Cena
Comencé a adentrarme a la enorme casa, unos de sus sirvientes me pido que esperara, era gigantesca, note que alguien se acercaba e inmediatamente sentí la presencia de un maldito chupa sangre, estaba por alertar a los chicos, pero cuando lo tuve cerca mi cuerpo dejo de reaccionar. Un cuerpo delgado y esbelto estaba ante mis ojos, su rostro mostraba nerviosismo y también era precioso, ¿Espera, que cojones estoy pensando?, pero vamos que la palidez hace resaltar más sus labios delgados y rosados, podía jurar que incluso note un leve sonrojo de su parte. Un momento esto debe ser incomodo, ninguno de los dos ha hablado.
-Buenas noches señor Kalahari. Soy Armando Grúas-.Levanto su mano, para que esta fuera estrechada.
No solo era guapo, es como yo. Bueno no, es Dhampiro, una cruza de humano y vampiro, debo investigar más, si el detecta mi presencia estoy muerto. Me decidí a hablar ya.
-Un placer. Ya debe saber quien soy pero me presento, soy Yun Kalahari-. Ambos estrecharon sus manos.
No puedo creerlo debí suponerlo, ¡el es el maldito vampiro!, ahora mismo no se que hacer, ¿Debía enfrentarlo?, no debo asegurarme de que fue el quien ha asesinado a los policías. Su toque me hizo sentir cosas insólitas, algo que jamás sentí antes de Freddy.
-Y-Yo recibí su invitación, he venido con mis amigos espero no sean de su desagrado. El es Manolo y el Tonet-. Aclaro su voz tratando de sonar lo mas normal posible, presentando a los dos presentes.
-No hay problema, la comida estará en seguida. ¿Gustan pasar al comedor?-. Los tres asintieron, Yun los guio al interior de la casa, mostrándoles el lugar antes mencionado.
Ahora mismo estoy asombrado, todo cuadraba, los ataques eran cerca de aquí y de día, para el es más fácil ocultarse, debe tener un tipo de entrada secreta, disimula muy bien, intentando parecer humano, se a controlado al ver a tres personas con sangre fresca, sin duda es el. El no lo nota pero su reflejo no esta presente en los cubiertos de "plata", o mejor dicho de fierro pulido, hay enormes ventanales, pero todos están cubiertos con cortinas gruesas.
-Puedo preguntar, ¿A qué se debe su invitación?-.
¿Ahora que digo?; "Te traje a qui para matarte", debo pensar en una buena excusa, me esta poniendo los nervios de punta, encima de eso me siento estúpido, pensando cosas de el. ¡Me cago e mis muertos!
-Verá, su trabajo me gusta mucho. He escuchado mucho de usted-. Armando sabía que mentía, pero trato de estar a su paso.
-Muchas gracias, el tema es que este trabajo es maravilloso-.
-A-Así, ¿le gusta m-matar monstros?-.
-Correcto-.
Por un momento pensé, que mejor que no existieran, pero estaba equivocado, he conocido pocas criaturas que en verdad son bondad pura y este hombre que puedo decir, es precioso aun que me duela admitirlo.
-¿Cómo comenzó con este trabajo?-.
Esto es formidable, el no tiene ni puta idea quien es, si el supiera que es un hibrido, estoy seguro que se alejaría de todo esto a lo que el llama trabajo, sin embargo juega al héroe cazando a los de su misma especie.
-El tema es que mi padre fue un excelente cazador hace unos años-.
-Ya veo, me alegra que haya venido, este pueblo necesita de usted-.
-Ya que le fascina mi trabajo, ¿Por qué no me compaña mañana?-.
-¿A-A qué?-.
-Mis colegas y yo encontramos una choza escondida en el bosque, creemos se trata de una bruja o un hombre lobo-.
-Siempre y cuando sea de noche, e-es más fácil porque así salen rápido-.
-Oh, no, no. Iremos al amanecer-.
Ya lo tenía, sus subterfugios ya no funcionarían, aunque en el fondo, me sentía mal por querer hacerle daño, talvez este equivocado yo y no el.
-D-De acuerdo-.
Maldito cazador estúpido y guapo, no puedo rechazarle, sospecharía de mi o se daría cuenta, estaba perdido.
-Bien, mañana te esperaré en la entrada del bosque-. La cena transcurrió en silencio, de vez en cuando compartían miradas sigilosas. Hasta que termino.
-Muchas gracias por la cena, un placer conocerlo-.
-No hay que de que, el gusto es mío. Hasta mañana-. Juanjo cerro la puerta, regresando con su jefe.
-Uy que el chino tiene nuevo novio-.
-¿¡Qué dices gilipolla'!?-.
Llegamos a casa, hice mi rutina antes de dormir, preparé las armas que usaríamos mañana, pero el no salía de mis pensamientos, lo peor de todo es quien se dio cuenta de aquello.
-Armando, ¿pasa algo?-.
-Si jefe, te notamos extraño en la cena-.
-No es nada chicos, solo que estoy cansado. Venga vamos a dormir-.
Jamás había notado lo hermosa que es la noche, usualmente salgo, cazo mi cena y me quedo despierto leyendo, pero ahora todo era diferente, la imagen de ese hombre llego a mi mente, sacando un suspiro extraño de mi, estoy asustado, jamás había sentido algo así, desde el momento que cruzo mi puerta y sentí su presencia mi cuerpo sufrió raros temblores, mi corazón se acelero al tener sus ojos sobre mi, si tuviera alma estoy seguro que saldría de mi y flotaría como pluma de pichón, estoy confundido, de alguna manera he quedado estupefacto, no quisiera sentir esto, no se de que se trate, ¿amor?, no se ni siquiera que es, me parece ridículo incluso, hay tantas cosas que pasan por mi mente en serio.
-Ahhh-. Suspiro sin despegar la mirada de la oscura noche.
No podía dormir, de alguna forma el pelirrojo estaba en mis pensamientos, ya ni se trataba de querer atraparlo o matarlo, solo pensaba en mi reacción al entrar y verlo, no podía negar que es atractivo, demasiado talvez, no se, me siento perdido, hace años que no sentía algo así, o talvez no; ¿Por qué con Freddy, jamás sentí algo así?, es decir, al verlo me enamore en seguida ¿o no?, talvez no. Es decir, cuando miré directo a sus ojos rojos con toques marrones sentí extrañas sensaciones de nervios, algo que jamás me había pasado con un vampiro, ¿será miedo?, imposible, ya había estado con otros vampiros peligrosos, pero ¿porqué con el, siento estas cosas?
-Ahhh-.Suspiro mirando hacía el techo.
Remin
ESTÁS LEYENDO
Carencia de alma (Yunando) FINALIZADA
Random-Soy solo un ser maldecido a no ser feliz, pero aun así, deseo amarte. -No opinarias lo mismo si supieras, que soy... un vampiro. Un hombre, fuerte y maldecido, el mejor cazador de monstruos de la ciudad, llega a un pueblo, Los Santos, sin saber que...