Capítulo cuarenta y dos

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Hyunjin lucía un traje negro de flores, abajo de su saco negro de flores, vestía una camisa completamente negra, el traje entero resaltaba su piel pálida y su hermoso cabello rubio. Su cabello estaba separado un poco más a la izquierda dándole una sensación de tener un capul, luciendo tan masculino y tierno a la vez. Podía notar el cansancio en sus ojos pero aun así nos sonreía... me sonreía. Noté que llevaba un caro y grueso collar de oro al rededor de su cuello, resaltando entre la piel blanca y la ropa negra, además de sus manos llenas de anillos, más de lo usual. Estaba guapísimo, demasiado. 

—¡Feliz cumpleaños! —gritan Jisung y Seungmin a la vez, haciéndolo reír. 

—Muchas gracias, chicos, y hola a todos, ¿qué tal todo? —se acerca abrazar primero a Minho. 

—Todo bien, estábamos emocionados por ver cómo te vestirías hoy —responde Jisung, mientras lo abraza. 

—Mentira, sólo Jisung —responde Minho, rodando los ojos. 

—Apuesto a que sí —ríe Hyunjin—, ¡te ves bien Seungmin! Te luce el gris. 

—Happy birthday! —le dice Soo-ra, mientras se saludan, Hyunjin ríe. 

—Thanks, lady —Hyunjin llega por fin ante mí y me sonríe—. Hola —murmura mientras me abraza. Aspiro su masculino aroma. Sabía que no podíamos abrazarnos por mucho tiempo pero no quería soltarlo, así que me armé de valentía y lo solté. 

—Que bien luces —hablé—, me robaré tu traje un día de estos. 

—¡Después de que lo use yo! —me responde Jisung, alterado, haciéndonos reír a todos. 

—Al menos déjenme usarlo tranquilamente hoy —juguetea Hyunjin—. Chicos, si desean, pueden ir yendo al salón; iré a recibir a los invitados un tiempo, ¿está bien? Cualquier cosa, los meseros los atienden con gusto. 

—No te preocupes por nosotros, chico, ve hacer lo tuyo —le dice Minho y Hyunjin le sonríe. 

—Gracias, nos vemos más tarde —dice, volviendo salir. Reprimo el puchero que quería soltar y me fuerzo a sonreír, ¡luego podría estar con Hyunjin! No hay de qué preocuparnos, ¡todo estará bien! Sigo a los chicos hasta el salón, éste era gigantesco, había bufet a ambos lados, una orquesta al fondo y lleno de mesas y meseros, pero se seguía viendo amplio. Jisung le pidió a un mesero que nos llevara a nuestra mesa; al sentarnos noté que compartíamos la mesa con los demás chicos que faltaban, incluyendo a Jeongin. Pensé que se sentaría con su padre pero veo que estará con el resto de nosotros. 

Quince minutos después, el salón empezó a llenarse, me sentía mal por Hyunjin quien debía saludar a todos y cada uno de ellos. No faltó mucho hasta que llegaron Chan, Felix y Changbin, quienes al vernos casi que corrieron hacia nosotros. 

—¡Menos mal llegaron antes! —dice Changbin con alivio—, hubiera sido incómodo esperar mientras. 

—Llorón —molesta Minho y Changbin lo mira mal, haciéndome reír. 

—¿Qué tal el viajecito? —pregunté y Chan se sentó exageradamente a mi lado. 

—¡Agotador! Además de que Changbin y Felix parecen niños cuando quieren —me cuenta.

—Nunca me den café en un viaje —responde en un gritito Felix, haciéndonos reír a todos menos a su compañeros de viaje. 

—Es en serio, no lo hagan —pide Chan. 

—¿Saludaron a Hyunjin? —pregunta Seungmin. 

—Sí, en la entrada —responde Felix asintiendo muchas veces—, ¡luce muy guapo! Quiero comprarme un traje así. 

—El que tienes se te ve bien —responde Soo-ra con una sonrisa. 

—Yo luciría mejor —bufa Minho, haciéndome reír. 

—¿Saben algo de Jeongin? —pregunta Changbin. 

—Sé que viene con su padre, sólo eso —respondí, encogiéndome de hombros. 

—Debe estar por llegar entonces —opina Seungmin. 

—Esperen... —Jisung enfoca su vista—, ¿esa no es Kim Hari? 

—No puede ser —se ríe Minho—, lo veo y no lo creo. Hari está acá. 

—Eso se llama ser descarada —ríe Changbin. 

Miré hacia donde estaban mirando los demás y quedé sorprendida por lo hermosa que se veía ella. Kim Hari lucía un hermoso vestido amarillo, largo con tul, con mariposas cosidas al costado; traía su cabello recogido, dejando al descubierto su clavícula. Lucía natural y preciosa, parecía como si la luz del salón le diera mucho más protagonismo. ¿Hyunjin la habría visto? ¿Cómo habrá reaccionado? Los celos empezaban a surgir en mi corazón y tuve que morderme el labio antes de decir alguna tontería.

—Creo que viene hacia acá —anuncia Soo-ra, mirándome. 

—Que venga, que venga, se ve que es muy linda —dice Felix sonriendo, haciéndome rodar los ojos. ¡No es momento para que seas solo amor y paz, Felix! 

—¡Chicos! ¡Que bueno verlos! —se acerca con una sonrisa amplia—. ¡Oh, Jun Hye! ¡Asististe! 

—Hola —sonreí hipócritamente. 

—¡Te luce mucho el smoking! —dice, mirándome con una sonrisa amplia. 

—Ya veo —dice Jisung bufando. 

—¡Igual que a todos ustedes muchachos! Oh, hola, no te noté, lo siento —Hari se disculpa con Soo-ra. 

—Ya estuvo. Soy Kim Soo-ra. 

—Soy Kim Hari —ella se presenta—, ¿podría sentarme aquí con ustedes? 

—El asiento que queda es de Jeongin —Seungmin responde, explicándole. 

—Ah, lástima...

—Un mesero te puede explicar donde está tu mesa —le dice Chan, amablemente. 

—Hablamos luego entonces, muchachos —Hari sonríe tiernamente—. Espero poder bailar luego contigo, Hye. 

Ella se va y todos me miran, sorprendidos. La confusión es explicita en mi rostro, ¿acaso... acaso Hari acaba de coquetear conmigo? 

—Bueno, quisiera saber qué diría Hyunjin si se enterara que Hari acaba de coquetearle a Hye —dice Changbin riendo. 

—No creo que le importe, ¿o sí? —pregunta Soo-ra, tratando de alivianar el ambiente. 

—Hari fue su primer amor —le explica Jisung—, y Hari jamás ha tenido pareja o le ha coqueteado a alguien. Creo que Hye será el primer amor de Hari. 

—Eso sería absurdo —ríe mi amiga y yo ruedo los ojos—. No es porque no seas guapo o buen partido, Hye, es que... ¡no! —ella ríe sin parar. 

—Ya, ya, estuvo bueno —murmuro, sintiendo mis mejillas enrojecer. 

—Oh, ahí viene Jeongin —dice Chan, sonriendo. 

Jeongin se acerca a nosotros con una sonrisa, quedé impactada por verlo. Lucía un traje blanco, no llevaba camisa debajo del saco por lo que dejaba ver un poco de su pecho, al costado derecho del traje traía decoraciones doradas y el cabello estaba arreglado casi como de costumbre, pero lucía tan bien y varonil, que no podía creer que es el mismo chico tierno y adorable de siempre. 

—Hola, Hye —me saluda primeramente, dejándome la boca seca por la sorpresa. 

The lie in your eyes | Hwang HyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora