Capítulo 22

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Vegeta y Bulma volvieron a casa muy felices por lo sucedido, estaban más que contentos por que todo se había resuelto como debía.

El peli negro sentó a su novia en la mesa y se acomodó entre sus piernas, se acercó a su cuello y le dio pequeños besos cariñosos.

—¿Pasa algo, Vege?— él suspiró.

—No, pero estoy contento de que toda está mierda haya terminado ¿No lo crees?— siguió besandola y a ella se le escapó un suspiro.

—Sí, es increíble lo que hizo tu hermana, debería darle las gracias—

La jaló bruscamente hacia él y sus sexos se tocaron, sino fuera por la ropa, ellos ya estarían unidos.

—¿Sabes? Hace mucho que no hacemos esto—

—Oh, Vege...hazlo de una buena vez—

Volvió a besarla pero ahora en los labios, le arrancó la blusa que llevaba y comenzó a bajar sus besos a sus senos, le quitó el sostén y los masajeó hasta que se cansó.

La hizo pararse de nuevo para bajar su pantalón y sus bragas lenta y tortuosamente, ella gimió y en respuesta se abrió de piernas volviendo a sentarse en la mesa.

Vegeta apretó los blancos muslos de ella y se posicionó en su entrepierna para comenzar un delicioso sexo oral.

Mientras lo hacía, ella se retorcía y arqueaba su espalda mientras gemía fuerte mente, antes de que ella llegara a su orgasmo él se detuvo.

—Carajo ¿Por qué paras?— reprochó con sus mejillas rojas y un semblante molesto.

Vegeta se quitó su ropa hábilmente y posicionó su masculinidad en la entrada de ella, sólo la rozaba, haciendo que Bulma se desesperara un poco.

—Mierda, sólo hazlo—

—Uf, no me gusta que me hablen así, anda...pídelo— la retó con la mirada.

Ambos estaban en una forma dominante, se miraban desafiandose uno al otro, claro que no sería tan fácil que uno cediera.

—Hazlo, Vegeta— ella bajó su mano acariciando la erección de él haciéndolo temblar.

—Bien, si así lo quieres, novata—

La cargó enredando las piernas de ella en su cintura, la llevó hasta la habitación y la arrojó a la cama con algo de fuerza, volvió a besarla con pasión y a meter sus dedos en ella.

Mientras Bulma disfrutaba la sensación, él la amarró discretamente a la cama con una corbata que estaba en el buró.

Volvió a detenerse cuando ella arqueó de más su espalda, Bulma reaccionó y se dio cuenta que estaba atada a la cabecera de la cama.

—Eres un tramposo ¿Sabías?— le dijo pasando su lengua por sus dientes.

—Sí lo sabía—

Con algo de calma, sacó otra corbata de su clóset y ahora se la amarró a Bulma en sus ojos. Estaba atada y privada de la visión.

Le abrió las piernas y se posicionó entre ellas, le levantó las caderas y volvió a juguetear con su miembro para que ella le pidiese que entrara.

—Vegeta, no me hagas esto...— gimió desesperada elevando más sus caderas en busca de un mejor contacto.

—Sólo tienes que pedirlo, linda— le introdujo la punta y volvió a salir.

Bulma se mordió los labios y entró en su estado sumiso nuevamente, haciendo que su respiración se agitara más.

—Vege...mételo, por favor— suplicó soltando un suspiro.

—Dilo de nuevo...— metió nuevamente la punta haciendo un lento vaivén.

—Por favor, Vege...quiero sentirte dentro de mí...mételo, por favor— y gimió.

Eso fue más que suficiente para Vegeta y de una sola estocada introdujo toda su masculinidad en ella comenzando a embestirla con algo de rudeza.

Bulma se retorcía debajo de él, arqueaba su espalda y apretaba sus piernas por la deliciosa sensación que tenía.

Vegeta le dio la vuelta bruscamente, le dio un azote con su mano y volvió a penetrarla sujetándola del pelo para incrementar el ritmo.

—Quiero verte, por favor...— le pidió con la voz entrecortada.

El peliflama la desató mientras la seguía embistiendo y quitó la corbata de sus ojos, ella lo giró en un hábil movimiento y quedó arriba.

Comenzó a seguir ese ritmo que tenía con saltos coordinados, todo su cuerpo le temblaba y de vez en cuando bajaba a darle un beso a su chico.

—Vamos, bonita. Correte para mí—

Y como si hubiese sido una orden, ella se corrió dando un grito, sus paredes se apretaron tanto que Vegeta no aguantó más y se corrió dentro de ella. Era la segunda vez que lo hacían sin protección.

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Después de eso, ambos habían terminado bañándose y viendo una película en el sofá con palomitas y dulces.

Vegeta le acariciaba el cabello a ella y Bulma hacia figuras imaginarias en el marcado abdomen de él.

—Bul...— le dijo

—¿Hmmm?— contestó sin dejar de mirar la televisión.

—¿Algún día nos casaremos?—

Aquella curiosidad la hizo asombrarse un poco y se incorporó para mirarlo a los ojos, lo detalló un momento y pensó esa pregunta.

—Pues depende— dijo con simpleza.

—¿De qué?—

—De que si me lo propones, Vege— le acarició la mejilla y luego le dio un beso.

—Buen punto— se rió —¿Y si te lo propongo aceptarías?— volvió a cuestionar.

—Quiero hijos bonitos, así que yo diría que sí— se encogió de hombros.

—Me parece un buen intercambio, yo te doy mis genes y tú me das tu amor—

—A veces tus cambios de humor me dan diabetes— se burló y volvió a acurrucarse con él.

—Pues no te sientas tan perfecta, Bulma. Somos iguales— ahora se burló él.

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[En Corporación Capsula]

—¡Carajoooo!— gritó el jefe.

Raditz estaba tumbado en el sofá de la oficina y Gokú estaba tratando de calmar al hombre de mayor edad.

—Si le sirve de consuelo, Vegeta es buena persona aparentemente— soltó sin pensar Raditz haciendo rabiar más al viejo.

—¡NO! NINGÚN OUJI ES BUENA PERSONA— gritó lanzando una taza a la pared rompiendola en mil pedazos.

—Jefe, calmese...— dijo Gokú.

—Oh, acaba de llegar a mi mente una idea...ya sé qué hacer...—

°•°•°•°•°•°•°•

Hola!

Espero que les haya gustado :) nunca le hago tanto drama a las escenas sexuales pero pues hacía falta ¿No?

Eso de actualizar a media noche ya me anda gustando jijiji, bueno, aquí son 12:35.

Estamos llegando al final wuuuuu

Voten y comenten que me inspiran a seguir

Tomen agua, coman sano y hagan ejercicio ♡

Chao!

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