TORNEO FINAL

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El polvo que se había generado hacía imposible ver al ganador, todos se encontraban de pie tratando de ver algo. Finalmente la cortina de polvo se quitó y mostró una escena sin igual.
Greninja y Gardevoir se mantenían con dificultad ambos de pie, parecían estar a nada de quedar inconscientes pero la pregunta era ¿Quién caería primero?

Gardevoir trato de dar un paso pero colapso, no mostró señales de poder levantarse.

— ¡El ganador de este combate de exhibición es Ash Ketchum! — Anunció el árbitro levantando una bandera verde.

Tras aquel anuncio, greninja cayó de espaldas, Ash regreso a greninja a su pokeball y se retiró del estadio, en medio de ovaciones y aplausos. Camino hasta llegar al vestidor, dónde lo esperaba Diana.

— ¡Lo lograste! — Gritó Diana mientras lo abrazaba. — Creí por un segundo que ibas a perder.

— Yo igual, cuando ambos quedamos con un Pokémon tenía ganas de vomitar. — Comentó Ash. — De cualquier forma gane.

— ¡Tienes razón! — Respondió Diana separándose de su primo. — Y ahora ¿Qué harás?

— Podemos esperar a que se vayan todos. — Contestó Ash, tomando por sorpresa a Diana quien solo asintió.

Pasaron alrededor de treinta minutos hasta que Diantha entro en el vestidor.
— El estadio es todo tuyo, Ash.

— ¡Gracias, prometo no tardarme! — Respondió Ash saliendo a toda velocidad del vestidor, Pikachu trataba de alcanzarlo.

— ¿Siempre es tan enérgico? — Pregunto Diantha, añadiendo una pequeña risa al final.

— En ocasión finge su estado de ánimo, pero creo que está vez es completamente auténtico. — Respondió Diana levantándose. — Si me disculpa campeona, tengo que ver qué no vaya a provocar problemas mi primo. — Añadió para después salir de los vestidores.

— Sin duda alguna son familia. — Comento Diantha al ver que Diana tan pronto salió del vestidor corrió en la misma dirección que Ash.

Ash llego al centro de la arena, los reflectores iluminaban en su totalidad y a diferencia de hace unos instantes, el silencio dominaba ahora.

— ¡Soy el campeón de Kalos! — Gritó Ash lanzando su gorra al aire mientras su amigo fiel trepaba su espalda. — ¡Mi primer decreto será, hacer del día de hoy una fecha de festejo nacional! — Añadía mientras Pikachu lo apoyaba levantando su pequeño puño.

— Me alegro que te convenciera de ser cerebro de la frontera. — Contestó Diana acercándose a Ash. — Pero si vas a fingir, tienes que fingir bien. — Añadió mientras tomaba el brazo de su primo y lo levantaba. — ¡El nuevo campeón indiscutible de Kalos, Ash Ketchum!
Ambos primos rompieron en risas.

— ¿Crees que Paul haya visto eso? — Preguntó Ash dejando caer su cuerpo en el suelo.

— ¿La coronación imaginaria que hicimos? Si, hasta lo más probable es que lo grabó para enseñárselo al resto. — Respondió Diana mientras se sentaba al lado de él. — ¿Te has liberado de los fantasmas?

— De algunos. — Respondió mientras estiraba su mano. — Pienso quedarme unos días más para terminar de arreglar todo.

— ¡Tú no eres mi primo! — Gritó Diana mientras golpeaba mi panza. — Mi primo no madura tan rápido jajaja.

Las bromas entre los primos duraron aproximadamente diez minutos más, entre risas y actuaciones tontas sin ningún espectador presente, ambos recordaron sus días de la infancia dónde ambos imaginaban competir entre si por el título de campeón. 
Ambos se detuvieron por un momento.

— ¡Gracias por no dejar que me hundiera! — Comentó Ash abrazando a Diana mientras sus lágrimas lo traicionaban.

