Ya eran las 8 de la noche, a esa hora marcaba la salida de todos en la compañía. Así que se fue vaciando el edificio de a poco.
—Bul ¿Nos vamos?— preguntó Lazuli.
—No puedo irme antes que el jefe, soy su asistente...— sonrió con cansancio.
—Parece que no irás pronto, en fin. Te veo mañana, te quiero— le dio un beso en la mejilla y se fue.
Marcaban las 10 de la noche y Bulma estaba adelantando trabajo del día siguiente, cuando de repente escuchó la puerta de la oficina de Vegeta abrir, levantó la vista y lo vio ahí parado, con su camisa desabrochada, sin saco, se veía tan sexy...
Bulma rápidamente desvió la mirada cuando él la miró con una sonrisa.
—Bulma...¿Qué haces aquí?— se acercó a el pequeño escritorio de ella.—Yo...bueno, usted no se había ido y decidí quedarme en caso de que me necesitara...— contestó nerviosamente sin despegar la vista de su computadora.
—Tienes razón, te necesito...ven— le extendió la mano y ella obedeció sin decir nada.
Hizo que se levantara de su silla y la encaminó a la oficina, cuando ambos estuvieron dentro cerró la puerta y puso seguro en ella. Rápidamente Bulma se tensó y pasó saliva, él se sentó en su silla y abrió las piernas.
—Quítate la ropa— ordenó con una sonrisa en la cara.
—Señor Ouji...yo— se sonrojó furiosamente.
—Vegeta, dime Vegeta. Ahora obedece—
Bulma lo meditó un momento, conocía a Vegeta y no quería dañar su relación con él. Pero ese no era el Vegeta que le pedía café por las mañanas y le sonreía tiernamente. Ese hombre sentado en la silla era otro.
—Hazlo...— su voz sonó ronca, tanto que a ella le dio un cosquilleo en la entrepierna.
Sin más pensar lo hizo, comenzó a quitarse su saco, luego su camisa y finalmente la falda. Solo quedó en ese conjunto color negro.
Vegeta se levantó de su silla y se acercó a la chica, le acarició su brazo con la yema de los dedos y luego subió a su cuello agarrandolo con una sola mano, con la otra deshizo el moño que Bulma llevaba en el cabello haciendo que cayera por detrás de sus hombros, se acercó a sus labios pero no la besó.
La tomó de la cintura y la pegó a él aún sin besarla, ella jadeó por el contacto y miró los labios del otro.
—¿Quieres que te bese...?—
—Sí...— suplicó ella.
—¿Sí qué?— bajó su mano a su trasero y se lo apretó.
—Sí quiero que me beses, Vegeta...por favor— suplicó nuevamente tocando el pecho marcado de él.
Finalmente la besó con pasión, con desespero, la tomó de la nuca y le hizo la cabeza hacia atrás para besarle su blanco cuello. Ella dio un ligero gemido y trató de desabrochar la camisa de él.
Vegeta se lo impidió y la cargó haciendo que ella enredara sus piernas en él. La azotó en la pared sin lastimarla y la besó nuevamente, le manoseó las piernas y clavó sus dedos en estas.
Rápidamente la llevó al escritorio y la sentó en el, le abrió aún más las piernas y por encima de las bragas comenzó a tocarla.
—¿Puedo hacerte mía...?— le preguntó metiendo sus dedos en ella.
—Sí puedes...— contestó dando un gemido sonoro cuando sintió un tercer dedo en ella.
Con la autorización de ella le quitó la ropa interior y él también se despojó de sus prendas, cuando lo vio desnudo desvió la mirada avergonzada.
—Mírame— ordenó y ella obedeció —Quiero que me lo chupes— dijo sin pudor.
Nunca había hecho eso, no era virgen pero eso era algo nuevo, sin embargo se arrodilló ante él y lo hizo con algo de torpeza al inicio. Pero cuando él le tomó la cabeza para ir más profundo se llenó de orgullo.
—Justo así...— le dijo jadeando.
La apartó de su miembro y la ayudó a levantarse, la besó nuevamente y le dio la vuelta bruscamente, hizo que se inclinara frente a él, tenía su culo frente a su miembro. Ella tenía su pecho en el escritorio con las piernas abiertas.
Sin avisar comenzó a introducirse en ella y a embestirla con rudeza, ella gritaba y gemía su nombre. Y él le daba azotes en el trasero dejando marcas rojizas en él.
•°•°•°•°•°°°°°°•°•°•°•°
Bulma terminó de vestirse en silencio, él hizo lo mismo, cuando se giró a mirarlo para despedirse él habló primero.
—Te llevo a casa—
Ambos estaban frente a la casa de la joven, era pequeña pero para alguien que vivía sola no hacía falta nada más.
—Gracias por traerme, Vegeta...¿Quieres pasar?— preguntó tímidamente.
—¿Vives sola?— ignoró la pregunta.
—Sí, así es...—
—Quizás en otro momento— contestó y se acomodó en el asiento girando la vista.
—Bien...hasta mañana— se despidió y abrió ma puerta del lujoso auto.
—Bulma— la nombrada se detuvo en seco y lo volteo a ver —No te decepciones—
Ella arqueó una ceja confundida pero no dijo nada, sólo se bajó del auto y caminó a la puerta de su casa, cuando cerró la puerta escuchó a Vegeta irse.
Suspiró profundamente, estaba confundida...no esperaba que él le dijera que la amaba o que estaba enamorada. Sintió en cada uno de sus besos y caricias que era simple deseo sexual.
Pero era tan extraño, ese Vegeta no lo conocía y se moría de ganas de conocerlo más a fondo....
°•°°•°•°°°•°•°•°•°•••°•°•°•
Segundo capítulo.
Por cierto, estén atentos porque tengo un proyecto de unos 6 capítulos. Ya está lista toda, pero no sé si ya publicarla. Como un regalo para ustedes.
En fin, voten y comenten que me hacen muy feliz y me inspiran a seguir.
Tomen agua, coman sano y hagan ejercicio ♡
Chao!
ESTÁS LEYENDO
Doble
FanfictionA veces siento que es uno y a veces otro...pero simplemente no quiere decírmelo.