X

379 51 12
                                    

Día de caza

Me desperté más temprano de lo habitual, debía prepara una estrategia para que el sol no me dañara, en verdad era humillante esconderme del sol, jamás me cansaría de decirlo, Juanjo y Emilio, me ayudaban a preparar mis prendas para todo fuese más fácil, opte por usar ropa de colores suaves, así el negro no calentara mi piel, llevaría un paraguas y listo.

-¿Estás seguro de esto, Yun?-. 

-No tengo opción, podría descubrir quien soy realmente-. 

-¿Creí que era mitad vampiro?-. Pregunto un hombre de coleta.

-Lo es, pero creo que no sabe. Es un punto a mi favor-.

Aliste todo, para estar seguros de cualquier ataque sorpresa, no solo hablo de quien este en la cabaña, sino también de Yun, no arriesgaría a mis hombres por una estupidez mía, aunque debo admitir que mis manos están comenzando a sudar de los nervios.

-Jefe, esta todo listo-.

-Bien es hora de irnos, ya saben cuidarse mucho, estén alerta y jamás se despeguen de mi-. Tomo sus armas, bolso y salió dirección donde acordaron con Yun.

Mientras más nos acercábamos, podía sentir la presencia de el, pude visualizarlo, iba extremadamente cubierto, como lo supuse, ese paraguas se notaba a kilómetros.

-Buenos días señor Kalahari. ¿Esta listo?-.

-Dime solo Yun, no estoy tan viejo. Y si estoy listo-.

-De acuerdo Yun, dime Armando solamente también, andando-.

Seguí a Armando su vestimenta de cazador lo hace ver más guapo, ¿Qué demonios estoy pensando?; debo concentrarme, estar alerta, dejar de pensar mariconadas, puedo notar como voltea discreto hacía mi, romperé el paraguas estoy seguro mis nervios me obligan a apretarlo. Mis pensamientos se esfumaron al escucharlo hablar y parar.

-Escuchen, no hagan ningún ruido-. Habló sigiloso, escuchando atento y mirando a todas partes.

-Yo no he escuchado nada-.

-Estoy de acuerdo con Manolo jefe-.

-Tienen razón de seguro era un...-.

-¡Jefe!-. Una enorme criatura salió de los arboles, seguido de una mujer.

Un maldito hombre lobo me tomo por sorpresa, sin embargo la mujer que salió sonreía contenta, esa bruja sabía que vendríamos.

-Vaya, vaya, pero si es Armando Grúas y el mismísimo burgués. ¿Ahora eres su ayudante, Kalahari?-.

-Cierra la boca, zorra-.

Conocía a esa bruja, la mataría ahí mismo si no tuviera que fingir ser un repulsivo y feo humano, sin ofender y Armando tampoco cuenta, ahora solo debía hacer el papel de damisela en peligro, talvez Armando me rescata.

-Que sucios modales tienes-.

-Y usted que fea cara tiene-. La bruja se abalanzo hacía Yun intentando atacarlo, pero su reacción fue impedida por los disparos de Manolo-.

-¡Jefe, esta muerta!-.

Luchaba con todas mis fuerzas con ese sarnoso, pero no necesite muchas, ya que en seguida callo, me impresionaba la actitud del pelirrojo, no movió ni un pelo para defenderse o atacar.

-Eso fue impresionante, ¿Ya nos vamos?-. Pregunto desesperado.

-Tranquilo, Yun. Todavía tenemos que ir con Conway para informarle-.

-No se preocupe jefe, nosotros nos encargamos de eso. Vamos Tonet-. Ambos se miraron cómplices.

Justo lo que no necesitaba ahora, quedarme solo con Armando, ahora mis nervios estaban disparados por todo mi cuerpo, ¿¡Porque me siento así!?

-Vamos Yun, antes de que salga otro cerdo-.

-C-Claro-.

-¿Por qué llevas paraguas, digo si se puede saber?-.

-Y-Yo, p-porque...Ya sabes como son los burgueses-.

-No, no se-.

-P-Pues ese no es mi problema-. Respondió indignado, adelantando el paso.

La verdad, es que me divertía molestarlo, talvez así podía saber hasta donde podía llegar con el.

-Espera Yun, no te molestes-. Lo tomo del brazo, obligándolo a voltear.

-Y-Yo no estoy molesto-. Ambos quedaron cara a cara, mirando fijamente a los ojos del contrario.

Estaba tan cerca de mi, podía notar un brillo extraño en sus ojos, me miraban fijamente, el es más alto que yo de eso no había duda, el viento removía sus cabellos negros de su frente, el poco sol que entraba de los huecos de los arboles iluminaban su rostro. Sentía extrañas cosas en mi estomago, mi vista sigilosamente miro sus labios entre abiertos, no podía ocultar pensar que era guapísimo.

No se cuanto tiempo me quede mirando fijamente a sus ojos, brillaban con intensidad, se veía tan indefenso en esa postura, nervioso, callado y... hermoso, había poca luz que destellaba en su pálida piel, podía jurar que incluso llegue a ver pequeñas pecas en sus pómulos, un ligero color carmín se apodero de sus mejillas, dándole un toque bonito.

-Y-Yo, lo siento, ¿Te acompaño a casa?-. El pelinegro rompió el silencio, ambos regresando a la cruda realidad.

-H-He si claro-. Ambos caminaron directo a casa de Yun en silencio.

-Bien hemos llegado, yo tengo que ir con los chicos, así que, supongo que nos veremos después-.

-Ah, sí claro-. Ambos se miraron, avergonzados sin saber que más decir-.

-Bueno, nos vemos luego, Yun-.

-Hasta pronto Armando, buena tarde-. Sin más que decir ambos se giraron y pusieron rumbo a sus respectivos destinos.

Se había ido por fin, me adentre rápidamente a mi habitación solitaria y obscura, ¿Qué acaba de ocurrir? Mi corazón esta como loco, me siento en novela de 1597, aquella donde ambos protagonistas se enamoran, creo que el tipo se llamaba William Shakespeare, relata a detalle el sentimiento de "amor", ¿Me estará sucediendo eso? jamás me he enamorado y ahora aparece el y me deja en total duda, me siento tan perdido, soy un ser odiado por el y aún así me atrevo a pensar semejante barbaridad, si que soy estúpido. Me recosté en mi cama que ni siquiera uso por cierto, mirando hacía la nada, no quiero enamorarme, me niego a hacerlo, es algo tan inalcanzable y loco, el un cazador que busca a los de mi tipo para acabar con su vida, soy un idiota por pensar así, ¿Qué debía hacer?

-¿Y como te fue?-. Lamar y Juanjo aparecieron.

-Sinceramente, una mierda-. Cubrió su rostro con una almohada.

-¿Ya sabe que te gusta o qué?-. Preguntó el de cabellos rubios.

-¿Qué dices?, la única razón por la que no te he matado es porque me sirves, cerdo-.

-Admite que nos quieres chinito-.

-¡Cállense de una puta vez y cerrar las cortinas!, quiero dormir-.

Después de entregar todo a Conway y recibir nuestra paga, regresamos a casa, debía pensar y analizar todo. ¿Qué fue lo que sucedió con Yun?, note algo raro en el, debería odiarlo por matar a tanta gente, pero sin embargo, quede estúpidamente clavado en sus ojos, su perfecto rostro pálido, ¡Dios que me pasa! Tengo miedo a sentir afecto por el, yo debería proteger a los demás de el y estoy aquí tumbado en un lecho, pensando en su atractivo rostro, una vez prometí buscar a Freddy, no he vuelto a saber de el supongo que tenía que ser así, pero ahora esta el, necesito sacarlo de mi cabeza, cuando se fue, sentí un vacío que se extendía por todo mi ser, acabaré loco estoy seguro, quiero dejar de sentir esto, no quiero... enamorarme.





































Remin

Carencia de alma (Yunando) FINALIZADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora