Capítulo once

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Hwang Hyunjin

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Hwang Hyunjin

Tomé mi teléfono, aproveché para responder algunos mensajes de mi padre y los pocos que me envió Hari; a veces sentía que por más que quisiera alejarla a ella de mi vida, sería imposible, parecía estar pegada a mí y a mi existencia, ayer había aceptado a verla para hablar pero la conversación se volvió compleja haciendo que al final llegara tarde a clases. Tenía esta relación de amor-odio con Hari y debo empezar a ponerle un fin, para mi bien y él de ella. 

Cuando llego al piso, veo que la puerta está abierta, haciéndome fruncir el ceño. Me acerqué sigilosamente a ver quién estaba en nuestra habitación, la mayoría de los chicos estaban en la habitación con Changbin, me escondo y veo de reojo, hasta que veo que es Jeongin, iba a entrar y regañarlo hasta que noté que se sentó en el escritorio de Jun Hye, escribió algo en un post-it y lo pegó en una bolsita. Ya lo suficientemente escondido, entro, haciendo notar mi presencia con una tos falsa. Jeongin abre los ojos llenos de sorpresa y miedo y esconde la bolsa. 

—¿Qué tienes ahí? —pregunto, serio y directo, Jeongin rara vez me guarda secretos. 

—Na-nada —dice con un tartamudeo. 

—No mientas, puedo ver la bolsa, Jeongin, ¿qué escondes y qué le darás a Hye? —pregunto de nuevo, ahora con un poco de enojo en mi voz. 

—Hyung, mira, no lo malinterpretes, en serio —dice con un suspiro sin mostrar la bolsa. 

—¿Qué rayos? Aparte, ¿por qué le das cosas si apenas lo conoces hoy? —pregunto con toda la confusión en mi voz. 

—No lo conocí hoy, en realidad, lo conozco desde hace mucho pero él no me reconoce —dice bufando. 

—¿Qué tienes ahí? —vuelvo a preguntar. 

—Hyung... —dice con nervios, suspiro y tomo la bolsa a la fuerza. Un paquete de toallas higiénicas, chocolate y medicamento para cólicos, duro cinco minutos hasta que lo capto. 

—¿Qué carajos? —digo tratando de calmar mis pensamientos—. Un hombre no necesita de ésto... 

—Por favor dime que lo mantendrás en secreto —dice con un suspiro, sentándose en el escritorio—, te explicaré todo pero... 

—Bien, quiero que lo hagas y ya —digo mientras cierro la puerta y me siento en mi cama. 

—Bien, por dónde empiezo... 

—El inicio —digo rápidamente. 

—Mmmh, bueno, pues, mi padre es socio con el padre de Jun Hye, mi padre fue el que ayudó a la familia Jun para conseguir esas acciones que los volvió millonarios; ellos estudiaron juntos, por lo que mi padre estaba emocionado hablándome de eso mientras me traía a la universidad, hasta me mostró fotos de la familia Jun. Cuando llegué, pude divisar al señor Jun despidiendo a su hijo, le pregunté a mi padre y me contó que no sabía que tenía un hijo. 

—Ajá... 

—Pues busqué acercarme para hablarle, pero cuando estaba por hablarle noté que era la misma chica de la foto, te juro que comprobé mil veces. ¡No tenía un hijo, era su hija! Quedé muy sorprendido, pensé que era absurdo, por eso no fui a la bienvenida, quizá si tomaba podía decir algunas estupideces, porque sabes como soy —dice suspirando—, así que me esperé. Ayer cuando era la hora libre de ustedes, yo tenía dos, por lo que iba a acercarme pero noté que Jun Hye estaba mal, quise hacerle caso a mi instinto y le compré cosas para... su periodo. Por favor no le digas nada, me gusta ayudar desde el anonimato, hoy busqué nuevamente en internet, y vi que lo que le di ayer era un poco difícil así que traje toallas para que estuviera más cómoda. 

—Tienes un corazón muy noble para este mundo, Jeongin —digo, suspirando mientras me paso las manos por el rostro—. Demonios, me he cambiado enfrente de ella, qué incómodo, ¡casi que nos ha visto desnudos! 

—No creo que sea mucho problema —dice riendo  y yo lo miro mal, hasta que me acuerdo de esta mañana—, ¿qué? ¿qué está mal?

—¡Jisung le tocó el pecho! —digo incómodo. 

—Disculpa, creo que escuché mal, hyung —me dice parpadeando seguido. 

—Sí, por error... Jisung dijo que tenía el pecho fuerte —digo recordando—, ¿será que usa algo? —pregunto acercándome a su armario, lo abro de par en par. 

—Hyung... es su privacidad... 

—Me da igual, nos mintió a la cara, es justo saber qué más esconde —digo mientras esculco un poco— ¡Touché! 

Saco un par de vendas de los cajones junto con unos brasieres deportivos, debía admitir que era inteligente para esconder su pecho pero muy ilusa para guardarlos en su armario. Mi mente empezó a recordar anoche cuando nos contaba que quería seguir el sueño de su padre... así que se refería a esto, vaya. Era arriesgada, eso sí. 

—Supongo que hablaré con ella de esto... —digo, mientras devuelvo todo a su lugar. 

—¡No! ¿Por qué harías eso? Mejor deja todo como está, no creo que haya algún problema mientras se mantenga la mentira —me dice. 

—¿Por qué quieres ayudarla tanto? —le pregunto y él se encoge de hombros. 

—Luce buena chica —dice y yo bufo. 

—Haré esto sólo por ti —le digo.

—¡Gracias! Déjale eso en su armario, no le quites el post-it —me dice, dejando la bolsa en su escritorio—, me voy, hyung, debo ir a una reunión con mis compañeros —dice con una sonrisa. 

—Diviértete —suspiro, mirando la bolsa. La tomo y le meto en medio de sus calzoncillos, así se dará cuenta hasta mañana. Demonios, sólo quería dormir no descubrir el secreto de mi compañero de habitación, aigooo. 

Tomó mi toalla y entro al baño, definitivamente necesito un baño caliente para quitarme el estrés. El sábado mi padre me pidió que fuera a la empresa por lo que debía vestir realmente bien ese día, no sabía para qué quería que fuera, usualmente nos reunimos en casa, nunca en su oficina, pero parece empeñado en que fuera. Algo debía estar tramando y no sé si será algo bueno o malo, así que debía andarme con cuidado. 

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¿Qué tal? 

The lie in your eyes | Hwang HyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora