Invitación

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Han pasado ya tres meses desde aquella noche, el solo recordarlo provoca que mi visión se nuble por las lágrimas que se acumulan.
No me arrepiento de lo dicho en ese momento, pero aún es duro, solté la mano del chico que amo y lo deje en aquel lugar.

— Serena, ¿estas en casa? — Gritaba Shauna desde el recibidor.
Limpiando todo rastro de lágrimas y cambiando la ruta de mis pensamientos respondí.

— ¡Si, estoy en mi habitación!

Escuchando sus pasos a través del pasillo, me recuesto en mi cama para dar la sensación de apenas haber despertado.

— ¡Serena! — Grito al ver el estado en el que estaba. El cabello enredado y la pijama contrastaban con su falda primaveral y su blusa holgada.  — No me digas que no has salido de tu cama desde que empezaron las vacaciones.

Obvio había salido, pero mi rutina se había centrado en asaltar la nevera cada que me daba apetito, recostarme en el sofá para ver la televisión y dormir.

— ¡Obvio no! — Respondí en tono de reproche mientras me ocultaba en las cobijas — También tengo que ir al baño.

Shauna irritada por la broma que había hecho, empezó a tirar de las cobijas con la intención de quitarmelas.

— ¡Vamos, hay que salir de compras!

— ¡No, aun esta frío afuera!

— ¡Serena, estamos a casi 30°!

— Temperatura ideal para tomar un chocolate caliente. — Insistí al mismo tiempo que ella soltaba las cobijas.

— No quería hacer esto, pero no me das más opción. — Su voz se alejaba cada vez más, unos segundos después escuché la puerta del departamento cerrar.

Tras oír el sonido, me levante de mi cama y camine al espejo.
— ¡Diablos! ¿Cuándo comí palomitas? — Pregunté sacando el resto de comida de mi pijama. — No le daré la razón, pero creo que un baño no estaría mal.

×××

Habían pasado ya casi 3 horas desde la visita de Shauna, tras tomar un baño, opte por escombrar mi departamento.

— Serena hemos recogido tu correspondencia del buzón. — Comentó Miette mientras entraba sin avisar junto con Shauna. — ¡Oye, no esta como lo describiste! - Gritó mirando a la morena quien me miraba sorprendida.

— ¡Creí que no saldrías de tu cama! — Dijo sorprendida, incomodada por su comentario reí y le respondí que no iría de compras con ellas.

Debido a que no pudieron convencerme a ir con ellas, optaron por quedarse en mi departamento conmigo. Me alegre al escuchar su decisión, por un día dejaría de pensar en la última conversación con Diana

"— Probablemente el príncipe azul que recuerdas nunca existió, tienes que conocer todas sus facetas, él ya no es el entrenador con el que viajaste..."

La tarde de ese día me sorprendió, Diana me pidió reunirnos a solas para pedirme no iniciar una relación con su primo. Entendí sus motivos y seguí sus instrucciones al pie de la letra.

— Oye, porque no mejor haces que lleguen tus estados de cuenta por email? — Preguntó Miette quién estaba revisando carta por carta.

— Es tedioso hacer las llamadas para que hagan el cambio, además con lo del torneo y los eventos no tengo tiempo de sobra.

— ¡Oh, esta es interesante! — Comentó aventandose contra mi. — Dice "Invitación a Kanto" y el remitente es un tal Ash Ketchum.

Por un momento mi corazón se detuvo, el tiempo no avanzó, un hilo azul apareció en mi muñeca...






XXX

Capitulo corto y algo retrasado, debido a que me adelantaron algunos exámenes y descargue un nuevo juego. No volverá a ocurrir 😬
Vi que a algunos les sorprendió que dije era la mitad de la historia, eso fue porque me di cuenta que la interacción Serena - Ash fue mínima, y me dio un sabor amargo que en una noche todas las asperezas se quitaran e iniciarán una relación sin base sólida.

Espero les agrade esta segunda parte.
Era esto o hacer un rebot a la historia,😬😬

Tu cambiaste mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora