La verdad
Los años pasaron, me convertí en todo un chico atractivo, la verdad no les mentiré y con eso también mi inteligencia era mi cumpleaños número 18 estaba listo para tomar el trono, pero los problemas con el misterioso "asesino" impedían que tomará mi lugar. Yo estaba consiente que soy diferente, mi niñez fue dura, pasar hambre y sed no es tan fácil, pero ya encontré la forma de nutrirme, las aldeas no quedan tan lejos, mi impresionante rapidez y la impecable forma de escabullirme hacen todo una tarea tan fácil.
Mi padre esta muy sospechoso, me mira a los ojos y su mirada se llena de pánico; ¿seré feo?, yo digo que no, este cuerpo es de desearse sin mariconadas, claro. Sabía que algo me ocultaba, no se la manera de preguntarlo, es como si mis padres me temieran, mis ánimos bajan, pues es claro que soy un divergente a su lado, ellos parecen tener una piel mas colorida y no le temen al puto sol, ¡Dios mío!, es vergonzoso pero no puedo hacer nada. Hay que ver que también les miento, pero si ellos supieran que su hijo es otro cuando el sol cae, ellos entrarían en intranquilidad.
-Padre, saldré al pueblo-.
-Yun, ya sabes que no debes salir.- El rey sabía que eso traería problemas, negarle a su hijo salir por el pueblo era su única opción.
Aquí vamos de nuevo, es increíble, siempre he tratado de ser amable, pero me están cansando, reclamo que me den una explicación, solo salgo para matar gente y eso solo en la maldita oscuridad de la noche.
-¡Entonces dame una puta razón, por la que deba quedarme aquí!-. La reina también estaba fastidiada, mentirle a las personas sobre su hijo, ocultarlo, privarlo de su libertad, todo por el estúpido, descuido de su marido. Lo hubiese dejado desde el momento que le contó la cruel verdad de sus actos, ¿por qué sigue con el?, fácil, por su querido Yun.
-¿¡Cómo pudiste Arnold!?-.
-Y-Yo, en serio perdóname cariño-. Era humillante, se tiro de rodillas suplicando indulgencia.
-Tu hijo ahora sufre y paga tus malas maniobras, ¿Qué pensabas? -.
-En ti, me enamore perdidamente de ti.- Claro que le contó la verdad, pero no toda.
-Eres una farsa, todo este reino, no te pertenece. Tu hijo necesita saber la verdad y no seré yo quien se la diga-. No sabía como decirle a su hijo, esperaría, al menos hasta que se convirtiera en un adulto.
Era aburrido estar allí, lo único que me entretenía era leer, libros fantásticos y llenos de sabiduría, mi padre me obligaba a rezar con el, pero algo dentro de mi lo aborrecía, esos crucifijos, figuras de santas y el enorme libro sagrado que jamás he leído. Me dan nauseas y terror, el me ha leído fragmentos de aquel libro y se me hace algo bobo, esta totalmente perdido a la realidad, pero a el le enfurece que se lo diga, me cago en la puta.
-Yun cuando acabes de tu lectura necesito hablar contigo-. Estaba decidido, al fin le diría a su hijo, la semejante mierda que cometió. Solo esperaba lo tomase bien.
¿Hablar conmigo?; espero que esto sea importante, acabo de encontrar un libro increíble, bueno, lo robe por accidente, ¡que va!, lo tome prestado igual y esa mujer no me reclamara por el. Es un libro de criaturas, ¿en serio existen los hombre lobo? desearía ver uno, lo que más llamo mi atención, fue "Vampiros". Estoy temblando de miedo, lo que este libro relata, no me esta gustando: "Miedo al sol" "Piel pálida", debe ser una coincidencia, "Su alimento principal, Sangre". No, no, debe ser una puta broma. Espera un momento, mi padre quería hablar conmigo, ¿será sobre esto? ¡Maldito gillipolla'!
Salí echando lumbre de mis ojos, mis deseos de saber la verdad eran descomunal, necesitaba saber la verdad, ¡La necesito saber!
-Yun, ¿terminaste tu lectura?-. El chico llego al salón principal del castillo, su mirada aterro a su padre, estaba enfurecido lo podía tonar, sentía mucho interrumpir su lectura, pues sabia era lo único que el chico hacia.
-Para mi puta mala suerte, Sí-. La manera en que hablaba, era espeluznante.
-¿Estás bien? Te noto algo alterado-.
-Dime tu padre, ¿estrías enojado, si te prohibieran salir?. Si te mueres de hambre, si deseas comer y comer, si tu garganta se seca, y no puedes hacerlo. Si te mienten, si te trataran como un maldito fenómeno. ¡SI ERES UN PUTO VAMPIRO!-. Lo ultimo lo dejo helado.
-Yun, ¿de q-qué hablas?-.
-Dime la verdad, déjate de lamentos. Que te servirán después-. La puerta fue abierta.
-¿Qué pasa, escuche gritos?-.
-Madre, ¿tu sabías de esto?-.
-¿S-Saber, qué Yun?-.
-Yun, hijo tienes razón, te debo una explicación, escúchame primero y después hablas. No tenía idea que se tratara de un vampiro, tal vez solo estas alucinando eso. Lo que si se es que, y-yo hice un trato con una b-bruja. Ella quería algo más conmigo, pero yo ya tenía a tu madre y eso hizo que se enfureciera y t-todo callo sobre ti hijo-.
-¿Sabes que se que mientes? Tu maldita mirada lo dice todo-. Sus ojos brillaron, haciendo resaltar sus rojizos orbes.
-Yun, es la verdad. Hijo te amo y tenía que protegerte-.
-Eres una puta desgracia, me mentiste por años, pague por tus actos y ahora sufro en silencio, ¿tienes idea, cómo me siento?-.
Mi mente se estaba nublando, tenía mucha sed, mi enojo me estaba haciendo imaginar tonterías tal vez, pero necesitaba beber.
-Hijo, yo no sabía que ella atentaría así, tal vez solo estas enfermo-.
-¿Enfermó? Tu crees que esto es estar enfermó...-Estaba tan lleno de furia, que no se percato que sus enormes, blancos y afilados colmillos, se asomaban.
Juro que en ese instante me desconocí, mi cólera aumento, al igual que mi enorme sed, tenía en frente de mi sangre fresca, pero también estaba mi padre, mi mentiroso y mediocre padre.
-D-Dios, mío. H-Hijo tranquilo-. Balbuceaba, mientras analizaba toda la situación, tenía frente a el un monstro y deplorablemente era su hijo.
-Papá, no sabes cuanta sed tengo...Perdóname-. Se lanzó hacia el, mordiendo la parte izquierda de su cuello.
.¡YUN!-. Su madre gritaba de terror, era la escena más horripilante que había visto.
Cuando terminé de succionar todo el liquido rojizo, solté el cadáver, no sabes como lo lamento padre, aún teniéndote fiambre debajo de mis pies, no pude evitar sentir satisfacción. supongo que el libro tenía razón, soy un monstro, soy una maldita alma vacía, por eso no puedo tener pena por ti, descansa deplorable padre. Mamá sigue.
-No..., dios, ayúdame-. Su madre sollozaba, tratando de huir, pero la sed de Yun, era más fuerte, podía oler a su presa y llegar hasta ella.
-Mamá, no debiste mentirme-. Una imagen inaudita tenía ante sus ojos, su hijo cubierto de la sangre de quien algún día fue su esposo, colmillos brotando de sus encías y esos ojos que reflejaban el mismísimo infierno.
-Hijo, n-no lo hagas, soy una víctima más de tu padre-. Su clemencia sería en vano.
Lo medite, era mi madre, no podía hacerlo. Pero haberme mentido tanto tiempo, ocultándome de esta porquería de sociedad, huyendo de la luz de los hermosos atardeceres, escondiéndome de todos, ahora soy un monstro completo.
-No tienes idea de mi sufrir, he implorado una oportunidad a un Dios, que no me estima. Ahora todos se darán cuenta quien es Yun Kalahari, ¿tienes idea de cuanta sangre corre por estas manos?-. Ella negó con la cabeza-. Mucha sangre mamá, desde la cocinera y te aseguro que no serás la ultima-.
Me abalance hacía su cuerpo tembloroso y agitado, comencé con mi tarea, succionando rápido pero placentero. Solté su cuerpo sin siquiera mirarlo, la noche era bella, radiaba paz, supongo que solo era eso, moría de sed. Ahora solo me queda llorar para mi.
Los días, pasaron los pueblerinos dieron sepulcro a sus reyes, yo quedé total al mando de ese reino apestoso y estúpido, no estaba dispuesto a tomar el lugar de mi padre. Las personas ni siquiera sabían de mi existencia, otras imploraban conocerme, pero eso jamás sería posible, porque acabaré con todos...
Remin
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Carencia de alma (Yunando) FINALIZADA
De Todo-Soy solo un ser maldecido a no ser feliz, pero aun así, deseo amarte. -No opinarias lo mismo si supieras, que soy... un vampiro. Un hombre, fuerte y maldecido, el mejor cazador de monstruos de la ciudad, llega a un pueblo, Los Santos, sin saber que...