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༒24

La puerta del cuarto fue abierta con brusquedad cuando hombres armados tomaron lugar en el sitio.

—¡Arriba las manos! —empezaron a gritar.

A Seungri no le quedó más remedio que alejarse de Jimin y levantar las manos.

El alcohol se había evaporado de su sistema y ahora se encontraba lúcido, preguntándose cómo diablos el FBI se encontraba ahí.

Jimin se asustó al ver a los hombres encapuchados con armas, pero al saber que eran policías se tranquilizó. Habían llegado justo a tiempo, antes de que Seungri le hiciera algo.

Uno de los agentes se le acercó y le extendió la mano con sutileza.

—¿Se encuentra bien? —Jimin asintió y tomó la mano con un suspiro. Todo iba a estar bien.

Al salir de la habitación todo estaba hecho un revuelo, personas detenidas, otras en el piso con armas en su cabeza, pero cuando vio a Hwasa esposada no dudo en ir tras ella.

—¿Que le hacen? No se la pueden llevar —dijo alarmado, porque la fueran la lastimar.

—Tranquilo Jimin, esto tenía que pasar, tarde o temprano. —Hwasa dijo calmada soltando una sonrisa—. Me alegra a ver actuado a tiempo.

Los ojos del rubio zigzaguearon sobre su rostro y entonces lo comprendió.

—Tu fuiste, tú los llamaste. —Hwasa no respondió ya que el agente que la llevaba empezó a caminar con ella—. Espere, ella es una víctima más de Seungri, no ha hecho nada.

El agente encapuchado miró a su compañero detrás de Jimin, preguntándose que significaba esto.

—Seungri lo tenía secuestrado —comentó.

—Si es verdad lo que dice sobre esta mujer es mejor que acuda a la corte donde se llevará a cabo su respectivo juicio, ahí usted puede declarar a su favor y el juez dictará su veredicto. —Musitó el otro agente.

—Pero...

—Tranquilo... estaré bien. —Hwasa asintió y Jimin no le quedó de otra que aceptar lo que le dijeron.

—Lo llevaré a un hospital. —Susurró el agente a su lado mientras él miraba como su amiga y salvadora era arrestada injustamente.

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Apretó sus dientes y tensó su mandíbula al sentir el punzante dolor en su estómago.

—Con un carajo, ha dicho el doctor que no puedes irte. —Namjoon lo tomó de los hombros y lo volvió a recostar en la cama—. Perdiste mucha sangre, casi mueres ¿Sabes lo que eso significa?

—Tu no entiendes... Jimin está con ese bastardo, lo tiene a él y a mi hijo. —A Jungkook no le importó el dolor, o que casi muriera, el solo pensaba en salvar a Jimin y haría lo que fuera para hacerlo.

—El FBI recibió una llamada antes de que los contactáramos, ellos ya estaban haciendo una redada en Fantesha, alguien se nos adelantó... en este momento Jimin debe estar de camino hacia el hospital. —Namjoon quiso tranquilizarlo mientras Yoongi se mantenía en el celular alerta de cualquier aviso.

—¿Pero quién les avisó antes? —Jungkook preguntó expectante.

—Eso no importa...

—¿Y si no está ahí? Y ¿si le hizo algo antes de que llegaran? —se movió un poco—. ¡Mierda! —gruñó de dolor—. Yoongi, joder pregunta que está pasando —dijo exasperado.

—Es lo que intento pero nadie responde, debe estar en camino...

Jungkook se tomó el puente de la nariz y trató con todas sus fuerzas de tranquilizarse pero al imaginar lo que el hijo de puta de Seungri le pudo a ver hecho a su Jimin, su sangre le hirvió de furia.