XIII

379 51 21
                                    

Bosque

Después de hablar con Yun, la noche llego estaba tan pensativo y raro que, sin pensarlo dos veces salí al bosque, ¿era peligroso?, si pero ya que más daba, toda esta postura en la que vivo, me tiene demasiado distraído, ¿Qué podría hacer?, hablar con Yun es mi única opción, posiblemente enfrente el rechazó, pero al menos ya he sacado todo tipo de pensamiento oculto hacía el. Me senté en un tronco viejo y musgoso, veía las nubes moverse con detenimiento, sentía enormes ganas de que mi padre estuviese aquí, el sabría que hacer, lo extrañaba.

-Papá...-. Un sentimiento de culpa lo invadió, llorando despacito en aquel bosque frio y solitario.

Al fin era de noche, tenía sed, pero no quiero matar a nadie, de vez en cuando los chicos me regalan de su sangre, es gracioso, pero en serio muero de sed, a veces mis instintos no se controlan y despiertan a un temible Yun, al original, antes de que Armando llegará e hiciera todo un lio en mi cabeza, que mas da, saldré tal vez me encuentre una bruja y a ella si la matare.

-Yun, ¿A donde vas?-.

-Tengo hambre Juanjo, no tardaré-. Sin más que decir, salió corriendo de ahí.

Ya me encontraba en el bosque, un sentimiento extraño comenzó a surgir en mi, otra vez no, de nuevo Armando en mis pensamientos, solo quiero comer. Me recargue en un árbol inmenso, mire hacía el cielo y su bella imagen llegó a mi, sus labios, sus manos, sus ojos, sentí mi cuerpo calentarse y algo en mis pantalones.

-N-No, ahora no...-.

Genial, había sufrido una erección y esto por culpa de ese maldito y sensual cazador. ¿Debería de?, ya ni se que estoy pensando, pero duele en verdad me veo tan ridículo parado en medio del bosque con esto estorbando en mis pantalones.

-¿Qué hago, ahora?-. Suspiro, echando la cabeza hacía atrás, su mano tentaba con tocarse, no podía seguir aguantando más, la necesidad de saciarse lo llenaba.

Me senté poco a poco en el suelo terroso, apretando mis piernas tratando de relajarme, no haría nada sucio en un bosque y pensando en Armando, esto era de degenerado.

-C-Contrólate, ¡Ahhh!-. Su exasperación crecía a medida que sus pensamientos estaban ahogados del pelinegro.

Me puse alerta, había escuchado algo sin duda, preparé mi arma caminando lentamente a donde provenía el sonido, a lo lejos pude ver algo cerca de un árbol, estaba recargado y solo podía ver su espalda, el también se puso alerta porque cuanto quise disparar el se giro, era nada más y nada menos que Yun.

-¿Yun?, estuve a punto de disparate, ¿Qué haces aquí?-. Guardo su arma y camino hacía el-.

-A-Armando, no te acerques-. 

Lo que me faltaba, aun que del susto debo decir que bajo un poco, pero aún así estoy muy avergonzado, ¡estuve así por culpa de el!.

-¿Estas bien?, ¿Qué haces aquí?, es peligroso-. Se acerco más a el, quedando a pocos metros de su cuerpo encogido y rostro avergonzado.

-Y-Yo, salí a dar una vuelta y ya me iba-.

-Yun, ¿me estas evitando?-. Armando sintió una pulsada en su pecho, por un momento pensó que el contrario, estaba alejándolo de el.

-N-No, solo que...no quiero molestarte y-y, hace frio-. Mintió.

Su timidez me encantaba, la luz de la luna hacía ver sus mejillas coloradas, su labio inferior temblaba y sus ojos me miraban sigilosamente, no me resistí y camine hasta el quedando lo suficientemente cerca. Yo sabía que el estaba ahí por buscar alimento, pero tal vez podía aprovechar y saber lo que siento por el.

Carencia de alma (Yunando) FINALIZADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora