Todo era raro, mi cuerpo de repente estaba en recostado sobre algo y aun no sabía porqué, ¿ya he muerto? Quizá si. Mis ojos se abrían poco a poco una luz abrazadora me pego, haciendome parpadear un poco y al fin desperté. Estaba en una cabaña vieja, las paredes lucían algo deterioradas y solo había una pequeña mesa que adornaba lo demás, escuche de pronto un sonido que provenía de afuera, tenía miedo a averiguar, así que con mucho cuidado me levante dirigiendome hacía afuera. Abrí la puerta mirando a un hombre de espaladas.
-Cuanto tiempo ha pasado-. Pronunció.
-¿Hola? Estoy... ¿Muerto acaso?-.
El hombre se giro y yo solo pude abrir los ojos y quedarme estático, ese hombre afilaba su espada, tan concentrado y se detuvo para mirarme a los ojos. Era mi padre.
-Vaya que fea barba tienes hijo-.
-¿Papá?...-. Corrió hacia el, abrazándolo.
-Pensé verte por aquí cuando ya estuvieras viejo-.
-Papá yo... He hecho cosas malas y tu debes estar avergonzado de mi, perdoname pero yo...-. Decía entre lágrimas.
-Shhh, tranquilo. Se lo que hiciste y creeme estoy muy orgulloso de ti, lo has hecho bien hijo-.
-Te extrañe padre. Te quiero-.
-Yo a ti y ya es hora de que vayas-.
-No me quiero ir, quiero quedarme contigo-.
-No hijo, ya es momento de que descanses de la miseria. El tema es que, ya es momento de verle-.
No estaba listo para irme, definitivamente estaba muerto y encontrarme de nuevo con ese hombre canoso y listo fue lo mejor que pude pasar, no quería marcharme aun que agradecía volver a verle y tenerlo en brazos una vez más. ¿Un campo? Esto era extraño, un hombre comenzó a acercarse. Y ya sabía quien era.
-Pero bueno si es el jefe-.
-M-Manolo, yo...-.
-Tranquilo, solo quería agradecerle por cuidar de mi y mi sobrino-.
-No fue así, yo deje solo a Tonet, los arrastre a esto y...-.
-No es así, lo convirtió en un hombre de bien. Ahora el trabaja honradamente como cualquier chico, aprendió de una vida difícil y eso se lo debíamos-.
-Gracias a ti Manolo, por tenderme una mano, cuando más lo necesite-.
-No hay de que, pero ya se tiene ir-.
No comprendía sus palabras hasta que todo se volvió a desvanecer y volví a estar sólo, por una extraña razón me encontraba en un bosque. Comencé a llorar cuando reconocí el lugar, solo que ahora lo cubrían rosas blancas y preciosas, olían delicioso y una figura apareció a lo lejos. Oh dios mio.
-No puede ser...-. Comenzó a correr-. ¡Yun!-.
Solo podía sentir mis lágrimas caer u salir disparadas al correr, estaba allí esperando algo podía jurar que era el, jamás podría olvidar su anatomía, su cabello rojo que resaltaba entré todas las flores. Quede a escasos metros de el, el se giro mirándome, una vez más pude contemplar lo bello que es, su rostro ahora tenía color y sus ojos azules le quedan. No pensaba despertar de este sueño, ¿porque lo era? ¿No?
-Armando... Si viniste-.
-Por favor dime que esto no es sueño, dime que eres real que estuviste esperando por mi, dime que me amas y que me extrañaste. No sabes cuanto sufrí por ti, cuanto deseé volver a verte y tenerte entre mis brazos...-.
-Mucho texto-. Pronunció sin más.
-Si eres tú-. Ambos se abrazaron, volviendo a sentir su cálida presencia.
Hace tiempo que desperté aquí, estaba muerto lo sabía, me sentía pleno y solo... Lloré por días esperando la respuesta a una salida y entonces fue cuando me di cuenta que este bosque no era cualquiera, aquí compartí uno de los mejores momentos de mi vida al lado del hombre que tanto ame en vida. Y ahora entendía el porque, debía esperarlo, estar juntos y volver a decirle te amo.
-Armando, te extrañe mucho-.
-Y-Yun, no sabes cuanto deseé escuchar eso. Perdoname pude salvarte y lo hice, yo lo siento-.
-No te disculpes, no fue tu culpa y creeme que a pesar de todo sigo amándote y lo seguiré haciendo por siempre-.
-Y-Yo te amo tanto, no se expresarte lo que siento ahora mismo al verte-.
-Tal vez así-.
Me acerqué a besarlo, el tiempo aquí ya no existía podía seguir así hasta cansarme y volver a seguir, extrañaba sus labios y sobre todo a el. Seguía preocupándose por mi, como las primeras veces que nos vimos.
-No sabes como te adoro. Esta vez estaré contigo siempre, siempre. Me alegra tanto que me hayas esperado-.
-Después de todo, siempre fuiste tu quien devolvió la felicidad a mi vida y ahora me vuelves a hacer compañía en un lugar desconocido-.
-Yo siempre te seguiré y te prometí que volvería a enamorarme si estuviésemos en otra vida. Y aquí me tienes, rendido a tus pies, enamorado como loco deseándote y rogando a todo lo existente que esto jamas se acabé-.
-Gracias Armando, te amo y lo haré, esta vez por siempre.-
Estaba feliz de nuevo, nadie podría separarnos. Nadie podría juzgarnos hubiera preferido vivir para obtener más momentos así, pero yo no escribí lo que me dictaría la vida y supongo que para mi, un ser que vivió en la obscuridad y penumbra del mundo merecía estar aquí. Hay quienes aun siguen teniendo queja o duda respecto a su vida. Yo les diría que valoren lo bueno y no juzguen lo malo, porque el presente no puede cambiar, pero el futuro sí.
Ya nada podría separalos, este era su destino reencontrase de nuevo, estar juntos hasta el fin. El amor pudo triunfar, sus caminos se volvieron uno sólo y ellos estaban completos. Tenían su alma unida y ellos sabían que debía ser así. Su amor mutuo los unió, al igual que el dolor del pasado y el bochorno de la gente, su sufrimiento se convirtió en lindas palabras que debían recitar, sus malos actos fueron castigados, pero solo estaban cansados de la angustia. En sus miradas ahora solo existía un sentimiento verdadero y honesto, por algo ahora necesitan uno del otro.
Fin
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Carencia de alma (Yunando) FINALIZADA
De Todo-Soy solo un ser maldecido a no ser feliz, pero aun así, deseo amarte. -No opinarias lo mismo si supieras, que soy... un vampiro. Un hombre, fuerte y maldecido, el mejor cazador de monstruos de la ciudad, llega a un pueblo, Los Santos, sin saber que...