The sound of love

Buenos días América

Narra Jess:

Desde que comenzaron a pasar el comercial de Des, toda la Universidad la trataba de otra manera. Se podía decir que ya había firmado varios autógrafos. No puedo imaginar cómo será después del programa de hoy.

—Crees que Des este en su habitación —preguntó James.

—No lo sé —dije mirándolo—. ¿Por qué quieres saber eso?

—Porque quiero ir a desearle suerte antes de que se vaya...

—Igual lo puedes mandar por el grupo de Whats App...

—¿No piensas ir a saludarla? —preguntó asombrado.

—¿Has visto como ha pasado de nosotros durante la semana? —dije enojada.

—Entiéndela... Mucho ha cambiado en su vida, tuvo ensayos, todos querían estar con ella...

—Lo puedo entender, pero nunca vino a saludarme ni a felicitarme por lo de la película, ni siquiera estuvimos juntas —dije amenazante—. ¿Te volverás igual que ella cuando seas famoso?

—Quizá —dijo mirándome serio—, no lo sé, todavía no lo soy. Pero sin dudas me refugiaré aquí cuando la gente me persiga —añadió riendo.

—Dudo que puedas hacerlo —lo besé.

—¿Por qué?

—Porque entonces se darían cuenta que estamos juntos.

Narra Eli:

Jess estaba con James en la habitación, y nadie debía saberlo, por lo que decidí quedarme con Logan en su habitación. Nos encontrábamos recostados en su cama mientras escuchábamos música.

Amaba estar con él así, pero Mathew no dejaba de ocupar mi mente, y eso me preocupaba.

—¿En qué piensas? —preguntó Logan.

—En nada...

—Pareces pensativa...

—Creo que no me fue como esperaba en el examen.

—Ya es fin de semana, no pienses en eso...

Se abrió la puerta del baño y salió Dan.

—¿No te basta con dormir aquí? —dijo Dan.

—Lo siento... —dije.

—No tienes por qué... —dijo Logan—. Yo también me aguanto cuando el trae a chicas, es más, a veces tengo que pasar la noche afuera.

—¿Vamos a desayunar? —propuse.

—Es una broma, no me molestas —dijo Dan riendo.

—Ya lo sé... pero me está dando hambre...

—Vamos —dijo Logan levantándose y tomándome de la mano.

Fuimos tonteando por los pasillos hasta que llegamos a la cafetería, que estaba llena.

—Siéntate, iré por el café —dijo Logan despidiéndose con un beso y perdiéndose en la gente.

Ocupé la primera mesa que encontré y me senté a esperarlo. Me extrañaba que estuviera lleno, ya que durante los fines de semana no solía haber mucha gente en la Universidad.

—Me costó llegar hasta aquí sin que me tumbaran el café —dijo Logan sentándose.

—Menos mal que no fui yo, sino hubiera traído la taza vacía —dije riendo.