Al día siguiente llegó a la empresa, saludó a todos en el camino, llevó el café a su jefe y se dispuso a empezar a trabajar.
Estaba todo relativamente tranquilo, sólo que hace horas que Milk estaba encerrada con Vegeta en la oficina, se escuchaban gritos y reclamos pero nada realmente entendible.
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Dentro de la oficina—¡Mierda Vegeta!— le lanzó otro libro a la cara.
—¡Cálmate de una puta vez! No entiendo tu problema— gritó él.
—¿Ah no? Sabes perfectamente que tienes estrictamente prohibido salir con alguien— reclamó
—Pues técnicamente no estamos saliendo, sólo tenemos sexo— se burló el otro.
—¡Odio este Vegeta idiota!— le lanzó una carpeta.
—¿Ah sí? Pues a mí me cae en la punta de los huevos el otro— se tapó la cara cuando recibió otra cosa.
—Es diez veces mejor que tú, anda. Dile que quiero hablar con él— amenazó por segunda vez la chica.
—Mmmm...me temo que no se puede, él está haciendo otras cosas, además yo no quiero irme— le sacó la lengua de forma infantil.
Milk se acercó de forma amenazante a él, agarró el café del escritorio y se lo vació en la cabeza. Vegeta bastante molesto la tomó de las muñecas levantándose de la silla y la hizo retroceder, ella puso cara asustada y como si lo sacaran de un trance, Vegeta cambió su expresión.
—Yo...perdóname hermanita— le dijo soltandola de inmediato.
—No pasa nada, era para que el Vegeidiota se fuera— le acarició la mejilla.
—Sí, de acuerdo. Y con lo que decías hace un momento, entiendo la gravedad del asunto. Pero hace mucho que me gusta Bulma, lo sabes...y yo no fui quien hizo eso, fue él— se defendió como un cachorro.
—Debes hablar con ella, sino lo haces tendré que hacerlo yo. Y no quiero eso, debes serle honesto— besó la mejilla de su hermano.
—Está bien, lo haré esta noche—
Milk sonrió y salió de la oficina.
Cuando la peli negra salió, vio a todo el grupo de chicas de ese piso paradas frente a la puerta, gracias a dios que la oficina era anti ruido.
Arqueó una ceja y todas hicieron como si estuvieran trabajando cerca de algo, Bulma estaba sentada en su escritorio, con su cabello amarrado en un moño, sus mechones de pelo rebeldes en su rostro y los lentes que solían usar para ver la computadora mientras mordía el lapicero cada que dejaba de escribir en un papel.
Milk se acercó y la observó trabajar con dedicación, sin miedo a que la jefa la mirara, estaba segura de lo que estaba haciendo.
—Ahora entiendo porque está obsesionado contigo— le dijo mirando de arriba a abajo.
—¿Perdón?— Bulma estaba confundida.
—Nada, por cierto. Vegeta quiere que vayas a verlo—
La chica se fue y Bulma se levantó de su silla, entró a la oficina de su jefe y vio muchas cosas tiradas y a Vegeta lleno de café.
—¿Te molesta si vas por un traje a mi casa?— le pidió Vegeta.
—Eh...no, claro que no— sonrió.
No era la primera vez que iba a su casa, pero jamás había pasado de la puerta de entrada, la que siempre entraba era Launch.
—Bien ¿Sabes conducir?— le preguntó mientras se quitaba la camisa.
—Sí, claro que sí— ella se sonrojó.
—Bien, entonces te explico—
Después de haberle explicado dónde estaba su habitación y el traje que quería le entregó las llaves de su auto deportivo.
—Yo...puedo tomar taxi— dijo apenada.
—Ni de chiste, anda, tómalo y trae mi ropa, por favor—
Sin decir nada más, ella salió de la oficina cerrando la puerta por reflejo, su jefe estaba semidesnudo, nadie debía verlo, a parte de ella, claro.
Fue al estacionamiento y buscó el auto, cuando lo encontró y se montó en él, le llegó ese aroma particular que tenía Vegeta, tan masculino.
Manejó hasta la casa, se sentía una mujer rica, pensaba que quizás en algún momento ella tendría esa vida si se lo proponía.
Abrió la casa y no pudo evitar asombrarse, era lujosa y grande, casi toda era de muebles negros y olía exquisito.
Sin husmear mucho, subió a la habitación y la observo, tenía todo en orden, claro que quizás tendría alguien que hiciera el aseo, pero allí estaba ese olor particular. Después abrió el clóset y sacó la ropa pedida por su jefe.
Cuando tenía todo listo se permitió pasearse por la habitación, se imaginó durmiendo en esa gran cama, o incluso estando al lado de ese hombre tan rico y guapo.
Se rió de sus propios pensamientos y salió de la habitación para cruzar luego la puerta de la casa.
Cuando llegó nuevamente a la empresa con el traje, su amiga Lazuli se cruzó en su camino.
—¿Lo viste sin camisa?— preguntó con picardía.
—Sí, Lazuli. Ahora muévete que tengo a mi jefe semidesnudo en la oficina esperando a que le dé ropa— contestó divertida y se fue de allí.
Cuando entró vio a Vegeta dando la espalda con su silla, cuando el peliflama escuchó la puerta cerrarse se giró, estaba solamente con boxers.
Casi por instinto Bulma giró la vista avergonzada y dejó el traje en el escritorio, cuando le dio la espalda a Vegeta dispuesta a irse la detuvo.
—No he dicho que te vayas—
Ese tono, conocía bien ese tono. Su entrepierna le dio un cosquilleo y se giró a verlo.
—Ven aquí—
Bulma obedeció, él la hizo incarse frente a él y se bajó el bóxer dejando su masculinidad al aire.
—Anda, sabes lo que quiero—
Y justo ahí le estaba practicado sexo oral, eso de sus encuentros en la oficina eran muy comunes.
Cuando él se corrió y ella tragó todo, la hizo levantarse, la sentó en el escritorio, le abrió las piernas, le subió la falda y bajó sus bragas.
—Me toca— y ahora él le estaba dando sexo oral.
Bulma hacia lo posible por no gemir, de vez en cuando se tapaba la boca y trataba de cerrar sus piernas pero él se lo impedía. Cuando finalmente se corrió gritó el nombre de su jefe.
Él le puso las bragas y le bajó la falda con delicadeza, había cambiado nuevamente su tono y su semblante.
—De haber tenido protección, te habría hecho el amor aquí mismo— susurró en su oído y ella se estremeció.
Bajó del escritorio y se acomodó un poco la ropa, estaba dispuesta irse pero él la detuvo con su voz.
—Cenemos hoy, Bulma—
—Claro— sonrió tiernamente ella.
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Hasta aquí el capítulo de hoy, espero que les esté gustando la historia. A mí me gusta un montón.
Voten y comenten que me hacen muy feliz y me inspiran a seguir. ♡
En fin.
Tomen agua, coman sano y hagan ejercicio ♡
Chao!
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Doble
FanfictionA veces siento que es uno y a veces otro...pero simplemente no quiere decírmelo.