Yoongi carraspeó su garganta al interrumpir el beso fluido entre Jungkook y Jimin.
—¿Qué quieres Yoongi? —Jeon preguntó con algo de molestia, sin alejar a Jimin de su cuerpo.
—Los inversionistas de Japón están aquí, señor y piden verlo. —Yoongi miró a Jimin y este le sonrió tímido, era de las pocas personas que lo había tratado bien y le agradaba.
—Discúlpame. —Le escuchó decir.
Jungkook se giró sobre sus talones y se acercó a Yoongi susurrando algo inaudible, este asintió sin quitar sus ojos de Jimin y luego de eso caminó hacia dentro buscando a los inversionistas Japoneses.
Jimin caminó detrás de él, era hora de irse, pero fue detenido por Yoongi quien le tomó la mano y lo guio hacia el ascensor.
—Pero... ¿A dónde vamos? Tengo que irme —dijo confuso—. Yoongi...
—El señor Jeon me pidió que lo llevara a su oficina y en cuanto se desocupe irá por usted.
Jimin se tensó, eso solo complicaba mucho más su partida, se detuvo cuando Yoongi abrió la puerta de la oficina y le señaló que pasara.
Haría lo que le pedía y cuando se fuera saldría de nuevo de ahí. Entró al extenso lugar recordando la primera vez que fue allí, cuando vio a Jennie besar a Jungkook. Se palpó el pecho, aún le dolía.
—Espera aquí, Jimin. En un momento vendrá el señor Jeon —asintió sin ánimo y Yoongi salió de la oficina cerrando la puerta.
Esperó apenas unos diez minutos cuando trató de abrir la puerta y maldijo cuando se dio cuenta que Yoongi la había cerrado por fuera.
Con desesperación miró hacia su alrededor, no había ninguna otra salida, bufó exasperado y se resignó a esperar aún que eso no le agradara del todo.
Tomó asiento en una de las sillas junto al escritorio sopesando las cosas que le estaban pasando. Volvió a suspirar, ahora cansino.
Dejar a Jungkook iba hacer más difícil de lo que creía, no podía ni imaginar que haría sin él. Le dolía tanto dejarlo.
Las últimas palabras de Jungkook empezaron a taladrar su mente, lo necesitaba por que habían vuelto sus pesadillas.
Sonrió sin gracia. Solo por eso lo quería cerca, porque era el objeto que le aliviaba sus dolores.
Lagrimas empezaron a salir, estaba harto de todo eso. Se merecía más que solo ser un objeto sexual del cual nadie se preocupaba.
Palpó su vientre, ahora tenía por quien ver, o eso creía, él o ella necesitaban a un padre que lo protegiera y le diera una vida justa, no una donde esperar era lo único que hacía bien.
El tiempo pasó, y Jungkook seguía sin aparecer. Era tan obvio que el que estuviera ahí, esperando por él era lo último que le preocupaba, Jimin era su menor preocupación y lo sabía tan bien.
Su trasero ya dolía y se fue a recostar en el sofá. En ese momento se percató del pequeño monitor que colgaba de la pared, era un televisor.
Lo prendió sintonizado el primer canal que casualmente era el mismo que trasmitía el evento de Génesis.
Jungkook apareció en pantalla hablando con la prensa mientras Jennie estaba a su lado colgando de su brazo.
—Su éxito es rotundamente indiscutible —dijo una periodista.
—Así es, Golden In se ha posicionado como la mejor empresa en el país...
—¿Hay preocupación de que el escándalo de las fotos del chico con el que se besa fuera de su edificio tenga alguna consecuencia en su reputación? —Jungkook tensó la mandíbula al escuchar al otro reportero, si las miradas matarán el ya estaría muerto.
ESTÁS LEYENDO
༒•MELOLΔGṈIΔ•༒
Lãng mạnJeon Jungkook es un importante CEO en Chicago, alguien respetable que guarda un gran secreto. El sexo es su debilidad. Arrastrado por este impulso, diariamente contrata a prepagos para que puedan saciar su deseo carnal. Solo tiene una regla. Ningu...