Bulma abrió los ojos, eran eso de las 10 de la mañana, se pasó las manos por la cara tratando de recuperar un poco la conciencia. Se sentó en la cama y se estiró, cuando su vista dejó de estar nublada, vio las cortinas...esas cortinas.
Miró la habitación en general y se dio una bofetada mental, no recordaba nada, ni siquiera sabía por qué estaba allí.
Se levantó de la cama sigilosamente y corrió al baño, se vio en el espejo, tenía marcas en su cuerpo, eso significa lo que temía. Le abrió a la regadera y se introdujo debajo de la lluvia artificial.
La paz que sintió en unos escasos momentos se esfumó cuando escuchó la puerta del baño abrirse y sintió a Vegeta entrar junto a ella a la regadera.
Ninguno dijo nada, ella estaba incómoda pero se mantenía serena, siguió bañándose con normalidad. Ya tenían cierta rutina a la hora de ducharse, no era difícil de recordar.
De pronto, Vegeta la tomó por la cintura y la estampó contra la pared para besarla con pasión, Bulma apenas y reaccionó, pero alguna parte de su ser la hizo continuar ese beso.
—¿Por qué te cortaste el cabello?— preguntó Vegeta bajando sus besos a su cuello —Me encantaba tu cabello largo— reprochó.
—Por eso mismo lo corté— retó en un tono burlón.
La siguió besando, cuando comenzó a tocarla ella lo apartó bruscamente y salió del baño con una velocidad apresurada. Vegeta se quedó allí parado algo confundido.
Después de unos momentos él también salió y la vio cepillarse el cabello con algo de frustración en su cara.
—¿Y a ti qué te pasa?— le dijo.
—Vege...yo, perdóname, no sé qué me pasó y ni siquiera sé cómo llegué aquí— se sinceró sentándose en la cama.
—Auch...bueno, de cualquier manera no pasó nada que no hayas disfrutado— se rió y ella rodó los ojos.
—Vegeta, hablo en serio—
—Y yo igual— se puso los boxers frente a ella y se sentó en la cama.
—En verdad no sé cómo llegué aquí— suspiró.
—No sé cómo llegaste, pero te puedo decir que estabas en lencería sentada en la mesa del comedor...fue sorprendente— confesó con una risa pícara.
—Que vergüenza...yo debería irme—
—¿Qué? No, quédate— la tomó de la mano.
—No puedo...tú me...—
La calló de un fugaz beso, fue tan necesitado que el aire faltó en los pulmones de ambos y se dejaron llevar por segunda vez.
Se besaron, se acariciaron y sucumbieron ante los deseos que recorrían su cuerpo. Cuando terminaron, Bulma estaba mirando el techo con arrepentimiento.
—No hagas esa cara, me hace pensar que no querías— le dijo él.
—No es eso...sólo que soy débil—
—Bulma, debes de saber algo...—
—¿Ah?—
Vegeta la hizo sentarse en la cama y él se puso en frente de ella, le contó todo sobre aquel día y que su padre era realmente quién quería deshacerse de ella, no él. Sus ojos mostraban tristeza y a Bulma se le hizo un nudo en el corazón, se mostraba tan sincero que lloró junto a él.
—Bulma, yo te amo...más que a nada en este mundo. Amo tu cabello corto, amo tus ojos, tu sonrisa, tu extraña nueva forma de ser, por favor...permíteme que pueda protegerte y estar contigo—
Le robó un beso nuevamente y se sintió tan pequeña junto a ese sentimiento que tenía, que no pudo resistirse.
Aquella noche no volvió a casa de Gokú, él la llamó varias veces pero jamás respondió, no tenía tiempo. Acaba de reconciliarse con Vegeta, no quería arruinarlo.
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A la mañana siguiente, Bulma se puso una playera de Vegeta encima y bajó a hacer el desayuno con una extraña felicidad en su rostro.
Vegeta despertó momentos después por el sonido del celular de Bulma, era la décima vez que Gokú llamaba, así que él le respondió.
—¡¿Bulma?!— se escuchó alterada la voz del joven.
—No, es Vegeta— contestó.
—¿Vegeta? ¿QUÉ HACES CON BULMA?—
—No creó que quieras saberlo, sinceramente— se burló y se rió al final de la frase.
—Eres un completo idiota— se escuchaba molesto.
—¿Idiota? ¿Por qué? Por tener a la mujer que tú quieres, entiende niño, ella es demasiado para ti— volvió a soltarlo en burla.
—Jodete, Vegeta— y colgó.
Vegeta se rió con sarcasmo y se levantó de la cama para asearse y posterior mente bajar a desayunar junto a la mujer de pelo azul.
Se saludaron de un corto beso en los labios y después de desayunar se quedaron platicando en la mesa de la cocina.
Esa paz fue interrumpida cuando el padre de Vegeta entró a la casa sin previo aviso y se quedó pasmado al ver a la pareja.
—Pero qué mierda...— dijo el hombre mayor.
—Hola, papá— contestó Vegeta de forma muy burlona.
—¿Qué carajos hace ella aquí?— la señaló y Bulma se levantó y caminó hacia él.
—De inicio, buenos días señor Ouji, segunda, mi nombre es Bulma no "ella" usted bien conoce mi nombre y por último— lo tomó de la camisa pegandolo a ella —Si vuelve a intentar matarme otra vez, yo misma le volaré la cabeza— y lo soltó bruscamente.
—Me robaste las palabras— soltó Vegeta tomándola por la cintura y la sentó en sus piernas.
—Que mujer tan agresiva— habló finalmente el más grande.
—Jodete ¿A qué viniste, papá?—
—Unos papeles que manda la Capsule Corp— se los entregó y salió de la casa.
Se hizo un silencio de unos 15 segundos en el lugar, Bulma bajó de las piernas de Vegeta y le quitó el folder.
—¿La C.C? No recuerdo haber autorizado que te manden papales— abrió el documento y empezó a leer lentamente —Por medio de la presente bla, bla, bla, bla, le informamos que usted, Vegeta Ouji Ox'Satan, tiene una orden de ¡¿ALEJAMIENTO Y RESTRICCIÓN?! hacia la señorita Bulma Briefs...— ya no pudo continuar leyendo y se quedó en shock, Vegeta le quitó el papel.
—No debe estar a más de 5 metros de la señorita Briefs o será detenido, lo esperamos en juicio el día jueves—
Vegeta se quedó pensando un momento y pasó sus manos por su cara con frustración, estaba en problemas.
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Hola! Hasta aquí el capítulo de hoy.
Espero les esté gustando tanto como a mí ♡
Voten y comenten que me inspiran a seguir ♡♡♡
Tomen agua, coman sano y hagan ejercicio ♡♡♡
Chao!
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Doble
FanfictionA veces siento que es uno y a veces otro...pero simplemente no quiere decírmelo.