XIV

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Sospechoso

La mañana era preciosa, los pajarillos cantaban melodías armoniosas y deleitantes, por primera vez en tanto tiempo, pude disfrutar de una cálida mañana, quise tomar una taza de café, con pequeños trozos de fruta, estoy seguro que mis papilas gustativas degustarían de ello, no todo se trata de sangre, después de lo sucedido ayer por la noche, mi estomago se revolvía de emoción y mi corazón saltaba de gusto, deseaba volver a ver a Armando y que me revele lo ultimo que no alcanzo a decirme. Pero siempre tiene que reinar el caos en mi vida.

-Yun, siento molestarte, pero...-.

-¿Qué pasa?, decirme ya-.

-E-El superintendente esta aquí-.

-Me cago en la puta-.

Seguí mis tareas diarias para dirigirme a comisaria por si nuevos casos llegaban, estaba más feliz que de costumbre, talvez después pueda pasarme a casa de Yun y terminar lo que no pude decirle aquella noche, disfrute tanto de su presencia, besarlo fue una sensación maravillosa, nuestros labios juntos y la calidez de su cuerpo junto al mío, eran una mezcla perfecta y bien combinada, con esto pude comprobar que mis sentimientos hacía el son sinceros y humildes. Salimos rumbo al lugar antes mencionado, mi rostro destellaba alegría y alguien más pudo notarlo.

-Que se ha levantado de buenas hoy el jefe Tonet-.

-Tienes razón Manolo, ¿A qué se debe esa sonrisita he jefe?-.

-Ustedes nunca cambiaran-. Dijo soltando pequeñas carcajadas-. El tema es que pude hablar con Yun, ayer en la noche, lo encontré en el bosque y...-. Un sonrojo apareció en sus mejillas, apresurando el paso.

-Y...vamos jefe díganos, que llevamos tiempo trabajando juntos-.

-No, mejor corran que debemos ir con Conway-. Los tres caminaron rápido, llegando a comisaria donde un chico rubio les atendió.

-Buenas tardes oficial, ¿se encuentra Conway?-.

-Buenas Armando, el no esta, pero estoy yo estoy seguro que el abuelo tardara, ¿Qué necesitas?-.

-Saber si hay un nuevo caso para asistir-. Cruzo sus brazos, esperando la respuesta del joven.

-Al parecer no hay ninguno, por ahora solo están investigando al tan Kalahari-.

-Pero si le he dicho que yo me encargaría de el-. Habló enojado-.

-Pues ayer el abuelo se enfado porque no trajiste respuesta de tu supuesta investigación-.

-La tengo ahora mismo, ¿Dónde esta?-.

-En la casa de Kalahari-. No dijo más, salió corriendo de ahí, lo mas rápido que pudo.

Sí estaba aquí, como odiaba a ese viejo, siempre molestando y metiendo sus narices dónde lo le llaman, cada vez que me acercaba sentía enormes ganas de matarlo, descuartizarlo y hacerlo sufrir, pero eso solo me traería problemas.

-Buenos días Conway, ¿a que debo su visita?-.

-Buenas Kalahari, creo que ya sabes a que vengo. Los ataques a oficiales y gente han parado, gracias a Armando, pero yo se que aun nos queda un problemilla, y ese eres tu claro-.

-Ya esta delirando, ¿Qué tengo que ver yo en eso?-.

-Seamos honestos, eres un capullo de primera de eso no hay duda, pero tu comportamiento es extraño, si tuvieras una multitud de gente ahora mismo, eres capaz de cortarles el cuello, ¿a que sí, Kalahari?-. Hablaba mientras caminaba al rededor de el, tratando de coaccionar a su victima.

Carencia de alma (Yunando) FINALIZADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora