18. Amores cobardes

539 37 43
                                    

Holi :)

.

.

.

Capítulo dieciocho
"De amores cobardes, pasión desbordante..."

.

.

.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

.

.

.

Pensar en la planificación familiar inevitablemente le remontaba a un pasado en el que si bien, no podía decir que tuvo una mala infancia, si había ciertos aspectos que no quedaban del todo claros ahora en su adultez.

Pensar en el pequeño Maurice de 5 años era agridulce; había un pasaje peculiar en su memoria que aún hoy no podía dejar de darle vueltas entre sus pensamientos más profundos.

Su hermano y hermana sentados en su habitación tratando desesperadamente de mantenerle tan entretenido para que no tuviese intenciones de salir de ahí. Abajo podía escuchar a sus padres discutir; sumado a la discusión había alguien más que aún no dejaba de darle vueltas una y otra vez durante sus noches de insomnio.

"Obtienes lo que mereces, zorra" Había escuchado a aquel hombre gritar mientras los llantos de Aleena le dificultaban escuchar lo que su padre hablaba a la par.

"Aún ni siquiera has firmado los putos papeles y ya hasta tienes un nuevo bastardo" lo escucho de nuevo y con el tiempo dedujo que ese hombre era Mephiles, el papá de Shadow.

Entre el griterío y los juegos desesperados de sus hermanos para mantenerle ajeno a todo, no se había enterado de toda la conversación; pero con los años y las pistas que pudo recolectar de sus padres e inclusive del propio Shadow comprendió que las cosas no habían terminado a bien.

Se negaba a creer que su madre fuese todas esas cosas que ese sujeto pregonaba.

Aleena era una buena mujer incapaz de lastimar a una mosca, sencillamente no podía ser verdad.

¿O sí?

−¿Sonic?−La mano de Amy le sacó de su letargo−¿Estás bien?−En su rostro la preocupación era evidente.

Por inercia, el movimiento de su cabeza fue afirmativo; pero la mirada en el rostro de su amiga no estaba para nada conforme con su respuesta.

−Lo siento, es sólo qué... pensar en bebés y esas cosas me da escalofríos−Confesó.

No era del todo mentira cuando decía que pensar en ello le provocaba un sentimiento de incomodidad inherente. Era verdad que los niños no le desagradaban, de hecho podía decir que se llevaba bastante bien con los hijos de su hermana mayor y hasta podía considerarse el tío favorito, pero de tío a padre había una gran brecha que estaba seguro no debía cruzar.

𝑊ℎ𝑜 𝑤𝑖𝑙𝑙 𝑖𝑡 𝑏𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora