas.
—Yo creo que no... —dijo mi amiga observándolas con atención—. Sí están tapadas puede que tarden más en curarse —dijo mirándome a los ojos—. ¿Te duelen? —preguntó reflejando dolor en sus ojos.
—Un poco... —dije mientras volvía al baño.
Debería de ponerme mangas largas, después de todo estaba empezando el otoño. Tengo que ir lo mejor vestida posible, que parezca que estoy bien. Ese idiota tiene que notar que no me movió un pelo lo que hizo...
—¿En qué piensas Jess? Apúrate... —dijo mi amiga.
—¿Me dará tiempo a plancharme el pelo? —le pregunté con un tono suplicado.
—Hay una forma... —dijo buscando su plancha—, ¿te acuerdas? —dijo mostrándomela y sonriendo de oreja a oreja.
En el viaje de egresados, hubo una noche que nos quedamos dando vueltas por la ciudad...y llegamos tarde al hotel. Esa noche debíamos ir a una discoteca, por lo tanto teníamos solo media hora para alistarnos y mi cabello con mis ondas era un desastre. A Eli se le ocurrió usar las dos planchitas al mismo tiempo. Yo me alisaba de un lado mientras Eli alisaba el otro.
ESTÁS LEYENDO
The sound of love
RomanceJessica y Elizabeth son mejores amigas, inseparables. Las une su única pasión, la música. Están a punto de cumplir su sueño de estar en una de las Universidades más importantes del Arte y la Música. Conocerán gente nueva, sus próximos mejores amigos...