El problema

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Narra Eli

Realmente estoy enloqueciendo. ¿Qué rayos hace Destiny durmiendo en la cama de mi amiga?, espero que Jessica la haya dejado entrar y no haya entrado sin permiso.

Si hay algo que realmente odio en la vida, es que las personas no te pidan permiso. Seguramente Jess sintió lastima de ella, y por eso la dejo entrar. Es decir, huele a alcohol. Es obvio que estaba completamente borracha cuando llego aquí. Definitivamente no dormiría con una extraña en mi cuarto.

Tomé el primer conjunto de ropa que había en mi ropero y entre al baño. Necesitaba una ducha para relajarme. Luego de ducharme, me vestí, me peiné, me maquillé y tomé las cosas que necesitaría para ese día. Le eché una última mirada a Des, me recordaba tanto a Jessica cuando solía emborracharse hasta caer dormida... Y ahí es cuando noté que no podía dejarla sola. Después de todo, ella nunca me hizo nada malo. Ahora me siento mal conmigo misma, no tengo derecho a juzgarla. Todos tienen problemas, solo que algunos lidian mejor que otros con ellos. Ayudé tantas veces a Jess estando en el mismo estado, que sabía exactamente qué hacer. Por más que quisiera no podía abandonarla aquí.

Dejé mi bolso sobre el sofá y me dirigí a mi maleta, tomé 2 aspirinas y las dejé sobre la mesa de luz junto a un vaso de agua. Me quede observándola, su cabello era un desastre, tenía unas ojeras inmensas y seguramente se despertaría con un tremendo dolor de cabeza. El reloj marcaba 6:05 A.M. y las clases comenzaban 8:30 A.M.,  si no se despertaba para entonces, si tendría que dejarla sola. Y es lo que menos quería, tal vez pueda perderme la primera clase. Pero no todo el día. Suspiré pesadamente, creí que jamás tendría que pasar por esto de nuevo, y menos con una desconocida. Me recosté en mi cama y cerré los ojos.

El ruido del despertador logró levantarme, me había quedado dormida exactamente una hora. Noté como Destiny comenzó a moverse. Abrió los ojos y luego los volvió a cerrar. Seguramente la invadió el sol de repente. Me acerqué a cerrar las cortinas. La habitación quedó en total oscuridad. Encendí la lámpara de noche y me encontré con una confundida Destiny mirándome.

—Bébete eso, seguramente lo necesitas — dije señalando el vaso de agua junto a las pastillas.

—¿Cómo llegue aquí? —dijo incorporándose mientras se refregaba los ojos. 

—Solo llegaste totalmente ebria y te quedaste dormida en la cama de Jess. —No sabía si era eso exactamente lo que había pasado, pero apostaba lo que sea a que algo familiar fue lo que sucedió.

—Lo siento —musitó ella tomando las pastillas.

—Deberías comer, sino devolverás las pastillas más rápido de lo que te imaginas —le aconsejé recordando cuantas veces tuve que sostenerle el cabello a Jessica mientras vomitaba—. ¿Del uno al diez qué tanto te duele la cabeza? —pregunté interesada.

—Once.

—Bien, haremos lo siguiente, tu iras a tomar una ducha ahora mismo —dije señalando la puerta del baño—, te dejaré mi pijama y ropa interior en la cama, ¿sí? —agregue mientras ella asentía con la cabeza—.  Y yo iré hasta la cafetería y conseguiré el desayuno más nutritivo que encuentre, y muchas botellas de agua —finalicé poniéndome de pie.

—Gracias por todo Eli.

—De nada,  ahora ve y dúchate mientras yo voy a la cafetería.

Se puso de pie y se fue hacia el baño. 

Ojala Jessica hubiera sido así de dócil, siempre se volvía tan testaruda luego de una resaca. Alejé los pensamientos del pasado de mi mente y me dirigí hacia la cafetería. Los pasillos aun se encontraban vacíos. Una vez en la cafetería me acerqué al mostrador, tomé tres botellas de agua, una ensalada de frutas, un yogurt y una botella de té frio. Me encaminé a la habitación nuevamente. Cuando llegué, Des estaba terminando de vestirse.

The sound of loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora