Hwang Hyunjin
Debía admitir que jamás había usado un bus antes, nunca lo vi necesario, siempre tuve un chofer o mi propio auto, y en dado caso que no tuviera uno de esos, siempre podía pagar un taxi. Miré disimuladamente a Hye, que veía a través de la ventana, ¿ella por qué lo seguía usando? ¿Mantener los pies sobre la tierra? ¿Para qué? Un taxi es perfectamente normal para mantener los pies sobre la tierra. Suspiré y me permití ver a los demás, podía divisar un montón de personas mayores, jóvenes y niños. Qué incómodo es todo.
—¡Aquí! —dice ella, oprimiendo un botón rojo que estaba a su lado—, vamos, Hyunjin, no te quedes atrás.
Me dice, jalándome del brazo para bajar del bus. Al ser más pequeña que yo, casi me hace caer chocando con ella mientras bajaba los últimos escalones.
—¡Oye, pudiste matarme! —me quejé, arreglándome la camisa.
—Sí, sí, lo siento, sólo sígueme.
Caminé a su lado, husmeando fugazmente su teléfono en el que mostraba el GPS, pero sólo bastó que levantara mi mirada para darme cuenta dónde estábamos. Era gracioso que estuviéramos en la universidad más opuesta a la de nosotros. La universidad femenina Tarumi. Quise reírme por la ironía, aquí es donde pertenecía realmente Hye, pero claramente no diría nada.
—¿Vinimos a visitar a tu novia? —me burlé y ella rodó los ojos.
—A mi mejor amiga, ¡y te recuerdo que tú quisiste venir! —me reprocha y yo asiento, aún con mi sonrisa burlona.
—Cómo sea, no nos dejarán entrar al campus, créeme —le digo cuando llegamos a las escaleras que daban con la entrada al campus.
—¿Por qué tan seguro? En nuestra universidad dejan entrar chicas —me responde y yo me encojo de hombros.
—Nuestra universidad es más liberal —replico, con un suspiro.
Ella me mira mal pero aún así sube las escaleras, era gracioso como varias chicas que salían se nos quedaban mirando, quizás impresionadas, quizás burlonas. Seguí mirando cómo Hye subía, se acercaba al guarda y revolvía su cabello con ímpetu. Yo sabía que no la dejarían entrar, el día de hoy, Hye parecía lucir más masculina de lo usual. Ella bajó bufando y me permití reír.
—Te lo dije.
—Cállate —brama, mientras llama a alguien por celular—. ¿Soo-ra? Estoy afuera del campus... no me dejan entrar, genio... ¿te recuerdo que soy hombre?... cómo sea, te espero en la cafetería que queda diagonal a la entrada. Ajá, date prisa.
Sin decirme una sola palabra, se encamina a la cafetería que le indicó a su amiga. Dejando de lado las miradas curiosas de las otras chicas, me encaminé tras ella, pasándole un brazo por sobre los hombros.
—¿Quieres un café? —le pregunto a lo que ella asiente—. Bien, yo invito.
Me acerqué al cajero y pedí dos cafés americanos para la mesa en la que estábamos, pasé mi tarjeta y espere a que me la devolviera. Con una sonrisa, me volví a nuestra mesa.
—En un momento nos lo traen —le digo.
—Gracias, Hyunjin —me dice con una sonrisa cálida, ¿por qué siempre tenía un aura cálido? Me daban ganas de acercarme a abrazarla nuevamente, ¿por qué?
—Es lo de menos —respondo. Nos traen los cafés y me permito degustar el mío—. Que delicia.
—Así que amas el café —dice burlonamente pero yo asiento.
—Más de lo que te ima...
—¡Jun Hye! —una pelirroja se acerca a mi compañera y le da un golpe en seco en la cabeza, haciéndome fruncir el ceño, ¿por qué era tan agresiva con ella? — oh, trajiste un amigo. Hola, soy Kim Soo-ra.
—Hwang Hyunjin —me presento de vuelta, si mal no recordaba, ella había asistido a la fiesta de bienvenida el lunes pasado.
—Hyunjin, podrías esperarme en otra mesa, por favor —me pide Hye, sonriéndome apenadamente, bufé y me levanté de mala gana.
—Ni que tuvieras un secreto que ocultarme —le digo irónicamente y ella se empieza a reír nerviosa.
Aproveché para salir a dar una vuelta, tomé mi café y salí del lugar. La universidad Konsei era preciosa tanto afuera como adentro, además de ser carísima, por lo que se respiraba lujos y gastos cuando estábamos cerca, era uno de los barrios más masculinos de Seúl; al contrario de la universidad Tarumi, con un aura tan femenino que me incomodaba seriamente caminar por aquí. Con muchas flores y boutiques. Suspiré, maldiciendo brevemente a Hye antes de sentirme mal por hacerlo. Me senté en una silla que había por allí, a tomar mi café tranquilamente. Podía sentir la mirada de varias chicas, haciéndome sonreír; sé muy bien lo atractivo que soy y lo que puedo llegar a causar en las chicas, por lo que no me disgustaba del todo. Hasta que alguien se sentó a mi lado, interrumpiendo mi muy falsa atención a mi celular.
—Pensé que seguirías allá un buen rato, Hye —digo, levantando mi mirada pero me encuentro con un rostro totalmente diferente-. Kim Hari.
—¡Hyunjin! ¿Qué haces acá, quién es Hye? —me pre unta con una gran sonrisa, la sonrisa que amé durante mucho tiempo.
—Espero a un amigo, está en la cafetería con una amiga —respondí un poco incómodo, no podía evitarlo desde el día en que me confesé y ella me rechazó.
—Ya veo... ¿ya te dije que se te veía bien el rubio? —me comenta con una sonrisa, le trato de devolver la sonrisa pero sentí como mis labios se curvaban en una mueca.
—No, pero gracias, Hari.
—¿No te has arrepentido por escoger economía? —me pregunta, realmente preocupada, pero yo solo quería dejarla y volver hacia Hye.
—No, por el momento sigo satisfecho. Estudiar economía no significa dejar de bailar —respondí un poco cortante, la sonrisa de ella tembló por unos segundos.
—Aun así...
—¡Hyunjin! Maldita sea, Hyunjin, pensé que me habías dejado solo —Hye aparece al frente mío y me levanto rápidamente.
—Lo siento, me pediste que me fuera —le dije con un puchero, queriéndome hacer la víctima.
—¡A otra mesa, no que salieras del local! Oh... —Hye parece notar la presencia de Hari—, disculpa, ¿interrumpo algo?
—Para nada —responde Hari, con... ¿con una sonrisa coqueta?—, soy Kim Hari.
—Espera, ¿eres Hari, Hari? O sea —Hye me mira con sorpresa en sus ojos, pero después tose para disimular y le sonríe—. Soy Jun Hye, compañero de habitación de Hyunjin, un gusto.
—Un placer conocer a alguien realmente decente, no cómo los otros tontos —dice con una risa tímida.
—No deberías subestimarlos —dice Hye, rascándose la nuca—, son realmente buenos chicos.
—Cómo sea, deberíamos irnos —le digo a Hye tomándola del brazo.
—Oh, okay... ¡Adiós, Hari! —dice Hye, antes de voltearse y seguir mi ritmo.
—¡Adiós, chicos, espero verlos pronto! —grita a nuestras espaldas y bufo.
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The lie in your eyes | Hwang Hyunjin
FanficJun Hye está apunto de entrar a la universidad de sus sueños, aquella universidad de la cuál siempre oyó a su padre hablar desde niña, emocionada por las palabras de su padre, se imaginaba estudiando allá para seguir el camino que su padre había seg...