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༒26

Su cuerpo se tensó y apretó fuertemente la mano de Jungkook quien lo sostuvo con firmeza.

—¿Pasa algo? —Jungkook preguntó ante su semblante.

—Papá... —Jimin susurró al verlo subir al podio.

Desde aquella noche que lo vendió, nunca más volvió a verlo. Quería decirle tantas cosas, lo odiaba con todo el alma.

Gracias a él había vivido lo peor de su vida y eso jamás se lo iba a perdonar.

Cuando lo vio sentado ahí como testigo, tuvo la esperanza de que hubiera ido a redimir lo que había hecho con él. Deseaba que así fuera, pero Jimin no conocía hasta donde podía llegar la codicia de su padre.

Seungri tomó presencia en la sala, vestido con el traje de color naranja de la correccional. Caminó esposado rumbo a su asiento, sin desviar ni una sola vez la mirada de Jimin.

Una sonrisa cínica apareció deslumbrante en su rostro. Jimin odiaba su confianza.

Seungri estaba seguro que saldría de ahí como si nada hubiera pasado y esta vez haría pagar a Jimin. Si no iba hacer de él no sería de nadie de eso estaba más que convencido.

Jungkook abrazó más fuerte a su novio, e hizo que sutilmente su cabeza descansara en su hombro. No quería que Jimin pasara por todo esto, más sabía que era necesario.

Reprimió con todas sus fuerzas, las ganas que tenía de ir con Seungri y molerlo a golpes por todo lo que les había hecho pasar. Aun así tenía la esperanza de que la justicia se encargaría de darle su merecido.

El juez tomó asiento en su respectivo sitio mientras las 12 personas del jurado lo hacían también.

Ji-bi se acomodó el traje viejo que llevaba puesto y se enderezó en su lugar esperando el inicio del juicio.

La mirada de su hijo sobre él lo hacía sentir incómodo, así que optó por no mirarlo, concentrándose solo en el abogado frente a él.

—Park Ji-bi promete decir la verdad y solo la verdad —musitó el juez.

Ji-bi carraspeó su garganta nervioso y levantó su mano diciendo las palabras.

—Lo prometo.

—¿Sabe por qué está usted aquí? —el abogado de Seungri se paró frente al podio y caminó de un lado a otro con su mano en el bolsillo, hablando sereno.

El señor Park asintió.

—Jimin, mi hijo, acusa al señor Seungri de haberlo violado y secuestrado. —Miró a su hijo sin poder evitarlo.

Jimin mordió su labio expectante.

—¿Usted está de acuerdo con esas acusaciones? —negó.

—Jimin se fue por voluntad propia con Seungri cuando tenía 15 años. —Los alaridos no se hicieron esperar y Jimin se puso de pie sin creer lo que su padre estaba diciendo.

—¡Tú me vendiste con él!

—Silencio y orden en la sala. —El mazo del juez fue golpeado—. No permitiré que interrumpa en la declaración, joven Park. Primer aviso, al siguiente haré que lo saquen de la sala.

Jimin se sentó a regañadientes y Jungkook lo abrazó por los hombros tratando de tranquilizarlo.

—Prosiga señor Park —exclamó el abogado.

—Bueno... como dije, Jimin se fue con Seungri cuando tenía quince años.

—¿Y usted dejó que se fuera así sin más? —aparentó curiosidad.