— Como podría dejar desamparado a mi hermano. — Respondió Diana llorando sobre el hombro de su primo.

— ¡Qué bonita escena! — Gritó Dawn que llegaba a la arena, pero ella no venía sola.

Diana y Ash, secaron sus lágrimas antes de romper el abrazo. Giraron a dónde se encontraba Dawn y vieron una escena que no esperaban.
Dawn estaba acompañada de Serena y Kaori. La más joven corrió a los brazos de Ash y no dejo de hablar de los combates de este. La pelimiel tímida y nerviosa por acercarse al resto del grupo, permaneció distante con ganas de retirarse, pero algo dentro de ella la detenía, no podía dejar que se repitiera la historia.
Apretando su puños inhaló profundamente aire y avanzó hasta quedar frente a Ash y Kaori. Diana y Dawn notaron las acciones de Serena y decidieron mantenerse al margen y no intervenir.

— ¡Estuviste genial, Ash! — Comentó Serena tratando de ocultar sus nervios. — Creí que habías dejado los combates.

— Gracias, sinceramente creí que perdería en el último minuto contra Diantha. — Comentó Ash soltando a Kaori, la joven corrió hasta Dawn evitando interrumpir lo que podía pasar.

— Hace tres años no me pude despedir de ti. — Dijo Serena acercándose lentamente al azabache. — No pensabas hacer lo mismo esta vez ¿O si?

— Claro que no. — Respondió el azabache rascando su nuca. — Me quedaré un par de días más. — Añadió levantando su mirada al cielo nocturno. — Quiero reparar los malentendidos que dejó mi partida aquella ocasión.

— Hablando de eso, sobre aquel día tengo que hacer una confesión.

— Tendremos tiempo para hablar de eso. — interrumpió Ash guiñando un ojo y colocando su mano sobre el hombro de Serena. — ¿Qué te parece si empezamos de cero? — Preguntó Ash tomando por sorpresa a todos, incluso a Serena quien sin saber a qué se refería solo guardo silencio. — Después de todo, en estos años es obvio que ambos cambiamos y necesitamos conocernos. — Añadió quitando su mano del hombro de Serena y empezó a caminar con rumbo al túnel dónde había salido. — Probablemente me vuelva a enamorar de tí. — Murmuró el azabache levantando su mano.

Las tres chicas sin comprender lo que había pasado, se quedaron en la arena un par de minutos. Hasta que el teléfono de Kaori sonó, haciendo que todas se retiraran a su hotel correspondiente.

— Diana, ¿Puedo quedarme con ustedes hoy? — Preguntó la pelimiel.

— Cierto, debe ser incómodo...

— Eres bienvenida, total me darás hospedaje en tu casa unos días más ¿No? — Interrumpió Diana  a Dawn, evitando que tocará el tema de la ruptura de Serena.

— Entonces ¿Será una pijamada de chicas? — Preguntó Dawn subiendo a la camioneta.

— Tenemos que dormir temprano Dawn, pero si será noche de chicas. — Respondió Diana. — No te gustaría unirte a nosotras ¿Kaori?

La pequeña pelicastaña apenada por la invitación de Diana, solo agitó la cabeza afirmando.

Y así tras una noche, llena de juegos y bromas, Serena camino a la recepción del hotel para desayunar antes de ir a empaquetar sus cosas.

— Fue una buena pijamada. — Comentó Ash a espaldas de la pelimiel.

— ¿Tú, tú cómo sabes de la pijamada? — Preguntó nerviosa Serena recordando las conversaciones que habían tenido en la madrugada.

— Yo estaba en la cuarto que Diana les prohibió abrir. — Contestó Ash, dando un sorbo a su taza de café.

— Es broma, ¿Cierto? — Preguntó la pelimiel confundida.

— Ojalá, señorita Ryhorn de hace 9 años. Jajaja

Tu cambiaste mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora